💧CAPITULO 24💧

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Sabía que había sido una mala idea haber venido, lo supo desde el primer momento en el que había puesto un pie en ese lugar. La insistencia de Minnie era lo que la había sacado de casa, luego de pasar esos días entrenando como loca, apenas durmiendo y decidiendo finalmente lo que haría con su madre. No había ido detrás de Jennie, no había intentado llamarla ni buscarla. Le dolía tanto el pecho que casi no podía respirar, pero ella lo había dado todo, le había entregado cada parte de su alma a la castaña y ya no tenía nada más que ofrecerle. ¿Quizás había sido su culpa? Había aparecido en la universidad de Jennie sin avisar y la había distraído demasiado. Estaba consciente de lo importante que eran los estudios para la castaña... pero dolía demasiado saber que eran más importantes que sus sentimientos hacia ella.

El ruido de la fiesta fue quedando atrás y Lisa vació el vaso de whisky que tenía en una mano, lanzando luego el vaso contra unos arbustos, enfadada, triste y devastada. Había tomado por fin la decisión de dejar ir a su madre, y aunque Minnie, Zack y hasta Nayeon habían sido un gran apoyo, le habría encantado tener a Jennie allí, poder contarle lo que estaba sintiendo, escuchar de sus labios que todo iría bien... ¿Por qué? ¿Por qué había tenido que enamorarse? Ahora entendía a todas esas personas que decían que el amor era una mierda. Nunca debió enamorarse de nadie, nunca debió cambiar su vida... antes era feliz, antes no sufría por nada y por nadie... antes no tenía sentimientos y era mucho mejor.

Notó que alguien se acercaba y tragó hondo intentando componerse. Era una chica muy alta y con unos pómulos que resaltaban su evidente belleza. Estaba usando unos tacones de color rojo y un vestido negro, que se pegaba a su estilizada figura. Sus labios rojos sonrieron a medias cuando su mirada se cruzó con la de Lisa.

-¿Te molesta si...? -Le mostró la caja de cigarrillos. Lisa de verdad no había querido ir a esa fiesta que los patrocinadores ofrecían a los nadadores antes de partir al mundial, pero ahora quizás... podría comenzar a disfrutarlo.

-Para nada. Y de paso me das una calada. -Le respondió. Si Zack la encontraba fumando iba a asesinarla, pero en ese momento lo necesitaba. Necesitaba sentirse como la Lisa de antes, la que no sufría de una forma desgarradora, la de la sonrisa fácil, la que podía tener a cualquier tía que quisiera.

La chica acabó regalándole un cigarrillo entero y Lisa no protestó. Comenzaron a fumar en silencio y la pelinegra podía sentir la mirada persistente de la chica sobre su persona. Giró de nuevo la vista y la vio sonreírle, sonrojándose al haber sido pillada.

-¿Cómo te llamas? -Preguntó Lisa sin dejar de mirar sus ojos marrones. La chica rio entre dientes y Lisa no lo entendió.

-Entonces de verdad no te acuerdas de mi... -Lisa frunció el ceño. ¿Era alguna de las chicas con las que se había liado en el pasado...? -Soy Miyeon. -Sonrió. -Miyeon Cho.

-Oh dios mío... -Lisa rio y abrió los brazos para darle un fuerte abrazo.

Miyeon había sido su compañera "más cercana" en los campamentos de natación a los que había asistido una pequeña e inocente Lisa. Había sido algo así como su primer enamoramiento no sexual, y de verdad que ahora... bueno, ahora podría ser completamente sexual porque estaba jodidamente buena. La estrechó contra su cuerpo y la otra chica rio en su oído.

-Cuando te he visto dentro, te juro que pensé que no habías cambiado nada. -Lisa se separó de ella con una sonrisa triste.

-Siento no haberte reconocido, pero tú sí que estás diferente...

-No tener los aparatos en la boca ayuda mucho. -Sonrió dándole una calada a su cigarrillo. -Tú no deberías fumar. -Señaló con un movimiento de cabeza. -Eres probablemente la próxima campeona del mundo.

En Lo Más Profundo [Jenlisa - Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora