Gotas que derraman vasos

319 12 1
                                    

¿Y quién esta del todo a gusto con su aspecto físico?
¿Los ángeles de Victoria's Secret?
¿Scarlett Johansson?
¿Las Kardashians?
Apuesto a que nadie, ¿Por qué tendrían que recurrir a las cirugías plásticas si lo estuvieran?
Cirugías Plásticas.
Eso.
Justo eso.

Después de terminar con Ángel, todos los de mi iglesia fuimos a una boda en un pueblo, de unos hermanos en Cristo.
Yo en ese entonces comenzaba alejarme de mis amigos y ya no hablaba con casi nadie.
Y una boda. Justo una boda era el lugar más deprimente para olvidar a tu primer amor. Ni hablar.

Ya por la noche, mientras estaba la alabanza decidí ir a explorar el sitio. Porque siempre exploro los sitios. Porque es típico de mí. Tal vez es simplemente el hecho de querer vivir una experiencia a lo "película de suspenso" que nunca he vivido, por cierto. Eso es bueno.
Entonces vi la cabaña. Y entré. Comencé a ver los portaretratos con fotos antiguas, personas desconocidas obviamente...
Y luego entraron dos niños.

(Ni porque estoy en una cabaña a mitad de la nada me dejan sola- gruñi para mis adentros)

Hola- dijo Edgar, uno de los niños.

Hola-dije con indiferencia.

¿Porque ya no les hablas a nuestros hermanos?- me pregunto Ángelito, el hermano menor de mi mejor amigo, ex mejor amigo.

(¿Qué te importa?- pensé)

Porque, ¿si sabías que les gustas a los dos, verdad?- siguió Edgar, el hermano menor de Miguel, otro de mis amigos, ex amigos.

(Si, si lo sabía, y se me parte el alma en pedazos por eso, niños entrometidos- volví a pensar, sin embargo no dije nada, ellos prosiguieron)

Pues si, les gustas mucho, solo hay algo que no les gusta de tí- dijo Ángelito retándome a preguntar.

(Oh. Eso me interesa)

¿Qué es?- pregunté interesada

Tu nariz. Dicen que esta grande y que se parece a la de tu papá- dijo Ángelito restándole importancia al asunto y luego comenzaron a jugar, y yo solo, yo no, yo...

Y fue ahí.
La gota que derramo el vaso. O las miles de gotas que derramaron mi vaso.
Es como si mi vida se dividiera en dos, antes de ese día y después de ese día. Literal.
Sin saberlo ese día definiría mi vida para siempre.
Definiría mis elecciones, mi vocación.
Y mis pensamientos torturadores durante los próximos meses.
Daría paso a una fuerte, grande e innecesaria depresión.

Entonces comencé a observar las narices de los demás, todas eran diferentes, unas grandes, otras largas, otras aguileñas, otras cortas y anchas.
Y me di cuenta que el mundo estaba lleno de narices diferentes.
Y me di cuenta como la forma y tamaño de tu nariz define tanto un rostro.
Define las facciones.
Por medio de la nariz pude saber si había caras toscas o más finas.
Descubrí que a las mujeres les queda más una nariz delgada, pequeña y respingada.
Vi que a los hombres les iba mejor una nariz mediana y totalmente recta.
Y quienes, tanto hombres como mujeres no tenían una nariz así, vale, no eran tan atractivos.
Y luego vi mi nariz. Y luego vi la de mi papá.
Es verdad. Ese par de mocosos o sus hermanos, tenían razón.
Tengo la misma nariz de mi papá, de él la heredé. La misma estupefacta nariz. Porque no pude heredar su inteligencia. Porque no pude heredar su habilidad en las matemáticas que se me dan tan mal. Porque no pude heredar su tono de piel. O sus hermosos dientes. O sus ojos café claro. Tuve que heredar lo peor, su nariz.

Y yo teniendo rasgos tan pequeños, mi nariz vino a fregarlo todo. Es imposible que se fijen en mis cejas tan largas o en mis ojos tan brillosos, o en mis labios tan delicados, imposible teniendo en medio esa horrible nariz.

Y entonces mi autoestima y todo lo que había construido con ella, se vino abajo. Dejé de tomarle tanta importancia a la escuela e incluso reprobé una materia, algo que jamás me había sucedido. Comencé a vestirme lo más varonil y fachosa posible y dejó de importarme mi aspecto físico. Me alejé de mis amigos. De los chicos a los que les gustaba. De lo que a mí me gustaba. Solo iba a la escuela deseando que se acabará el tiempo de esta para volver a mi casa. Quería esconderme, esconder mi nariz, no quería que nadie la viera. Cuando hablaba con la personas no me ponía de perfil, me atemorizaba que pudiesen ver lo mal que se veía mi nariz perfilada.
Me compré unos respingadores de nariz, no me hacían sentir mejor, solo ayudaban muy poco. Mi nariz seguía viendose aguileña, gorda y ancha. No sabía que hacer.
Volví a las gafas, creía que eso la taparían un poco. Pero ella, mi nariz siempre intentaba ser la protagonista en mí, y siempre lo conseguía.
Entré en una inútil depresión que me golpeó durísimo, en el corazón.
Y déjame te digo que cuando algo o alguien se mete en tu corazón, prepárate porque ya valiste abuela. Por no decir otra cosa.

Entonces comencé a investigar. Les dije a mis papas que quería operarme, era demasiado dinero, no accedieron.
Me dijeron que estaba enferma, que nunca pagarían por algo así.
Luego les suplicaba todos los días, no accedían, estaba volviéndome loca. De verdad.

Entonces lo recordé. Había alguien que siempre me ayudaba, que me amaba incondicionalmente, que me había ayudado a superar y posteriormente a olvidar a Ángel.
Jesús. Mi Dios. Mi amor.

Entonces me encerré en mi habitación.
Y comencé a llorar, y me derrumbe en él. Le supliqué que me ayudara, que yo no podía sola con esto, que era demasiado para mí, que quería volver a ser feliz, como él me había enseñado, y clamé, y clamé, y clamé.

Entonces días después vino su respuesta.
Lo que me parecía imposible él lo hizo.
Mis papás me dijeron que pagarían mi operación de nariz. Que lo pagarían todo. Pero que me tenía que esperar a las vacaciones porque el proceso de recuperación es largo y yo no debía faltar a la prepa.

Tenía que esperar aproximadamente 5 meses para eso, y 5 meses me parecían una eternidad, pero estaba dispuesta a luchar. Luchar contra mi depresión junto con Dios. Y lo hicimos. Y fue increíble. Y fue difícil. Y me siento estupenda.

Para lograrlo tuve que cambiar ciertos hábitos que me estaban haciendo mucho daño. Comencé a orar más, intentaba hacerlo diario, nos mudamos, y yo intentaba construir una nueva vida. Mi nueva vida.

Porque eso es lo que tienes que hacer. Olvídate de la depresión y has como si no la tuvieras, verás que se irá cuando vea que la rechazas, humíllala diciendo que tu conoces lo que vales y que no dejarás que ella ni nadie más pisotee lo que has construido de tí. Tienes valor. Vales mucho más de lo que piensas. Eres perfecta tal y como eres y sin embargo, no es ningún pecado cambiar algo que no te guste si puedes hacerlo.
Debo admitir que creí que mi nariz era tan horrenda que ningún chico más se fijaría en mí. Vale, estaba equivocada. Ahora tengo novio. Y sin duda una de las cosas que me gustará de él este operada o no es que Johny no vió mi nariz, me vió a mí, y le parezco la chica más linda de la Prepa (imagínense cuando este operada) y eso a él, se lo agradeceré siempre.

También recuerda que tienes poder, capacidad para hacer todo lo que te propongas, cumplir tus más grandes y locos sueños, amiga mía existe la fe, yo creí y ¿sabes? Mañana me operan de la nariz. Lo que creía que nunca sucedería, sucederá. Porque creí. Creí en Dios. Porque él me ama. Y a tí. Y a pesar de que no cumple caprichos si cumple deseos, deseos que vienen del corazón. Pero tu tienes que demostrarle que también lo amas.
Incluso Dios de alguna forma hizo que mis papas no pagaran todo el dinero, porque era carísimo, mi cirugía también será funcional, y cubrirá la mayor parte de dinero el seguro de gastos médicos. ¿Lo pueden creer?

Y estoy infinitamente agradecida por que nuevamente experimente un milagro.
Yo soy ese milagro.







Otra oportunidad ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora