Pérdidas

98 6 3
                                    

Hace poco perdí mucho dinero, dinero que había ahorrado para cosas que me gustaran, dinero para mí.

No juzgo la forma de actuar de Dios pero reconozco que a veces puede ser bastante duro cuando trata de comunicarnos algo.
Tal vez me parezco a él en eso.

Cuando entré en mi etapa donde no me importaba nada, no quería nada y no esperaba nada perdí muchas cosas de mí.
Cosas especiales. Importantes. Y todo esto se ocasiono por una pérdida mayor.
Ángel. (Acaso, ¿Habrá un capítulo donde no lo mencioné? Espero que sí).

Perder a la persona que más amas es devastador. Pero aún más lo es perderte a ti misma. Perder todo lo bueno de ti.
Tu autoestima.
Tu valor.
Tu inteligencia.
Tu responsabilidad.
Tu alegría.
Tu felicidad.
Tu fuerza.
Tu sonrisa.
Y porque no, tu talla.

Yo daba por sentado que había perdido todo esto y más. Y sí, eso fue lo que pasó, lo perdí así que para encontrarlo tuve que salir en su búsqueda. Estas cosas eran (y son) originalmente mías y siempre lo serán.

Mi punto es hay cosas que se pierden y puedes recuperarlas, sin embargo hay otras que no. Porque no dependen de ti.
Y cuando no depende de ti no hay porque frustrarse, ¿Para qué?
Entonces llega el proceso de "aceptación"
Aceptar que hay algunas cosas que perdiste y no volverán nunca, aunque sea lo que más desees no lo harán, entre ellas las personas, el dinero, lo material.

Lo único que puedes recuperar es lo que viene de ti, nada más, hay veces que quisieramos cambiar las cosas pero no podemos, no podemos hacer nada con el pasado pero si con el futuro.

Retomando mi etapa difícil..
En esos tiempos mis notas bajaron mucho y llegué a reprobar una materia, algo que nunca me había pasado; por más que quise cambiar esa calificación no pude, era una consecuencia grave de algo que yo misma provoqué, pero lo que si podía cambiar es el futuro. Y en el próximo parcial saqué diez. Porque entendí que eso si que lo podía cambiar.
Deja ir esas cosas que te hacen sentir culpable, eso ya pasó y no hay marcha atrás.
Tenemos que aprender a perder.
Tenemos que perder para aprender.

La vida no es más que un juego donde se gana y se pierde. Tú no decides cuanto pierdes pero sí cuanto ganas.

Al final te das cuenta que cada pérdida pasa por algo. A veces Dios tiene que hacer que pierdas ciertas cosas para que puedas ganar otras. A veces Dios tiene que hacer que pierdas a una persona para ganar a otra mucho mejor para ti. A veces Dios tiene que hacer que pierdas una calificación para ganar responsabilidad.
A veces Dios tiene que hacer que pierdas dinero para ganar humildad.

Humildad.
Después de un tiempo descubrí que había perdido tanto dinero por falta de humildad. Y, ¿Era necesario perder todo ese dinero, Dios no pudo simplemente decírmelo? No, así no funcionan las cosas.
Hay que perder, es necesario y aunque me dolió ahora puedo decir que soy más humilde. Que realmente el dinero no es tan importante como parece porque como ya les mencione, las cosas que realmente importan son las que puedes recuperar.
Y yo no pude recuperar ese dinero.
Entonces lo entendí.

Una pérdida nunca será una pérdida.
No si conoces a Dios.

Otra oportunidad ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora