Un hijo y el 60% de la herencia

Capitulo Especial

La mañana estaba emotiva, ese día se graduaban de Hogwarts, después de siete años de bromas y romances, los merodeadores por fin dejaban el castillo; cada uno tenía sus proyectos propios; James entraría a la academia de aurores y le propondría matrimonio a Lily, Peter se tomaría una temporada sabática para descubrir su propósito de vida, Remus empezaría su identidad secreta como escritor de novelas y Sirius... bueno. él estaba más concentrado en evitar que su madre lo comprometiera con un/a omega.

Después de la ceremonia de graduación, todos se reunieron, dejando a sus padres platicando por otro lado; –¿No crees que es muy pronto para casarte, Prongs?– preguntó Sirius.

–Canuto, la he amado desde que la vi, deberías estar feliz de que no se lo propuse antes, no como tu hermano– respondió James entre risas; Regulus le había propuesto matrimonio a Snape a inicios de año en medio del comedor, con la excusa de que era su último año juntos en Hogwarts.

–Solo digo que quizás deberían disfrutar más su juventud, el mago más anciano hasta la fecha tiene como 600 años, no veo la necesidad de casarse tan pronto– se quejó Black.

–A diferencia de los Sangre Pura, la mayoría se casa por amor y no por conveniencia– interrumpió Remus.

–Eres el único de nosotros que no quiere formar una familia– sonó la voz alegre de Peter.

–Son unos cursis, a parte, Monny tampoco planea casarse ¿cierto?– preguntó el pelinegro con algo de esperanza.

–Eso me dolió un poco, pero si, yo también quiero encontrar a alguien que me ame, incluso creo que sería lindo tener cachorros– respondió, lo primero con un tono dolido y el resto con un poco de ilusión.

No sabía porque, pero ver que su amigo quería casarse y formar una familia, le causaba un nudo en la garganta, se suponía que Remus era el único que no fantaseaba con casarse y ahora resulta que incluso quiere cachorros con quien sabe quien.

Antes de que pudiera volver a responder, la voz de su madre lo llamó, al voltear pudo ver como traía consigo a una chica de Slytherin, fue obvio para todos que seguramente era con el propósito de presentarlos, el castaño apretó con firmeza su túnica, era la 3ra omega que quería presentarle en el día ¿de dónde las sacaba?.

–Se detendrá el día que le presentes a un omega, por lo mientras, creo que deberías ir– dijo James.

–¿Saben? Ustedes dos deberían casarse, Sirius se libraría de su madre y Remus podría seguir escribiendo sin preocupaciones– soltó Peter en broma.

–Eso no– Iba a decir Moony cuando fue interrumpido.

–¡Es una genial idea!– exclamó Padfoot.

–¿Cómo?– preguntó Remus, muy confundido.

Sin pensarlo y aprovechando que su madre estaba mirando, se inclinó en una rodilla frente a Remus y transfiguró una piedra en un anillo –Remus John Lupin, ¿me harías el honor de casarte conmigo?– propuso con una cálida sonrisa adornando su rostro.

La cara del contrario empezaba a perder color y al voltear a ver a su madre, la mujer se acercaba rápidamente hacia ellos, al parecer se deshizo de la chica tan pronto como apareció con ella, –¿Y bien?– volvió a preguntar el joven Black.

El mencionado regresó al momento –Párate de ahí y des-transfigura eso, la gente pensará que nos vamos a comprometer– ordenó con pánico.

–Pero te estoy proponiendo matrimonio– gruño el contrario.

–Yo lo decía en broma...– susurró Peter, mientras a su lado estaba James en shock.

–¡Sirius Orion! ¿Encontraste a un omega y no se te ocurrió decirme antes?– gritó la anciana.

–Señora Black, esto...– intentó explicarse el castaño en un tono nervioso.

El pelinegro se puso de pie –Es exactamente lo que parece, quiero casarme con él y si todo sale bien tendremos un pequeño Black corriendo por la casa– interrumpió con orgullo.

El pálido rostro del omega pasó de un blanco perla a un rojo carmín en menos de lo que alguien puede decir Merlín; –¡Maravilloso, tu padre estará feliz de oír que por fin vas a madurar– dijo en un tono alegre, marchándose directo a casa con buenas noticias, su hijo ya llegaría a casa en algún momento.

–¡Sirius!– esto era demasiado para los nervios del licantropo.

–¿De verdad no quieres casarte conmigo?– preguntó con una cara de cachorrito regañado.

Remus no pudo responder, claro que llevaba al menos un año enamorado de él pero le hacía ilusión que se casara con él porque quisiera pasar su vida juntos, ¡no para librarse de su madre!, desvió la mirada.

–Solo piensalo, te juro que no te faltará nada, no tendrás que hacer nada que no quieras, es más podrías pasar todo el día escribiendo y leyendo, solo acepta mi propuesta– rogó el animago.

El castaño suspiro y dijo –Solo tengo una condición... pero te la diré en privado– antes de que James y Peter se pudieran quejar, tomó a Sirius y lo jaló hasta un pasillo lejano.

–¿Y bien? ¿Cual es la condición para que seas Remus Black?– preguntó.

–Tú entregarás mis manuscritos a la editora, diciendo que son de un amigo tuyo–

–Bien, y... ¿sobre lo de los cachorros...?– casarse era un salto enorme pero era su mejor amigo ¿qué mejor que casarte con tu mejor amigo?, y como le prometió, no le faltaría nada, así que, si Moony quería cachorros, así sería.

–No es necesario– respondió y apartó la mirada.

¿Cómo? Le estaba ofreciendo cumplir su deseo y ¿se negaba? –Pero tu...–

–También quería un matrimonio con alguien que me quisiera como su pareja, sin el primer punto, no hay segundo punto– aclaró.

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La boda fue al aire libre, unos meses después de aquella propuesta improvisada; Regulus se había desesperado porque quería ser el primero en casarse, sin embargo, gracias a que seguía en Hogwarts, Snape y él tendrían que esperar un año.

El día de la boda fue en parte estresante y emotivo, especialmente para Remus, quien estaba que se desmayaba por los nervios, Lily tuvo que darle dos pociones tranquilizantes para que su amigo no colapsara en el proceso; al final del día se sentía más tranquilo, bailando el vals con su nuevo marido, escuchando su corazón palpitar mientras su alrededor parecía desaparecer.

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Medio año pasó, Lily y James se casaron, Peter por fin se pudo ir de viaje y no regresaría hasta dentro de un tiempo pero se mantendrían en contacto mediante cartas. Sirius había comprado una casa en un pueblillo donde habitaban muggles y magos pacíficamente, la casa tenía 4 habitaciones, cada quien tenía su propia recámara pero cuando sus padres los visitaban, mágicamente compartían una sola; las otras dos eran oficinas, muy distintas en realidad.

La de Remus estaba tapizada por cachos de pergaminos, imagenes, dibujos, información transcrita de libros y una colorida línea del tiempo que día tras día se iba llenando; la de Sirius estaba plagada de posters y pergaminos, casi todo estaba fuera de su lugar, realmente no quería necesitar una pero su madre empezaba a meterle la idea de que algún día tendría que hacerse cargo de sus obligaciones como futuro Lord Black.

👑✨: Al principio, este iba a ser el primer capitulo xd