➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓 ᘒ ꒦ 🜸

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Jeno y yo no decimos nada. Es como si supiéramos que, en cuanto empecemos a hablar, se dirán cosas que lo cambiarán todo. Nos cambiarán a nosotros. Los sueños que teníamos para nosotros no parecen tan cerca de cumplirse como pensábamos. Jeno tiene que saberlo; tiene que percibirlo.

De momento, el silencio es mi único consuelo. Aunque, en ese silencio, mi mente vuelve a lo que he hecho, a la posibilidad de haber matado a una persona. Nos hemos detenido para hacer una llamada a Emergencias, pero ese espantoso sentimiento me acosa todavía. Todos los músculos de mi interior se van tensando, con lo que cada respiración se convierte en una agónica lucha por conseguir aire.

Las palabras están fuera de mi alcance, pero no así mis pensamientos, que resuenan en mi cabeza. Y tengo muchas más cosas que considerar... Está el asunto de Karina. Mientras esté con nosotros, mientras el chip localizador siga dentro de ella... Sacudo la cabeza. Es una situación que no puedo desatender. No puedo dejar que todo el mundo regrese alegremente al pueblo como si eso no fuera un problema.

Continuamos una hora más antes de que Jeno reduzca la velocidad. Yo parpadeo como si estuviera despertado de un sueño mientras él se dirige a una de esas gigantescas áreas de descanso que cuentan con numerosos restaurantes y zona de duchas. Prácticamente es una pequeña ciudad.

La perspectiva de lavarme el pelo y ponerme ropa limpia me anima un poco. Jeno aparca en el extremo más alejado, donde no hay más vehículos. Yo me uno a Jeno cuando abre las puertas traseras. Todos parecen exhaustos y deprimidos; ya hace tiempo que ha desaparecido la adrenalina. Johnny se aferra el costado como si todavía le doliesen las costillas. Probablemente haya vuelto a hacerse daño en la desenfrenada carrera por rescatar a su hermana. Haechan se retuerce un mechón del flequillo enredado entre los dedos.

-¿A alguien le apetece una ducha? - Pregunto, forzándome a parecer contento y despreocupado. Haechan es el más rápido. Tras agarrar nuestras bolsas, se apea de un salto, igualmente encantado. Johnny lo sigue. Karina, sin embargo, no se mueve.

-Karina. - Le digo suavemente. Está encorvada en un rincón, con las rodillas pegadas al pecho y expresión indecisa, como si no estuviera segura de si venir o no. ¿Y quién podría culparla? -¿A ti también te gustaría ducharte? Puedes ponerte la ropa que nos sobra.

Ella no reacciona.

-¿Karina? - La llama entonces Johnny. Ella da un pequeño respingo y luego asiente y corre hacia la puerta.

-Sí. Gracias. - Susurra, bajando de la furgoneta. Johnny la rodea con un brazo y la atrae hacia sí, y ella esboza una sonrisa llorosa y se acurruca en el refugio de su cuerpo. Johnny hace una mueca, pero no se queja ni le recuerda que está herido.

Haechan permanece junto a la puerta, mirando a Mark. Él está sentado con las muñecas apoyadas en las rodillas.

-¿Estarás bien? - Le pregunta mi hermano. Yo le doy una palmadita en el hombro y reprimo un suspiro. -Vamos, Haechan - Le digo. -Estoy convencido de que Mark puede valerse por sí mismo...

Las pálidas mejillas de Haechan se colorean de rosa y asiente con la cabeza. Jeno cierra la puerta de la furgoneta y todos nos dirigimos a las instalaciones. Haechan, Karina y yo nos separamos de los chicos al llegar a las duchas.

Dejo que Haechan y Karina pasen primero. Hay duchas de sobra, pero teniendo en cuenta que Karina es un gigantesco dispositivo localizador para cazadores... Bueno, alguien debería montar guardia. Karina sale enrollada en una toalla y vuelve a mostrarse indecisa al verme. La animo con una sonrisa, esperando tranquilizarla. Su expresión se relaja, se ablanda. Le tiendo unas cuantas prendas y aguardo mientras se viste. Reaparece de nuevo con ropa limpia, frotándose el pelo húmedo con una toalla.

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