Capítulo 18: confesión

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Era de mañana, la luz solar que entraba por la ventana hizo que Seokjin despierte, se incorporó y estiró un poco notando la figura que se hallaba a su lado.

Namjoon, esta vez, seguía allí cuando despertó.

El pelinegro trato de ponerse de pie cuando sintió la mano del moreno en su cintura mientras este lo jalaba pegándolo a su cuerpo chocando su erección contra su trasero.

-Namjoon...
-¿Por qué haces esto Seokjin? ¿Acaso no te das cuenta de lo que estás provocando? -simuló una embestida y lamiendo el lóbulo contrario-
-¿Qué lo es lo que estoy haciendo oficial? ¿Qué estoy provocando? -habló en un suspiro reprimiendo la necesidad de ver al moreno-
-¿Cómo es que lo haces? -volvió a cuestionar, ignorando olímpicamente las preguntas del mayor- ¿Cómo puedo tener una maldita erección con solo verte? -beso y lamió parte de su cuello, mordiendo esta un poco dejando una leve marca roja, haciendo que el de piel albar jadeara-
-No hagas esto Namjoon, por favor...
-Seokjin... -acarició su cintura- déjame borrar el tacto que Ken dejó en ti

¿Había suplicado? No estaba seguro, pero le importó un carajo cuando el pelinegro dejo de tensarse y asentía lentamente, permitiendo que el moreno entrará su mano de forma descarada a los pantalones de Seokjin tocando su miembro por encima de la tela que lo aprisionaba.

Había notado como Jin lloro en medio de pesadillas por lo que Jaehwan hizo y, él en un intento de consuelo lo abrazo dando caricias en su mejilla. No sabía porqué lo hacía, pero se repitió a sí mismo que se encargaría de que él pelinegro olvidará cada escena con el peli-blanco y no halló mejor manera que esa. La lujuria y todo el deseo que tenía por el sacerdote era malditamente fuerte que incluso a él le asustaba.
Se encargó de acariciar cada pequeña parte de la piel blanquecina que el mayor portaba mientras lo desnudaba, haciendo que su pene duela debido a su prolongada erección.

Vio el fuerte sonrojo en las mejillas de Seokjin y pudo describirlo con una sola palabra, hermoso.

Beso sus labios con pasión y morbo dejando un halo de saliva cuando se separó para quitar su ropa. Facilitándole el hecho de que ya se encontraba entre las piernas del pelinegro, masturbo su falo erguido y duro en su totalidad, escupió un poco de saliva en su mano masajeando lentamente su miembro con esta, abrió más las piernas del de piel albar enredando estas por encima de su cadera y empezó a introducir su polla sin estimulación previa a su entrada, en un seca estocada. La espalda del cura se arqueó ante la repentina intromisión provocando que un fuerte gemido escapara de su boca y sus uñas fueran clavadas en los fornidos brazos del oficial, no pudo respirar un poco siquiera cuando el moreno empezó a embestir con fuerza tomando su cintura para hacer que las penetraciones sean más profundas. Continuó con un ritmo rápido y errático haciendo que en ello tocará el punto de Seokjin, embistiendo directo a su próstata de forma deliciosa y malditamente placentera provocando que el pelinegro temblará bajo su cuerpo ante tal acto de lujuria.
La obscenidad en el sonido de sus pieles haciendo contacto era más que palpable y junto a los jadeos y agudos gemidos del de piel albar hicieron eco, resonando en toda la habitación.

Su cuerpo vibró y los espasmos musculares empezaron a hacerse presentes y la corriente en su vientre avisaba que no tardaría mucho en venirse lo cual hizo que su entrada se cerrará un poco más, ocasionando que el falo del moreno este más apretado causando que el líquido preseminal comenzará a salir, se acercó a besar al pelinegro haciendo de las embestidas más lentas sin dejar de ser profundas. Beso su cuello y clavículas con morbo, de forma infame, dejando una marca rojiza en estas, lamió la extensión de su cuello descaradamente y sin pudor alguno, paseando su lengua hasta su mandíbula mordiendo esta con suavidad.

-Meus es tu (eres mío) -la afirmación fue un poco abrumadora para el pelinegro, quien asintió con demasiada lentitud-

El latín para Seokjin era un idioma sagrado. Y ahora, cuando Namjoon susurró aquellas palabras con posesividad y gozo en demasía mientras liberaba de lleno su semilla en su rosado y pequeño aro de músculos, fue lo más obsceno, vulgar e impúdico que había hecho por lo que incluso lo catálogo como un acto de sacrilegio. Sin embargo, se sintió malditamente bien como lo dijo; esa forma tan seductora al pronunciar aquello fue condenadamente excitante. 

¿Cuántos decretos bíblicos podía romper en tan solo un par de horas? ¿Podía pecar más de lo que ya lo había hecho en ese pequeño lapso de tiempo? ¿Es que acaso no tenía temor a Dios? ¿Desde cuándo cometía tales aberraciones sin arrepentimiento alguno? ¿Es que acaso quebrantó tanto sus principios eclesiásticos que no se sintió ser merecedor del lugar que la iglesia le estableció y que por consiguiente el mismo aceptó?
Mierda, todo era confuso y, esas eran preguntas que lo atormentaban cada que veía siquiera al moreno.

Cuando el más alto salió de su interior jadeo al sentir aquel vacío allí, conecto su mirada con la contraria acunando sus mejillas entre sus manos por inercia.
Allí al ver el rostro del menor solo pudo darse cuenta de una cosa dando también así, una respuesta a todas sus preguntas y dudas. Dejó salir sus lágrimas y abrazo el gran cuerpo del policía pidiendo perdón una vez tras otra, como si de una redención se tratase.

-Me enamoré de ti Namjoon... -había soltado entre sollozos, de golpe y tan repentinamente que el mencionado ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar-  e-estoy... enamorado de ti...

[...]

Tres días. Habían pasado tres jodidos días desde la revelación de Seokjin, Namjoon como el maldito cobrarte que era, huyó. Apenas su cuerpo y mente reaccionaron se levantó abruptamente, empezando a vestirse de forma muy apresurada alegando que le se había echo tarde para su turno en el trabajo.

Era un completo idiota.

En su mente aún resonaba cada letra de las palabras que el pelinegro le dijo aquella mañana y se negó rotundamente a la idea de pensar siquiera lo mismo afirmando que no podía gustarle un hombre, pero, si ese era el caso ¿Por qué había llegado hasta tal punto con el sacerdote? ¿Por qué continuo con aquella aventura si se dijo así mismo, que no pasaría de una noche? ¡Vaya mierda!

Disperso aquellos pensamientos de su mente y se enfoco en la chica que se encontraba meneando su trasero casi por encima de su entrepierna, tomo su cintura y le obligo a rozarse mas con su miembro. Jisoo se acomodó mejor sobre sus muslos y sentándose por fin sobre estos movió su menudo cuerpo con sutileza y sensualidad, tiro su largo cabello hacia atrás y coloco sus manos en el cuello del moreno empezando a mover las caderas de arriba hacia abajo, su falo reacciono ante el roce y relamió sus labios tocando los pezones de la chica por encima del encaje rosa. 

-Nunca creí ver a un oficial de alto rango como usted y muchos que tuviera el honor de hacerle en baile erótico -se levanto de su regazo y movió su cuerpo de derecha a izquierda siguiendo el ritmo de la canción- 
-Haz silencio -enarco una ceja y se levanto pegando el cuerpo de la chica que aun se movía al son de la canción- solo dedícate a hacer tu trabajo 

Sí, Kim era seco y tosco al hablar, no tenía ni una pisca de tacto al hacerlo. Pero, no con Seokjin, porque cuando del pelinegro se trababa era cuidadoso en sus palabras; todo cambiaba de radicalmente si el padre estaba involucrado. Pronto recordó al de piel albar y se separo abruptamente de la muchacha, deteniendo también sus movimientos.

-Espero que la próxima vez, cuando vaya a follarte, puedas complacerme de verdad -la miró con superioridad y camino hasta la puerta, tomo la perilla de esta y salió del lugar- 

A los pocos minutos de abandonar el lugar, se encontraba así mismo conduciendo en dirección al condominio del pelinegro, no sabía que diría exactamente ni como actuaría, solo quería verlo. Toco la puerta varias veces pero nadie abrió. Estuvo al rededor de diez minutos allí, por lo que buscó algo que le sirviera en su ropa y encontró un pequeño pedazo de papel junto a un bolígrafo y escribió en este:
"Estuve esperando durante unos minutos, pero supongo que no te encontrabas. Por favor ve a mi casa cuando estés libre. Necesito verte. 
-Namjoon" 

Placeres mundanos   -Namjin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora