Luego de las palabras de los superiores a sus soldados arcanos, todos aplauden dándole respeto a todos los presentes.
—Conformaremos los grupos, eligiendo a los 10 mejores entre todos los soldados arcanos —pronuncia el alto mando Cristán, todos están atentos a conocer los mejores y por ende los capitanes de los grupos a conformar.
»Todo aquel que nombre se colocará en frente. Empezando por: Cazadora, Jena Vendaval. Mago, Denathal Lóbrego.
—¿Denathal? —susurra Lizäri con gran asombro.
—Guerrero, Edmund Bryan. Guerrera, Mely Red. Cazador, Tián Arrubal. Guerrera, Mara Llanoverde. Mago, Nolan Lujan. Guerrero, Daener Hojalata. Maga, Layla Herrera. Y por último Sacerdote, Hain Sedasuave.
»Felicidades a todos ustedes por ser los mejores dominando la esencia arcana y sus habilidades como clase respectiva. Elegirán a su vez, a sus compañeros en el orden que los nombré, completando las clases dentro del mismo, es decir, un mago, un sacerdote, un cazador y un guerrero por grupo. Adelante —promulga Cristán.
Cede el permiso a Jena quien es la primera en seleccionar a sus compañeros. Los jóvenes soldados dan media vuelta para mirar de frente a los demás soldados, ya que estos se encontraban de espalda a ellos.
—Yo elegiré a... Won, Vía y Faena.
—Gracias por la oportunidad, elegiré a Renfaz, Lizäri y, a ella —señalando a una chica humana
—¿Cómo te llamas? —pregunta el vampiro Denathal a una sacerdotisa humana de cabello negro y lacio.
—Ty-tyreesa Ibars —responde con timidez, la joven sacerdotisa.
El joven Bryan sigue con la elección de sus compañeros, con desagrado porque deseaba tener a Lizäri en su grupo.
—Elegiré Narva, Tomus y Clarisa, ellos serán mis compañeros de tareas.
—Yo elijo a Betania, Killar y Apel —dice el joven Arrubal, con tono de arrogancia y soberbia.
Todos los demás eligieron a sus compañeros hasta conformar diez grupos destinados a realizar las tareas que se les asignará. En una mesa hay diez pergaminos, los cuales contienen las labores que se harán.
—Capitanes, elegirán uno de estos pergaminos, en los cuales habrá las descripciones, especificaciones y características de la tarea que deberán cumplir, luego de realizarlo vendrán con nuestra copista Kira Ramos... —dice señalando a la chica, quien saluda a los jóvenes con una sonrisa de oreja a oreja.
—Y sus respectivos pergaminos sellado por su respectivo capitán de grupo y el solicitante de la misión —explica la general Sonia, quien toma ahora el control de la primera tarea de los nuevos soldados arcanos.
Cada uno se dirige a la mesa, eligiendo un pergamino rápidamente y volviendo a su lugar.
—Deben cumplir con todo lo que se les pide ahí en el pergamino, sabremos si se cumplió con exactitud o si hubo algún inconveniente, luego de ello recibirán su primera paga por grupo. ¡A trabajar! —Se pronuncia nuevamente Cristán, mientras se retira del lugar caminando hacia el castillo del rey, a su vez que los demás superiores se retiran hacia distintos lugares.
Los grupos se reúnen aparte, juntos a sus capitanes respectivos, excepto Jena, Edmund un poco disgustado y Denathal, reuniéndose los tres grupos para platicar y felicitarse mutuamente.
—Felicidades, Denathal. De los mejores diez soldados. Y apenas llegaste... —habla Jena
—No esperaba ser elegido —responde el joven vampiro, dándole el pergamino a Lizäri.
—No es por lo nuevo, es por tu agilidad y control de la esencia arcana de origen eléctrico, no te extrañes —dice el príncipe Bryan.
—Nuestra primera tarea, veamos... —Lizäri emocionada abre el pergamino, juntamente con Jena y Edmund.
—Pues, nuestra misión es buscar una hierba medicinal llamada, Raíz de tierra vital —menciona la joven cazadora, mostrando el pergamino a sus amigos, en el cual se veía el dibujo de dicha planta.
—A nosotros nos toca encontrar un gatuno que se le extravió al intendente Vítor Ballas, del barrio comercial —resalta Jena, mostrándole a su amiga la imagen del gatuno.
Lizäri conoce bien a gato, pues le gusta acariciarlo y jugar con él.
—¡Ay no! Solo espero que esté bien. Ten cuidado, sabes que es muy escurridizo —responde Lizäri a su amiga elfa—. A ti que te tocó, Ed —pregunta la joven de ojos verdes, mirando hacia el pergamino del príncipe.
—Pues, nos toca ordeñar a las cabras pintonas del barrio rural y llevar la leche al barrio comercial donde Míster Ferney —dice cerrando el pergamino y caminando hacia el barrio—. Nos reencontramos acá, luego de terminar con las tareas —menciona Edmund alzando un poco más la voz para que puedan escucharlo.
Los demás asienten a su vez que se embarcan a ir hacia los lugares señalados y a buscar pistas del gatuno en el caso del grupo de Jena.
Por otro lado, está el grupo de Tián, quien está inconforme con la tarea que le han tocado.
—En serio, no hay nada más... ¿peligroso? —susurra para sí, el joven cazador.
—Debemos ir al barrio rural a ayudar con las construcciones de nuevas cabañas. —dice Apel, con el pergamino en su mano, pues Tián se lo ha cedido.
—¿Escuchaste bien? Es el primer nivel, no esperes una misión poderosa en un tiempo de paz —menciona Betania, una joven humana de tez morena.
Caminan hacia el barrio rural, haciendo lo mismo los demás grupos conformados
* * *
Más adelante, fuera de la aldea Claro Este se encuentra el grupo de Denathal y Jena, caminando hacia la parte norte de la misma, siendo guiados por Lizäri, quien había visto dicha planta anteriormente.
—Debemos tener cuidado por aquí —dice Tyreesa—. Me han dicho que hay animales feroces en este lugar... —repite, mientras mira hacia todos lados con nerviosismo.
—Tienen razón, pero solo si molestas su espacio —Renfaz le contesta.
Por la mente de Lizäri, pasa el recuerdo de cuando atacó a Denathal sin querer, sigue caminando, mientras que con la mano derecha toma su péndulo, Denathal se da cuenta del cambio repentino en la chica por lo que se aproxima a ella y camina a su lado.
—Calma, abejita. Estaré para cuidarte.
Lizäri se queda mirándolo por unos segundos, siente como una paz inunda su mente. Renfaz que mira para todas partes buscando la planta, señala hacia la cueva donde estaba el oso temible.
—Allá, recuerdo haber visto una planta parecida a esta —dice abriendo el pergamino.
—¿Ya habían venido por estos lados? —pregunta la joven sacerdotisa.
—Si —responde Jena, quien camina cerca de ella y logra escuchar, precipitándose y caminando hacia la cueva.
Comienzan a buscar alrededor de la cueva, sobre y debajo de los árboles, Denathal se atreve a entrar a la cueva, seguido de Lizäri. Miran hacia donde había quedado el oso, solo quedaba los huesos, por lo que posiblemente el depredador se encuentra en la misma cueva, Lizäri toma su arco cargándolo de una flecha sacada de su aljaba y Denathal mira con precaución a su alrededor, vislumbra una planta amarillenta y tonos naranja a pocos metros de la entrada.
Mientras tanto, Tyreesa y Renfaz aun buscan la planta por fuera, observando por cada espacio y lugar
—Recuerdo haberla visto, pero no sé dónde...
—Busquemos bien —dice Jena.
Dentro de la cueva...
—Tomaré la planta —menciona Denathal, acercándose a donde está la hierba Raíz de tierra vital.
—No, iré yo, esa planta es muy delicada —expresa la joven cazadora, guardando su flecha y su arco y camina hacia la planta, se pone en cuclillas, no sin antes ver hacia su derecha una sombra y escuchar un pequeño gruñido.
—De-de... ¡Denathal!
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Lizäri
FantasíaLa esencia arcana es lo que hace mover al Planeta Archan, en el cual residen miles de criaturas diferentes, algunos buenos y otros no tanto. Lizäri y sus amigos Jena y Renfaz se aventuran a un mundo lleno de misterios, poder mítico y obstáculos que...