Capítulo 13: Tareas cumplida

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Lizäri se encuentra a escasos pasos de la planta cuando algo llama su atención en las sombras.

—¿Lukita?

En las sombras de la cueva Lizäri puede visualizar la apariencia de un gato grande, echado y gruñendo. Decidida se acerca poco a poco hacia él, pero Denathal la detiene.

—Ten Cuidado, Lizäri.

—Creo que se quién es —responde la joven cazadora, mientras camina en dirección al gato.

Denathal no duda y la sigue de cerca, por si de pronto el gato la ataca. Lizäri se aproxima hasta llegar a donde el gatuno, confirmando que se trata de Lukita, el gato del intendente Viktor Ballas.

—¡Oh no! Gatito lindo, estas herido —manifiesta Lizäri con ternura, mirando una de sus patitas—. Tu amo está muy preocupado por ti, travieso.

—Voy a llamar a Tyreesa, quédate cuidándolo —habla Denathal que sin pensarlo se encamina hacia la salida de la cueva para buscar a su compañera sacerdotisa, sin fijarse que casi choca con la joven elfa, amiga de Lizäri.

—¡Denathal! —grita Jena.

—Lo siento. Encontramos al gatuno al fondo de la cueva, está herido —señala el joven vampiro, indicándole por donde esta Lukita.

Vía que camina detrás de Jena, se apresura a llegar al gato. Rápidamente, posa sus manos en la herida que tiene en su lomo y pata, este presenta mucho pus y sangre; es una herida profunda ocasionada por otro depredador.

—Recrecimiento —pronuncia Vía, mientras que al mismo tiempo emana esencia arcana verde proyectándola en el gatuno.

//Recrecimiento es una habilidad aprendida por los sacerdotes, que va curando por cada dos segundos hasta sanar por completo una herida. Eliminando impurezas, infecciones y demás enfermedades//

El gatuno ya curado, se coloca de pies y agradecido se frota en las manos de Lizäri.

—¡Grandioso! Lukita ya está como nuevo —expresa contenta la joven elfa.

—Sí, gatito hermoso, no te vuelvas a escapar —menciona Lizäri, mientras lo acaricia con ternura.

En ese mismo momento, Tyreesa, Renfaz, Won y Faena, esperan afuera resguardando la cueva de cualquier animal salvaje que quisiese entrar a la misma. Won se encuentra sentado a espaldas de un árbol, contemplando las hojas de los mismos, mientras Renfaz y Faena están cada uno al lado de la cueva, platicando algunas cosas. Tyreesa, por otro lado, camina entre las plantas admirando y observando algunas matas medicinales y otras que le llama la atención, tomando unas que otras para experimentar con ellas.

Denathal, Vía, Jena y Lizäri salen en ese momento, uno a uno de la cueva. Jena con el gatuno en brazos y Lizäri, con la planta en sus manos. Denathal se acerca a su amigo, dándole la mano para que este se levantase y así encaminarse a la aldea para entregar sus tareas cumplidas.

—Que tal amigo, como te llevas con tu grupo —pregunta el joven mago.

—Pues, no me quejo, no están nada mal —menciona con naturaleza el joven Crin. Mientras camina con sus manos dentro de los bolsillos del short.

Ambos grupos se marchan hacia la aldea, satisfechos de haber cumplido la tarea. Lizäri lleva la planta con sumo cuidado y Jena al gatuno entre sus brazos, mientras lo acaricia con sutileza.

—¿Edmund habrá podido completar la misión? —agrega el guerrero Barbarroja, alzando la voz para que los presentes escuchasen.

Al mismo tiempo llegan a la aldea, entrando por la puerta norte de la misma, Tyreesa y Vía adelante, seguidos de Renfaz y Denathal y Won, y de último las chicas Lizäri y Jena Vendaval. Caminan primero a la tienda del intendente Viktor Ballas y así, entregarle a su compañero felino.

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