Chace
Me quedé estático, no sabía qué hacer. Sé que ella siente algo por mí ,pero ¿por qué huye? Será que solo me imagine que sentía algo por mí y confundí las cosas.
De seguro es eso. Y me dolía saberlo.
¿Por qué me duele? Es solo una chica ¿no?
No. Definitivamente no es solo una chica, ella es diferente, es especial. No sé si estoy enamorado de ella, pero...
《Ve a buscarla idiota 》
Cuando por fin reaccione salí a buscarla, no la encontré en la casa así que me subí en el auto y comencé a buscarla. No creo que se haya ido tan lejos en poco tiempo.
Recorrí cinco cuadras y entonces la vi. Estaba sentada en el banco de un parque bajo la sombra de un árbol, se encontraba de espaldas a mí, bajé del auto y fui al parque.
Toqué su hombro y ella volteó. Sus ojos estaban rojos por llorar, se veía tan frágil, tan vulnerable, lo único que me producía eran ganas de abrazarla y protegerla.
—Lo siento —susurró y limpió sus mejillas.
Me senté a su lado y tomé sus manos.
—No lo sientas princesa, fue mi culpa yo confundí todo —ella negó con la cabeza.
—No confundiste nada —suspiró—, es solo que... tengo miedo.
—¿Miedo de que princesa?
—De esto que estoy sintiendo —agachó la cabeza, pero con mis manos levanté se barbilla para que me mirara.
—No tienes que tener miedo de nada. Yo nunca te haría daño —La abracé. Ella hundió su cabeza en mi pecho y yo besé su coronilla. Quería que se sienta protegida en mis brazos, puede que sea algo egoísta pero no quiero que nadie más la haga sentir así, protegida, a salvo.
Estuvimos así un largo rato, ninguno se quería romper el abrazo. Por mí la tendría así por siempre.
Me estoy jodiendo.
—Princesa, vamos a mi casa —asintió.
Nos levantamos y caminamos hacia el auto. En tres minutos llegamos a mi casa.
—Vamos —entramos a la casa, ya no estaba llorando, pero si tenía sus ojos rojos.
Subimos a mi habitación y ella se sentó en el borde de mi cama. No hablaba solo estábamos en silencio. Ella tenía su cabeza baja y yo la miraba, no podía dejar de hacerlo. Levantó su mirada y nuestros ojos se conectaron.
Me acerqué a ella sin apartar la mirada, me acuclillé y tomé sus manos.
— ¿Qué pasa Princesa? —Ella negó con la cabeza—. Confía en mí por favor.
— ¡Ese es el problema! Confío demasiado en ti y apenas te conozco —sonreí.
—Yo nunca te haría daño, dime que te pasa.
Suspiró —Hace algunos años tuve un novio, se llamaba Will la pasábamos muy bien, aunque nadie se enteró de lo nuestro, porque no me quería mostrar débil y siempre trataba de mostrarme fuerte —hizo una pausa y una mueca—. El día en que cumplíamos meses, me olvidé de darle su regalo así que fui a su habitación y cuando iba a tocar la puerta... —sus ojos se estaban cristalizando yo no quería que llore, eso me hacía sentir mal.
—Princesa si no quieres seguir no importa —ella negó con la cabeza.
—Cuando iba a tocar la puerta, escuché que estaba conversando con alguien y decía que yo era una simple apuesta, que estaba tan enamorada de él, que haría lo que él me pidiera, luego de eso corrí a mi cuarto y lloré toda la noche. Elliot me vio llorando, pero no le dije la verdad. Me sentía tan mal, cuando por fin le abrí mi corazón a alguien que no fueran ni Elliot ni Emma, solo lo traicionaron —verla así me dolía, como puede alguien ser tan idiota y hacer eso. Ahora mismo solo siento deseos de matar a ese idiota.
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Up falling in love
Teen FictionLa vida de Mía, nunca fue fácil, a los seis años es abandonada por su padre en un orfanato y lo único bueno que le a traído ese lugar, fue conocer a sus dos mejores amigos: Emma y Elliot. Y parece que nuevamente, la vida se empeña en jugarle malas...