Capítulo 25

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Después de ver una película Mía se quedó dormida en los brazos de Chace, sin embargo él, no lograba dormir. Toda su mente estaba ocupada, estaba pensando en el idiota de Will. ¿Cómo pudo aparecer justo ahora? No le cabía en la cabeza que regresara así, que viniera a causarles problemas, pero si de algo estaba seguro es de que Mía y él estarían juntos, que aunque haya llegado Will, permanecerán unidos, está seguro de eso. Pero siente algo raro, un mal presentimiento tal vez, no lo sabe. No puede mostrarse débil o dudoso, debe ser fuerte; lo sabe, por él mismo, por Mía.

La ve dormir, tan serena, parece no tener miedo a nada. Le acaricia la espalda mientras lanza un suspiro, una sonrisa aparece en su rostro. Luego una oleada de recuerdos aparecen por su mente, tantos momentos a su lado, tantos momentos que se han quedado grabados por siempre en su corazón. Ama a Mía más que a nada en el mundo.

Cierra los ojos por un segundo, pero tocan el timbre; se levanta del sofá con cuidado para no despertar a Mía, se alisa la camisa y camina hasta la puerta, la abre, pero afuera no hay nadie. Mira hacia todos los lados. Niños, pensó. Pero eso estaba lejos de ser acertado.

Cierra la puerta y camina nuevamente a la sala, se sienta en el sofá donde Mía duerme y juega con su cabello, sedoso y liso como siempre.

Mía abre un poco los ojos y sonríe al verlo, todo lo que pasó hace un momento parece olvidarsele. No piensa en nada más que en Chace. Él le sonríe de vuelta y le da un beso en la frente.

-Te amo -dice Chace mientras le da un beso en los labios.

-Yo también mí amor. Te amo.

Ambos sonríen, Chace levanta a Mía y la coloca sobre sus piernas. Mía pasa sus brazos alrededor del cuello de Chace y juega con su cabello. Solo se miran, no dicen nada. Los ojos brillantes de ambos dicen más que millones de palabras. Mía apoya la cabeza en el pecho de Chace y siente sus latidos, tan fuertes como la primera vez que la tuvo cerca.

Chace la besa en los labios y luego junta sus frentes. Está a punto de decir algo, pero el sonido del timbre lo interrumpe.

-Yo voy -dice Mía y se levanta.

Mía camina hacia la puerta, con Chace detrás de ella, la abre y se encuentra con un chico de unos dieciseis años, su cabello es castaño oscuro, su piel es bronceada y tiene los ojos azul claro.

-Hola -dice y mira a Mía directamente a los ojos.

-Eh, hola. ¿Te conozco?

-No. Tú no me conoces.

-Entonces, ¿quién eres?

-Necesito que me acompañes, por favor -los ojos del chico estaban algo rojos, parecía haber llorado.

-Primero di quien eres -dice Chace participando por primera vez de la conversación.

-Soy Marc, mi padre es Oswaldo Clare.

-Tú... -Las palabras de Mía se quedaron atoradas en su garganta.

-Sí Mía, soy tu medio hermano.

Mía lo miraba con los ojos abiertos, si se fijaba bien, podía notar que se parecía un poco ella, solo que la piel de él era más oscura.

-Mía... -Chace la abraza por la espalda-. Será mejor que entremos -dice esta vez mirando a Marc. Él chico asintió.

Los tres fueron a la sala y se sentaron; Mía junto a Chace en el más grande y Marc en el individual frente a ellos.

-¿Por qué estás aquí? -Pregunta Chace. Al parecer Mía aún no encontraba su voz.

-Nuestro padre está muy enfermo, tiene cáncer. Mía, por favor, necesito que vengas conmigo. Él quiere verte, por favor.

-¿Por qué ahora?

Up falling in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora