25. DULCE CONDENA

6.2K 451 78
                                    

Bien antes de leer sólo quiero pasar una pequeña sugerencia, esta canción inspiró el capítulo y puntualmente un momento (guiño, guiño a la foto), sooo.... si les gusta la canción mi consejo es que la pongan en loop mientras avanza el capítulo.

Ahora sin más que decir, disfruten el capítulo. Les dejo la imagen para que vayan adelantándose.

Gracias a los que me leen, votan y comentan, me hacen muy feliz.

Alexia.

...

Tomás Oslumia es un hombre demasiado ocupado, ni siquiera el único fin de semana que su hija lo visita, deja su trabajo a un lado.

La mayoría de las comidas se han resumido en dos platos donde simplemente puedo hablar largo y tendido con Baelee. El tiempo que nos brinda para investigar es mucho, pero tener a Ester como una rata fisgona todo el tiempo detrás de nosotros, es un problema.

—Siento mucho esto, pero realmente debo salir de emergencia a Madrid —el hombre con aspecto algo ligero a diferencia de los días de semana se para al borde de la piscina donde Baelee se acuesta sobre un flotador.

—Sé lo que significa el trabajo para ti, papá, no tienes que explicarlo —no puedo ver sus ojos a través de sus gafas pero puedo adivinar que Baelee ni siquiera le fija su mirada.

—Volveré lo más pronto y mañana podremos pasar el día aquí, descansar un poco, después de todo será domingo —el hombre intenta llegar a ella y la chica asiente.

—Claro, lo que digas —esta vez es algo incómodo incluso para mí.

El hombre se voltea a mi dirección y vuelvo mis ojos al libro en mis manos. No quisiera tener algo que ver en la conversación que acontece aquí.

—Me encargaré de comprarte un vestido hermoso y cenaremos esta noche ¿te parece?

Observo los esfuerzos de Tomás. El hombre parece intentarlo, pero Baelee no lo deja entrar. La chica que conocí hace un par de meses solía ser cálida como un rayo de sol en mitad del invierno, ahora, simplemente es fría, distante y algo me dice que es su coraza, su forma de defenderse ante el dolor.

Sé lo que la relación con su padre le afecta. La separación repentina de sus padres, el abandono que significó que Tomás Oslumia se centrara en su trabajo y ni siquiera se tentara de generar un vínculo fuerte de padre e hija, es un peso que puede llegar a borrar toda la luz en su ser.

Nunca digo nada al respecto. Nunca pregunto. Ella tampoco dice nada.

—Pediré a Ester que prepare una cena especial para los tres —levanto mi mano y me despido. Escucho al hombre alejarse y solo me centro en ella. Espero que diga algo, pero no lo hace.

— ¿Se ha ido? —Baelee intenta llegar al borde de la piscina con sus manos, pero su peso la hacen darse vuelta sobre sí misma.

Intento ocultar la risa en mi libro, pero es imposible.

— ¡Genial! Dije que no quería mojar mi cabello —se queja sosteniendo su cabello empapado—, ahora tendré que ducharme antes de que pueda meterme a su oficina —la chica camina bufando y toma una de las toallas—. Sí, todo es muy gracioso, vale, pero ¿puedes adelantarte? —Se inclina hacia mí y un par de gotas caen en mi libro—. Puedo entretener a Ester mientras indagas y luego de la ducha nos encontramos en la oficina.

Suelto el aire estancado en mis pulmones cuando se aleja. Tenerla tan cerca aún provoca los mismos efectos en mí. Desearía poder levantarme de esta silla y seguirla. Besar sus labios, pero no puedo. No debo.

SOMOS LA D.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora