El instituto: Capítulo 9

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Eve

El camino de vuelta se hace mucho más corto, o al menos lo intuyo porque me he quedado dormida durante todo el trayecto. Necesitaba descansar, porque mis horarios de sueño todavía están alterados. Cuando vuelvo a abrir los ojos después de cuatro horas ya es totalmente de noche y ya hemos llegado. Así que me apresuro a salir y llegar a casa porque hace frío. La luz de la casa está encendida y eso significa que Axel ya está aquí.

—Habéis vuelto. —Dice Axel. Está tumbado en el sofá. Lleva una camisa blanca y unos pantalones de traje negros. —Pensé que os habría capturado un par de brujas. —Dice irónicamente. Lanza el mando de la televisión hacia el otro lado del sofá y seguidamente se recuesta. —¿Qué tal el día?

—Demasiado. —Digo. Sigo un poco dormida.

—Y Eve tiene una noticia que darte. —Dice mi tía Alexa quitándose su abrigo y dejándolo en la entrada.

Le contamos a Axel todo lo que se ha perdido. Desde nuestro pequeño viaje al vecindario de los vecinos, hasta la revelación de mi poder. Estamos sentados en el sofá. Mi padre está con Axel y yo estoy recostada sobre mi tía.

—¿Enserio? —Axel sigue igual de sorprendido desde hace varios minutos. —Es... increíble. Joder, estoy conviviendo con una persona que puede cambiar totalmente su forma.

—Hasta que Eve controle su poder no quiero que esto salga de aquí. —Le advierte mi padre. —Quiero protegerla. Especialmente ahora que irá al instituto.

—¿Irás al instituto? —Grita Axel. Sí, está emocionado. Yo asiento entre risas cuando veo la emoción en su tono de voz. —Pero ¿cuándo?

—Mañana.

—¿Mañana? —Vuelve a gritar. Mi padre le da un pequeño golpe en el brazo a causa de su emoción. —Y... ¿Cuándo habéis hablado esto?

—No hemos hablado mucho de esto. —Miro a Alexa. —Quería llegar a casa y estar tranquilos. —Asiento. —Axel va a último año así que no podrá acompañarte todo el día. En su caso lo hará un ayudante. Normalmente suele ser un ángel de tu mismo curso, así que no debes preocuparte por nada.

—Axel te llevará todos los días a clase y se encargará de traerte también. No quiero que cojas el tren sola todavía. Axel tiene clases fuera de su horario, de otras cosas, tú también podrás hacerlo.

—¿Qué clases? —Le pregunto a mi padre.

—Hay de todo. Puedes aprender sobre algún tipo de instrumento, o puedes tener clases de pintura, de refuerzo de magia, de escritura... Y de deporte, que es lo que yo hago.

—Tus clases son de nueve a cuatro y las clases fuera de horario son de cuatro y media a seis, normalmente. Puedes elegir los días y cuánto quieres hacer, mañana te darán sus itinerarios, pero por ahora no quiero que te preocupes de eso. —Siento un leve cosquilleo en mi estómago. Comienzo a ponerme nerviosa. —Y deberás llevar un uniforme. Te lo dejaré mañana preparado. —Asiento. —Bueno, Axel, ¿qué nos harás para cenar?

—¿Perdón? No pienso cocinar. —Dice entre risas. Se levanta y se plancha con las manos su camisa. Sí, a pesar de que es mi primo me quedo embobada observando lo bien que le queda esa camisa. —¡Me habéis dejado solo todo el día!

—¿No era que te aburría estar con nosotros? —Axel le hace un gesto con la mano a mi padre.

—Buena respuesta.

...

Después de darme una ducha decido salir de mi habitación. Axel ya me ha dado las buenas noches y se ha ido a dormir, pero antes de que esta locura empiece quiero estar con mi padre. Nunca he estado en el primer piso de esta casa. Está dedicado a mi tía y mi padre, sólo para ellos, con sus habitaciones, sus baños, sus vestidores y una sala de estar para sus amigos. La habitación de mi padre está justo al principio del pasillo. Antes de entrar toco la puerta, aunque está entornada.

The HoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora