EveNo suelo levantarme de muy buen humor por las mañanas y mucho menos cuando tengo que ir al instituto. Lo único que me hace realmente feliz a las siete y cuarto de la mañana es un café bien grande y una ducha, y esto último me ha quitado todo el tiempo para hacer lo primero.
Me seco rápidamente el pelo. Es realmente platino, no blanco puro, sino un rubio muy claro. Nunca he visto a nadie con el pelo tan platino como yo. Bueno eso no es realmente cierto. Mi madre y yo compartimos este pequeño atributo y aunque me encantaría poder decir que es lo único que compartimos, no lo es. Las dos tenemos nombre parecidos, yo soy Eve y ella es Evelin. Mi padre tampoco iba a ser menos, Eivian, se llamaba.
Realmente mi pelo no se distingue mucho de mi piel, aunque ésta sí que es blanca. Cuando decía que nunca había visto una apariencia como la mía no mentía. Es algo que realmente me distingue de esta sociedad tan extraña. Aquí la gente no suele arriesgar en su apariencia y el color que predomina es el negro así que yo, soy la excepción, siempre soy la excepción.
Abro la ventana de mi habitación y dejo correr el poco aire que entra. Ya me he cambiado y me he puesto mi uniforme, una camisa blanca, una falda blanca y una chaqueta azul marina. Estamos en primavera y ya hace realmente calor. El apartamento donde vivimos mi madre y yo está justo situado en el último piso de este edificio. Este gran rascacielos pertenece a un complejo de lujosos apartamentos. Grandes, bonitos y caros, extremadamente caros. Tiene cinco habitaciones, cinco baños, una gran cocina, un gran salón y una gran terraza que recorre toda la casa. Sigo pensando que es demasiado para mi madre y para mí, pero no puedo quejarme, vivimos aquí gracias a ella. A ella y a su trabajo.
A pesar de que llego un poco tarde, me encanta asomarme a la terraza y ver el sol amanecer. Y aunque mis vistas son extremadamente privilegiadas y bonitas, todo se opaca cuando se topa con un gran agujero en el medio de la cuidad. Y aquí es cuando todo se complica y lo que os voy a explicar resumidamente a mí me ha costado años de estudio comprenderlo.
Hace más de cuatro mil años la tierra se dividió en dos. La Luz, la parte norte de la tierra y La Oscuridad, la parte sur de la tierra. Si suena totalmente descabellado, pero todo tiene un por qué. Los humanos, es decir, los que ahora convivimos en La Luz vivíamos con los subterráneos, o cómo se llamaban en ese momento, los inhumanos. Los llamamos inhumanos porque todos ellos poseen fuerzas y apariencias que nosotros no tenemos. Demonios, vampiros, ángeles, hadas, hombres lobo, sirenas... y una infinidad de especies. Éramos especies distintas, pero convivíamos en paz y con reglas en un mismo lugar. Todo cambió con la llegada de los demonios. Teníamos que testar nuestras buenas voluntades y cuanta maldad podríamos llegar a tener. Vamos, una locura. Así que a los ángeles no se les ocurrió otra magnífica idea que crear a Can, una persona con una capacidad de maldad nunca vista, a la que llamaron demonio.
Digamos que se le fue de las manos y la cosa no acabó realmente bien.
Maya, era el ángel que tenía que supervisar a Can. La eligieron a ella porque era uno de los ángeles más poderosos y que intentaría hacer que Can mejorase su actitud y su visión sobre el mundo. Siendo sinceros ¿alguien pensó que realmente iba a ir bien? Maya se acabó enamorando de Can. Y por si no fuera poco, se quedó embarazada. Y nació el primer demonio con una capacidad de maldad mucho mayor que la de Can. Los humanos vimos esto como un acto de traición, pensando que lo único que querían era destruirlos así que antes de comenzar cualquier tipo de guerra, el hechicero Narel creó un agujero en el centro de la tierra que separase dos mundos para que nunca más hubiese ningún problema.
Bueno, esa parte es otra historia.
—¡Eve, vas a llegar tarde!. —Grita mi madre desde la otra parte de la sala. Escucho resonar sus tacones por el suelo blanco de mármol. Salgo del balcón y cojo la mochila que está encima del escritorio.
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The Hole
Ciencia FicciónEn la tierra, un lugar totalmente dividido entre La Oscuridad y La Luz, Eve descubre un gran secreto que le obliga a replantearse su vida de la noche a la mañana.