La familia: Capítulo 7

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Eve

Ya conozco el nombre de Nick. Mi madre lo mencionó justo antes de bajar. Nick es el hechicero que le quitó los poderes a mis padres y les introdujo en La Oscuridad. Según mi madre, es uno de los mejores hechiceros de la ciudad y probablemente sea un gran conocido de ellos.

—Conocí a Nick cuando era pequeño. —Sigue mi padre. Axel ha ido al coche a coger unas mantas con las que calentarnos. No sé qué hora exactamente, pero creo en breves comenzará a anochecer. —Nuestros padres eran muy buenos amigos de él y fue quien me enseñó la gran mayoría de mis poderes. Y los de Alexa. —Ella asiente. Sigo escuchando con atención. —Cuando tu madre se quedó embarazada, los dos entramos en pánico. Traer a un híbrido al mundo era complicado, pero ¿mitad demonio y mitad ángel? Hacía siglos que no habíamos visto algo así. Así que contactamos con él y nos dijo que había tres vacantes para La Luz.

—Mamá me lo contó antes de irme.

—Ella ama a Nick, fue quien nos salvó. No teníamos una casa, un lugar estable. La mejor opción fue La Luz y él hizo todo lo posible por ayudarnos. Ayudó a mamá con tu hechizo, te salvó la vida porque se te paró el corazón en la barriga de tu madre. —El corazón me da un vuelco cuando escucho esas palabras. Mi padre está serio. —Nick está deseando conocerte desde el primer día que escuchó tu latido. —Sonrío. —No quería que le conocieras hasta que no estuvieses preparada, pero Nick es quien mejor sabe sobre la magia. Él sabrá guiarte.

—Hasta entonces no quiero que tomes una decisión. —Dice Alexa. —Y cuando lo hagas Axel te ayudará. Está en último año.

—Yo estaba en último año en La Luz. —Suena como una pregunta, pero la realidad es que es una afirmación. Creía que el infierno del instituto había acabado.

—Aquí se estudia un año más. Creemos que es importante que seáis conscientes de la importancia que es tomar una decisión como es la de ir a la universidad.

—Pero mi madre no te quiere aburrir con esas cosas. —Río con el comentario de Axel mientras pego la manta a mi cuerpo aún más. —Ser de último año es la hostia. Ir al instituto es la hostia. Hay fiestas casi todos los fines de semanas, tenemos equipos de deporte, hermandades... No sé cómo cojones es el instituto en La Luz, pero yo te enseñaré como es aquí.

—Oh, no Axel, no lo harás. —Le advierte mi padre. Axel se ofende y comienzan su pequeña discusión.

Tal y como lo predecía. El atardecer se impone a la hora, probablemente sean las siete de la tarde, no estoy completamente segura, pero ese atardecer me deja hipnotizada durante los siguientes quince minutos. Siempre he creído que nunca vería un atardecer como en el rango cinco, pero este es mi primer día aquí y he de decir que nunca había visto unos colores tan vivos como estos. Los amarillos se vuelven naranjas brillantes que se mezclan con los rosas y los morados y que poco a poco se van oscureciendo detrás de las montañas del siguiente vecindario, el de los ángeles. No he dejado de sonreír en ningún momento, y durante esos quince minutos me olvido de la idea de mi padre de llevarme de vuelta al instituto.

Cuando empieza a oscurecer decidimos volver a casa. Comienza a hacer frío y mi cuerpo debe de acostumbrarse a este cambio tan brusco de temperaturas.

El camino a casa se hace relativamente corto. Bueno, realmente, todo el día se me ha hecho muy corto. Alexa, Axel y mi padre han hecho que me sienta cómoda en todo momento y no se han atrevido a juzgar ninguna de mis decisiones y eso me ha dejado relativamente tranquila. Por una parte, la idea de ir a un instituto que no sea el mío, lleno de subterráneos me da pavor. Me encanta tener el control de las situaciones y sobretodo no tener que depender de nadie, pero eso ahora mismo es algo imposible. Las últimas veinticuatro horas han descuadrado todas mis ideas y mi futuro. Todo lo que tenía controlado se ha desvanecido y me da muchísimo miedo.

The HoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora