Costumbres: Capítulo 11

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Eve

Y por si el círculo todavía no se había completado, ahora lo acababa de hacer. ¿Aris, el mejor amigo de Axel? ¿En qué momento? Estoy totalmente perdida. Mi cara de asombro parece ser que le hace gracia.

—¿Pero vas a mi clase? Intento crearme un argumento válido en mi cabeza, que va a explotar en cuestión de segundos.

—He repetido curso, tengo un año más. –Levanto las cejas. Oh claro, ahora entiendo.

Mi primo llega justo en el momento perfecto para vivir nuestro primer encuentro. Y supongo que ahora es cuando me doy cuenta de que no sé absolutamente nada de Axel. Aunque podría habérmelo dicho, o al menos sugerido. Axel se nos queda mirando con su mochila colgada del hombro.

—Eve. —Me pone una mano en el hombro. Le miro un poco desorientada. —¿Qué tal el día? —Me sonríe. Evitando literalmente a su amigo y centrándose en mí. —Espero que mejor que el mío. —Intento proyectarle con una mirada lo que pienso, Aris está al lado. —Hablaremos en casa. Espero que este inútil no te haya molestado. —Mira a su amigo. Vale, sí, estaba evitándolo.

—Axel... Está en el grupo de Dave... Y aquí enfrente.

—Oh si, mierda. —Se da un golpe en la frente. ¿Acaba de caer en que Aris está en el grupo? —Se me olvidó decírtelo, no pensé que lo conocerías tan pronto. Bueno él es Aris y ella es Eve. —Nos señala relativamente. Aris oculta una risa. Y yo, también. —Y aléjate de ella. —Le amenaza.

—¿De qué coño hablas? Le estás dando una imagen que no es solo porque soy híbrido.

—Exactamente y sube al puto coche. —Dice Axel. Aris se pone las gafas haciéndole caso a su amigo y se sienta en los asientos traseros. —No te preocupes, es inofensivo.

—No te preocupes, está bien. —Murmuro, restándole importancia. —¿Se viene a casa? —Asiente. Aris da un golpe en la ventanilla y me sobresalto.

Intento no reírme y me subo al coche. Aris parece un poco insoportable y mi primo actúa intentando no matarlo. Me preocupa estar rodeada de subterráneos tan poderosos, pero como ha dicho Dave, ellos no atacan si no se sienten atacados. E intentaré durante esta hora y media no atacarles con mis preguntas.

El viaje es divertido, Aris es divertido. Es una mezcla entre el ego de mi primo y su ego, lo que le hace tener un ego enorme. Algo que he aprendido hoy de Axel es que puede tener muy mal carácter cuando tiene hambre y está cansado, aunque solo con Aris, conmigo sigue siendo cariñoso.

Axel deja el coche aparcado en el garaje cuando llegamos después de una hora y media de viaje y juntos entramos en casa. Huelo a comida y mi humor también cambia. La verdad es que me muero de hambre y tengo ganas de descansar. Mi tía está preparando la comida en la cocina. Es un poco tarde, las cuatro y media. Inconvenientes de empezar tan tarde. Sólo debo de acostumbrarme.

—Aris, cielo, no te esperaba por aquí. —Dice Alexa cuando nos ve llegar. Dejo la mochila y el abrigo encima del sofá. Estoy un poco cansada para subir las escaleras. Supongo que Alexa y Aris se llevan bien, como mi madre y Alan. Sí, exactamente, me recuerda a eso.

—Ha sido todo de última hora. —Dice Aris con un tono de voz más calmado.

—Eve. —Viene corriendo hacia mí y me da un abrazo. —¿Qué tal tu día? —Me pregunta enérgicamente. —Cielo, estarás cansada. —Asiento con una sonrisa. Me hubiera encantado contarle este día a mí madre. —Venga, os preparo la comida y descansáis. —Ella me da un beso en la mejilla.

Preparamos la mesa mientras que Alexa acaba de preparar la deliciosa sopa de verduras que ha hecho. Nos sentamos alrededor de la mesa del comedor y nos disponemos a comer. Aris se ha sentado a mi lado a regañadientes de mi primo, como si quisiera tenerlo alejado de mí. 

The HoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora