Capitulo 1

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UNA EQUIVOCACIÓN.

Por lo regular todas las historias de romance, los cuentos de hadas o la mayoría de estos terminan con un "felices por siempre"... Uno en donde la chica se casa con el amor de su vida y viven felices lo que resta de sus vidas.

Cenicienta, Blanca Nieves, la Bella Durmiente etc.

¡Como si no hubiera un día después de la boda de ensueño!

¡Tonterías! Querer vivir todo ese romanticismo absurdo en la vida real me parece exceso de Disney.

Al menos ahora.

Mentiría, si digo que yo nunca fuí una de esas mujeres ingenuas con complejo de doncella en peligro.

Mentiría, si digo que nunca esperé encontrar a mi hombre ideal.

Si digo que todo ese cliché del amor verdadero nunca me importo.

Por qué si hubiera sido así, nunca lo hubiera conocido a él.

Y está "historia de amor" no hubiera tenido un principio... Por qué era una historia de amor, al menos para mí. Pero no creo que mi historia sea como las otras. Está historia no termina en una boda con el hombre ideal.

No. Al contrario, ahí comienza.

Dicen que el amor de tu vida, siempre llega después de el error de tu vida... En mí caso eso parecía ser literal.

Enamorarse es un privilegio que solo los tontos soñadores nos damos. Entregamos todo, sin esperar nada a cambio.

Mi nombre es Annelise Cipriano y yo era una tonta soñadora. Que se enamoró del hombre equivocado en el momento indicado.

- ¡Dile, dile! ¿Acaso no quieres que yo también sea feliz? - mí hermana se detuvo un instante para mirarme con una legendaria expresión de reproche pintada en los ojos. - Sus amigos deben de ser de otra clase, de otra posición, si él me los presenta a lo mejor hasta yo también puedo casarme dentro de unos meses.

- Laura no necesitas a un hombre para ser feliz - le respondí negando lentamente con la cabeza con una ligera sonrisa en la comisura de mis labios como si ya estuviera acostumbrada a su terquedad.

- Lo dice la que se casó hace tres días - ironizó en respuesta poniendo los ojos en blanco mientras seguía picando vegetales.

Aquella parecía ser una noche como cualquier otra, el reloj marcaba las 20:30hrs. Y ambas estabamos en la cocina preparando la cena. Mientras Laura trataba de convencerme de que le dijera a mi ahora esposo, ¡si esposo! (aún no podía creerlo) que le presentara a uno de sus amigos.

- Yo me case por qué estoy enamorada, terriblemente enamorada. No lo planeé, solo sucedió, además... y yo también era feliz. Aún sin conocer a Adrien - me justifique sin apartar los ojos de la estufa

- Anda dile, no pierdes nada. Si no se lo pediré yo misma - me advirtió parándose a mi lado para mirarme frente a frente aún decidida.

- No, entiende. No quiero que piense que nos estamos aprovechando de él. Y menos ahora, recuerda que nos peleamos antes de que se fuera.

- Pero ahora es tu esposo, tu deber es aprovecharte de él. Además que mejor pretexto para hablarle y arreglar las cosas - insistió con su mirada de cachorrito perdido tratando de convencerme

Justo antes de que pudiera darle una negativa más el teléfono de la casa comenzó a sonar.

- Espera, yo contesto - corrí desde la cocina hasta la pequeña sala en dónde estaba y lo tome antes de que dejara de sonar.

𝕄𝕠𝕟𝕒𝕣𝕔𝕙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora