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...

NARRACIÓN AZRRAEL —





Después de terminar con ese cuerpo tan pequeño volví a mi forma natural y me lo volví a coger aun que ya ni si quiera se sentía bien, su agujero quedó todo guango y no dejaba de salir sangre, termino dándome asco.

Me senté un momento pensando en lo que acababa de hacer pues faltaba exactamente un mes para que oficialmente fuera el Alfa y líder de la manada y se supone que mi deber como Alfa era garantizar la seguridad y protección de los más débiles o vulnerables en este caso los omegas aún que verdaderamente esto sólo se aplicaba cuando el omega es mujer pero nunca cuando es un hombre, cuando se trataba de un jodido hombre nadie hace nada y yo tampoco lo haría, probablemente Abel moriría y eso no parecía importarle mucho a sus hermanos los cuales estaban a cargo de él pues justo después de que yo termine Spencer se acercó a él y le metió su verga a la boca aun que de inmediato la sacó, después dejó caer su cuerpo como si fuera basura, aún que no le faltaba mucho para enserio serlo.

Mi consciencia estaba tranquila, me preocupaba sentirme algo mal después de esto pero no, no me sentía arrepentido de haberlo hecho.

Las semanas pasaron demasiado rápido y no dejaba de escuchar lo que ya me esperaba.

Mi pareja destinada...

Es algo extraño pero durante siglos el líder siempre antes de convertirse en el Alfa de su manada tiene que encontrar a su pareja destinada, se reúnen todas las omegas de su pueblo en una fiesta donde como si fuera magia un olor dulce tiene que destacar entre todas las demás, dicen que tiene que ser un olor tan embriagante que de inmediato sabremos quien es la indicada...

Pff, eso honestamente me daba tanta risa, no quería unir mi vida a una sola persona siendo tan joven, tampoco quería tener que consultar muchas de las cosas de la manada con un ser tan débil e insignificante, me causaba un dolor de cabeza impresionante pensar en todo lo que conllevaría.

Pero tendría que aceptarlo y por eso pedía que aquella omega fuera lo suficientemente hermosa para poder olvidarme de lo miserable que sería mi vida en cuanto la marcará.

Faltaban tan solo dos días para que la fiesta se llevara a cabo y todas las omegas ya habían sido invitadas, de echo era de lo único que se hablaba, siempre que salía podía escuchar a las chicas hablar de eso y todas parecían estar muy emocionadas...







...)



Spencer cumplió con lo que me había dicho, me llevó un pedazo de pan con mermelada y crema de maní.

Me puse muy feliz al ver que venía con eso y de inmediato pegue mi cabeza al suelo y espere a que el hablara.

Spencer — (sonríe)... La perra tiene hambre? —

Moví mi cabeza en señal de si y después me acerque hasta sus zapatos y los lami limpiando la poca suciedad que tenían estos, a Spencer le gusta que haga eso, lo sé porque siempre sonríe y se comporta menos violento de lo normal.

Spencer — que tanto lo quieres? —

Su voz estaba rara, ese tono era completamente nuevo, jamás lo había escuchado hablar de esa forma.

Lami desde la punta de su zapato hasta donde estaba su calcetín, tenía que hacerle saber que enserio quería ese trozo de pan y es que enserio lo quería.

Sin esperarlo sentí la mano de mi hermano en mi cabeza pero contrario a otras veces no me golpeó, solo la movía...
No supe como reaccionar ante aquella acción pues no era dolorosa y tampoco me disgustaba, sin quererlo lo mire un poco y quede algo anonado pues la mano de mi hermano bajo lentamente hasta mis labios y con uno de sus dedos comenzó a sobarlos hasta que introdujo un dedo dentro, empecé a temblar y volví a mirarlo, nuestras miradas chocaron y de inmediato entre en pánico, lo había mirado, lo había mirado y el se dio cuenta, no, no, no NOO!!!.

Como ya lo esperaba sacó sus dedos de golpe y me empujó hacia atrás, choque contra la pared y me quede quieto viendo como mi hermano se quitaba su cinto y después desabrochaba su pantalón, lo bajó un poco y de ahí sacó algo que conocía, claro que lo conocía, sabía perfectamente lo que era.

Moví un poco mi cabeza para hacerle saber que no quería pero eso obviamente no le importo, me tomo por los cachetes y después con voz ronca me grito que abriera la boca, yo lo hice con las lágrimas ya escurriendo y de golpe metió toda su parte íntima dentro de mi boca, mis ojos se abrieron y comenzó algo tortuoso que duro una eternidad, o al menos así lo sentí yo, esa cosa raspo y golpeó constantemente mi garganta asfixiandome, no podía respirar y tenía unas ganas inmensas de vomitar pero no podía, quello bloqueaba totalmente toda mi boca.

Al final sentí como era que algo espeso inundaba toda mi boca y cuando lo sacó esa cosa salió con el.

Spencer me tomo del mentón y me hizo verlo mientras ponía su parte íntima encima de mi cara, yo seguía sintiendo como esa cosa goteaba de mi boca, me sentía lleno.

Spencer —...aahhg, aah (agitado), ¿te gusta le leche de papi? —

Con lágrimas en los ojos asentí mientras cerraba los ojos y dejaba salir más.

Spencer — (sonríe), buen niño —

Después de decir aquello me soltó y dejó el plato con el pan en el suelo, me dejó solo...

No me trato mal pero... ¿Porque me sentía como si me hubiera hecho algo horrible?, era el mismo sentimiento que sentí cuando Azrrael me hizo aquello pero con la única diferencia de que Spencer no me había golpeado y tampoco me había tratado mal como siempre, pero, ¿porque?...

Llore todo ese rato mientras comía mi pan, me sentía mal, muy mal y ni si quiera sabía el porqué.

Spencer había sido tan bueno, tan amable...































El Sabor de la Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora