Azrrael— muévete maldita sea no tengo todo tu tiempo —
Lo iba empujando con algo de fuerza mientras lo apuraba a que tomará sus cosas, aún que realmente ni si quiera tenia prisa tan solo me gustaba ver como se desesperaba e intentaba tomar las pocas cosas que tenía de forma rápida, era entretenido verlo.
Pude ver como terminaba de tomar sus cosas y se giraba hacia mí, sonreí de lado y me acerque hasta donde estaba el estaba para después volver a tirar todo lo que tenía en sus manos, no hizo nada, tan solo se quedó quieto.
Azrrael— esas cosas ni si quiera son tuyas (le escupi)
Vete de aquí antes de que te arranque las piernas —Tan pronto como dije aquello pude ver como su cuerpo se exaltaba un poco.
Después de lo sucedido aquel día podría decir que ahora a comparación de antes Abel me temía mucho más pues sólo bastaba para que yo me acercara si quiera un poco o le hablara y el ya estaba temblando a horrores, incluso muchas de las veces lloraba, o bueno, realmente todo el tiempo está llorando.
Suspiré con un poco de pesades pues seguía sin asimilar muy bien la idea de que ahora me vida sería así.
Decidí junto con Spencer lo que haría con Abel y como nuevo jefe de la manada.
Primero que todo nadie podía enterarse que Abel era mi pareja destinada, se le diría al pueblo que la identidad de mi pareja se mantendría en anonimato por un tiempo por asuntos personales, claro, hasta que pudiera encontrar a una omega lo suficientemente perfecta para tenerla a mi lado, después llevaría a Abel lo más lejos posible, a una casa qu se supone sólo es de vacaciones para ir a las montañas pero que ahora sería la estancia permanente de Abel, y lamentablemente estaría viviendo con el por algún tiempo.
Hable con una consejera... Y se lo dije, le solté sobre mi gran desfortunio y sus palabras no fueron más que una condena para mi.
Tendría que estar con él niño, tendría que aprender a aceptarlo...Aceptarlo mis huevos, acepte quedarme con el ese tiempo pues mi rut no tardaría en llegar y quería descargar toda mi lujuria en aquel saco de huesos, quería escucharlo llorar, sus huesos crujir y su voz intentando no salir... Supongo que era lo único bueno que tendría al estar con el y no me quejaba pues sería para lo único que serviría.
Llegue en donde se encontraban ya las camionetas que nos llevarían hasta la nueva casa y ahí estaba ya Abel a un lado de Spencer y desde aquí podía oler como lo estaba sometiendo, era increíble la cantidad de feromonas que le hacían presión, igual no le tome importancia.
Ahí también estaban Octavio, David y Lucas, ellos también sabían de esta mierda y para ni hacer esto más tedioso de lo que ya era decidimos aún que sea disfrutar un poco ya que íbamos a las montañas, podríamos casar y sacar a pasear un rato a nuestro lado animal.
Azrrael—... Abel, ven aquí —
Le ordene y vino corriendo hacia mí aun que cogeara.Me acerque hasta su oído y le susurre.
Azrrael— quieres ir encima o a un lado de papi~ tengo unas ganas inmensas de romperte el asqueroso ano —
Pobre.
Pude ver como de sus ojos comenzaban a salir lágrimas pero contrario a lo que podía estar sintiendo movió su cabeza en señal de si, comenzó a temblar, a temblar tanto que parecía que enserio la idea le asustaba.
De inmediato una mano se fue directo hacia su boca y comenzó a atacar sus uñas sin piedad, me dio gracia.
Le toque con mi mano la mejilla y con mi cabeza le hice una seña para que subiera a la camioneta que teníamos a un lado.
Después de el subió Spencer y al final yo.
Estaba sentado en una orilla con su cuerpo totalmente encorvado sin dejar que se viera su cara y seguía sin dejar de temblar.
Azrrael— Abel... —
Con su nombre bastó para que se pusiera de pie y se acercara hasta donde yo estaba.
Podía sentir la atenta mirada de Spencer la cual seguía cualquier movimiento que realizara su hermano hasta que este se sentó en mis piernas.
La camioneta comenzó a avanzar.
Debo admitir que tenerlo encima mio no me exitava en lo absoluto pero quería fastidiarlo o quizá joderlo durante todo el viaje, ni quería aburrirme.
Lo tomé de las piernas y lo presione contra mi polla la cual ni necesitaba estar dura para sentirse a través de mi pantalón.
El cuerpo de Abel se tenso por completo, es obvio que no le gustaba nada de esto pero a mi me prendía la idea de que estuviera haciendo algo que lo hacía llorar.
Comencé a moverme rozando constantemente mi verga contra su trasero huesudo.
Llevaba puesta una falda que obligue a que se pusiera junto con una sudadera blanca, a de mas de un gorro que cubría su cabeza.
Azrrael— mmh~, mi verga quiere destruirte Abel —
Se lo lance sabiendo que eso lo asustaria aún más, quería que estuviera aterrado.
Desabroche mi pantalón dejando libre mi pene el cual chocó contra la espalda de Abel.
Se encorbo mientras con sus dos manos se tomaba la boca, sabía lo que hacía, no quería hacer ruido.Le levante la falda e hice a un lado su ropa interior y toque su ano inspeccionandolo un poco y de él como estaba, no se veía tan mal, mas bien creo que se encontraba en muy buenas condiciones considerando que literalmente se lo hice estando en mi forma animal.
Era rosa.
Se la metí hasta el fondo, bien adentro y comencé a perforarlo.
No tardó nada en empezar a sangrar, su interior incluso estaba temblando.Me aburrí, ni si quiera termine, su llanto comenzó a escucharse y en ves de prenderme como pensé que haría no hizo más que fastidiarme, lo saque y después lo empuje haciendo que chocará contra la puerta de la camioneta.
Azrrael— deja de llorar maldita sea! —
Le golpe la cabeza contra la puerta y eso no pareció funcionar pues a su llanto se le sumó un pequeño hipo que me cabreo hasta la puta madre.
Azrrael— Deten la estúpida camioneta AHORA! —
Pude ver como en la mirada de Abel no había más que miedo, tanto miedo que parecía que en cualquier momento se desmayaria.
Lo tomé de la sudadera y lo a vente hacia la carretera.
Azrrael— vamos —
Cerré la puerta y así como se lo indique al chófer comenzó a andar nuevamente.
No mire hacia atrás y esque no pensaba dejarlo ahí, tan solo le daría un pequeño susto.
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...)
No... No... NOOO!
No se de donde saque las fuerzas pero comencé a correr detrás de la camioneta.
No podía dejarme aquí, no podía abandonarme aquí.
Juro que esta ves no lloraría, lo haría bien, lo haría todo bien pero porfavor, porfavor no me dejen aquí.
La desesperación que sentía era tanta que no podría explicar la cantidad de sentimientos que se hicieron presentes en mi, tan solo se que desee jamás haber llorado y haberlo hecho todo bien...
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El Sabor de la Sangre
Manusia SerigalaAbel es un chico omega que hasta ahora a vivido una vida simplemente miserable, su familia lo desconoce por completo, nadie lo protege, tampoco lo defienden cuando se meten con él, ni si quiera sus propios hermanos que muchas veces están presentes c...