No se muy bien cuanto tiempo duramos fuera pero supongo que fue lo suficiente para llegar a la puesta de sol, los últimos rayos de sol estaban golpeando con intensidad mis ojos y a la distancia pude ver a Abel.
Estaba sentado donde lo había dejado antes de irme, no se había movido y podía ver desde aquí como intentaba no quedarse dormido, no dejaba de pestañear y bostezaba constantemente.
Se me ocurrió una idea.
Intente ver a Abel como mi presa, tomé impulso y salí de un brinco desde los árboles.
Caí encima de él dejándolo entre mis patas, comencé a olfatearlo mientras lo veía cubrirse con sus brazos de forma desesperada.
Me reí internamente y me quite de encima de él, me senté aún lado aún en mi forma animal esperando a que se acomodara pero parecía que seguía aún muy asustado pues pronto comencé a escuchar el cómo lloraba.
Aaahh supongo que tendría que acostumbrarme a esto.
De forma amistosa comencé a lamerlo y esperaba que su lado animal lo entendiera aún que ahora que lo pensaba su primera transformación no pasó como debería, no conocía al labo de este niño.
Conocía una forma de ayudar a que el lado animal saliera de forma involuntaria o sin mucho esfuerzo.
No lo pensé mucho, tan solo comencé a llamar a su labo a través de mi subconsciente.
Esperaba que funcionaria y por lo visto si que lo hizo, de echo fue mucho más fácil de lo que pensé pues en un dos por tres de este pequeño niño comenzó a salir un pequeño pero enserio pequeño lobo blanco con ojos color celeste y un patrón bastante peculiar en su espalda...Le lami una oreja y después de aquella acción se tiro al suelo y se dio la vuelta, sonreí, me dio gusto verlo hacer aquello.
De inmediato Irad sintió curiosidad.
— ¿cuál es tu nombre pequeño? —
Lo escuche decir y eso me causó gracia pues durante todo este tiempo no había salido, ni si quiera había protestado por la manera en que llevaba tratando a su pareja durante todo este tiempo.
El lobo no contestaba.
De inmediato sentí que una pregunta que jamás se hizo fue directo hacia mí.
Azrrael—... Abel.., deja que hable —
Movió la cabeza en señal de no y creo que esta ves no fue precisamente Abel quien respondió si no su lobo.
Irad— contesta... —
Tanto irad como yo siempre hemos sido de esta forma demandante, no nos importa, y que sea nuestra pareja tampoco lo hará.
Escuchamos a través de un susurro el cómo respondía.
— ciel —
Fue lo único que dijo sin despegar su cabeza del suelo.
Creo que tanto como Irad y yo quedamos satisfechos con aquella respuesta pues no preguntamos más, tan sólo lo impregnamos de nuestro olor antes de irnos.
Volví a mi forma humana antes de entrar a casa y subí directo a mi habitación para poder tomar una ducha, lo suficientemente larga para relajarme todo el punto cuerpo incluso la mente...
Honestamente estaba preocupado un poco por lo que pudiera pasar con este niño pero al final solo fui yo quien se preocupo de mas, todo iba a ser sencillo, literalmente tenía comiendo de la palma de mi mano a ese mocoso.
Salí ya cambiado de la habitación y cheque la hora, 9:30, tenía hambre.
Fui hacia la cocina encontrándome con Spencer el cual estaba recargado sobre la acera del comedor, estaba bebiendo algo.
Spencer— no hay comida —
Tan solo levante las cejas y salí de ahí sin decir nada, camine hasta la puerta trasera para encontrarme de inmediato con Abel el cual estaba hecho bolita en su forma humana mientras temblaba, el aire estaba frío.
Azrrael— levántate... Y sígueme —
Lo acato de inmediato, se paro mientras tambaleaba y me siguió, ni si quiera lo voltee a ver, no me importaba nada de él, tampoco en que condiciones se encontrará.
Lo lleve hasta la cocina donde me gire para verlo.
Azrrael— prepara algo, ahora —
Después de decir eso me senté y no dije nada más, quería molestarlo un poco, es obvio que no sabe nada y eso claro es motivo para ser castigado...
...)
Todo el cuerpo me dolía, en especial las piernas y la parte de mi vientre, me dolían demasiado pero no podía quejarme.
Azrrael quería que cocinara... Diablos.
Que rayos se supone que voy a hacer, jamás en mi vida e cocinado, ni si quiera conozco algún platillo, lo único que conozco es pan con cosas untadas pero obvio no puedo darle solo eso, seria como pedir directamente que me mate...
Piensa, mierda piensa.
Me sostuve de la acera y comencé a buscar con mi vista sin ser muy obvio algo que pudiera ayudarme, tenía que haber algo.
Pude divisar no muy lejos unos cuantos libros, camine lo más normal que pude y tomé uno de los libros, mierda, me sentía muy caliente, creo que en cualquier momento podía desmayarme.
Respire hondo e intente calmarme, tenía que aguantar, tenía que hacerlo.
Trague frío y parpadie.
Abrí el libro con dificultad y sonreí, alguna ves escuché decir a mis hermanos sobre un recetario, que bonito, supongo que a esto se referían.
Tengo entendido que a los alfas les gusta la carne, tendría que buscar algo que tuviera carne.
Busque algo sencillo, era Chile reyeno con una pierna adobada, comencé a buscar lo que necesitaría y fue fácil pues todo lo que necesitaba ahí estaba, por el momento todo iba bien...
Ahora venía la parte difícil, jamás había manejado un cuchillo o una estufa, no sabía muy bien como hacerlo, aún que había algo aún peor, tampoco sabía leer muy bien, apenas si pude entender lo que necesitaba... Diablos.
Azrrael— que pasa?, no puedes? —
La voz de de Azrrael me distrajo, volví a tragar frío.
Negué con la cabeza, tenía que darme prisa.
.
.
.
No me pregunten como lo hice, tan solo se que lo hice, lo logre, estaba feliz de haberlo hecho, jamás creí poder hacer algo como esto por mi cuenta.
Me sentía muy feliz.
Comencé a servir los platos con algo de dificultad pues a estas alturas el cansancio que sentía ya era demasiado, respirar incluso era difícil.
Serví los platos y los puse encima de la mesa, todo ante la atenta mirada de Azrrael y Spencer aún que de la nada comenzaron a entrar Octavio y los demás.
Azrrael lo probó... Lo probó
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El Sabor de la Sangre
Manusia SerigalaAbel es un chico omega que hasta ahora a vivido una vida simplemente miserable, su familia lo desconoce por completo, nadie lo protege, tampoco lo defienden cuando se meten con él, ni si quiera sus propios hermanos que muchas veces están presentes c...