STRANGER THINGS 2

BILLY

Aparcó el coche en frente de casa, yo salí y desde la puerta me despedí de él con una gran sonrisa, dijo que esperaba poder verme pronto. Caminé hasta la entrada de casa mientras él se iba, me paré y di media vuelta para verle, después me percaté de que estaba el coche de mi hermano, esperaba que no le hubiese dicho nada papá por haber vuelto sin mí. Me giré hacia la puerta dispuesta a abrir y empecé a escuchar gritos, me temí lo peor, así que entre corriendo y vi a mi padre con la mano abierta y alzada a punto de pegar a Billy.

—¡Ni se te ocurra tocarle un solo pelo! —le advertí gritando.

Bajó la mano y se acercó a mí apresurado, por un momento pensé que el golpe lo acabaría recibiendo yo.

—¡¿Dónde mierda estabas?! —me devolvió el grito.

—¿Qué más te da? Actúas como si te importase algo, a ti, que estabas a punto de pegar a tu propio hijo. —contesté.

—¡Su responsabilidad es cuidaros! Ni siquiera sabía dónde estabas.

—Porque me he largado a media fiesta sin avisarle, no es su culpa.

—¡No vuelvas a hacer eso!

—¡Tú no vuelvas a ponerle la mano encima a mi hermano! —finalicé la conversación con ese último grito.

Pasé por su lado y me acerqué a Billy para preguntarle si le había hecho algo, tenía los ojos rojos y sabía que no era precisamente por el alcohol, el tabaco o las drogas. Este negó con la cabeza y le abracé, correspondió el abrazo, pero sentí que tenía la mirada fija en nuestro padre. Me lo llevé de allí y fui con él hasta su habitación, nos sentamos en la cama en silencio, le miré, unas lágrimas recorrían sus mejillas, Billy las limpió con rabia. Le coloqué mi brazo en sus hombros, formando así un medio abrazo, él apoyó su cabeza en la mía y comenzó a sollozar. Billy solo lloraba delante de mí, nadie le había visto derrumbarse de esta manera, ni de ninguna otra, le gustaba aparentar que era fuerte en ese aspecto. Desde que nuestra madre nos abandonó debido a los maltratos por parte de papá, empezó a fingir que nada le dolía y para mí era doloroso verle así. Por mi parte, no sufrí tanto, debido a que nuestro padre tenía en su mente que a las chicas hay que protegerlas y no se les pueden pegar, según él, somos muñecas de porcelana a las que hay que cuidar porque si no se rompen. Era un pensamiento bastante machista. Billy me pidió que le dejase solo, por lo que fui a mi cuarto, Max salió de su habitación cuando me escuchó subir.

—¿Qué ha pasado? —preguntó.

—Una discusión —contesté.

Me metí a mi cuarto dejando a la pelirroja en el pasillo. Me tumbé en la cama y decidí ponerme a dormir, así por la mañana me despertaría pronto y podría aprovechar el día. Esa noche tuve un sueño bastante peculiar, yo me encontraba en un parking, y había bolas de billar volando, en la oscuridad del aparcamiento estaba Billy cuando era pequeño, y a su lado, nuestra madre. Me desperté debido al ruido en el piso de abajo, bajé para ver quien era. La luz de la cocina estaba encendida, y allí pude ver a un chico negro hablando con Max, me acerqué con el ceño fruncido, confusa de la situación. Al verme los dos se asustaron.

—¿Desde cuándo traes niños a casa?, como mi padre se entere, te matará.

—Brook, te lo puedo explicar... —habló Max.

—Vale que quieras experimentar, pero estamos todos en casa.

—¿Qué? ¡No! —soltaron los dos a la vez.

—No es nada de eso, solo somos amigos, me está explicando...

—¡Max! Te dije que era secreto —le interrumpió el chico.

—Da igual, tampoco quiero saberlo. Pero será mejor que te marches pronto si no quieres que mi padre se entere.

—¿No se lo contarás? —me preguntó la pelirroja.

—¿Por quién me has tomado?

—Gracias.

—Y no hagáis ruido, quiero dormir —les pedí mientras me marchaba.

Temía que en algún momento Billy o mi padre se enterasen de lo que estaba pasando allí abajo, pero no era mi problema y yo no era su hermana como para ponerme a decirle que debía o no hacer, ella tenía que aprender de sus errores. En cuanto pude dejar de pensar en el tema, me quedé dormida y ya no me volví a despertar. Dejaron de hacer ruido, es posible que incluso el chico se marchase a su casa.