EL PORTAL

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Me dispuse a dispararles para que Once pudiera acceder a la plataforma que se encontraba tendida en el aire, en cuanto Billy y Steve mataron a los dos primeros que nos encontramos, se pusieron a mi lado para ayudarme, Hopper no tardó en acercarse a nosotros también. Mientras nos encargábamos de matar a esos monstruos, la pequeña ya estaba utilizando sus poderes, mantenía las manos extendidas frente a ella en dirección al portal. Mi hermano y yo nos quedamos unos segundos mirando como ella se encargaba de cerrarlo, lo estaba consiguiendo y pese a que no fuese demasiado rápido, era impresionante ver algo así. El policía, junto a Steve, fueron los únicos a los que parecía no impresionarle demasiado lo que estaba sucediendo, imagino que Hopper al haber cuidado de ella y ambos haber vivido aquello hacía un año, debía estar acostumbrado a este tipo de cosas, pero desde luego Billy y yo no lo estábamos para nada.

—¡¿Pensáis quedaros mirando eso mientras nos atacan?! —gritó Hopper.

De inmediato volvimos a la realidad y seguimos disparando y matando, tuvimos suerte de haber cogido más de un cargador porque en menos de diez minutos ya nos habíamos quedado sin ni una sola bala en las pistolas. Nos los fuimos cargando uno a uno, hasta que pensé que casi no quedaban ya, pero no era así, no sé de donde provenían, pero eran muchos, de un momento a otro, un demoperro saltó del agujero hasta donde estaba Billy, quien estaba recargando su pistola, este le miró mientras metía las balas en su arma. Esa escena comenzó a ir en cámara lenta, el bicho se acercaba a él despacio y Billy no podía hacer nada. Apunté mi arma al fenómeno y apreté el gatillo, de allí no salió más que aire, me había quedado yo también sin balas. El sonido de otra arma se hizo presente allí, supe exactamente cuál era, era mi escopeta. El animal salió disparado hasta la pared, donde se quedó allí, inerte. Volví mi mirada hasta el lugar del que provenía el sonido para encontrarme a Max sosteniendo mi escopeta con sus dos manos. Le acababa de salvar la vida a Billy. Noté que mi hermano me miró, pero al ver que yo veía a otro lado dirigió su mirada a la pelirroja, ella le sonreía.

—Gracias —susurró.

Ese gracias solo fue leído por Max y por mí, por nadie más.

No me di cuenta hasta más tarde, debido a un grito que pegó Hopper, que los demás chicos estaban junto a ella.

—¡¿Qué coño hacéis aquí?!

—Teníamos que ayudar —respondió Mike.

—A mí me obligaron a venir —dijo Dustin levantando sus brazos en forma de defensa.

—¡No vais armados! No tenéis con qué defenderos.

—La escopeta no es de juguete —habló Max—, además, le he salvado la vida a Billy.

Lucas agitó el bate que llevaba detrás de la Canadiense.

—Y yo tengo esto, sí que tenemos armas.

Estuvieron unos segundos más discutiendo sobre el asunto hasta que Once comenzó a chillar. Es cierto que había dado unos cuantos gritos debido al esfuerzo, pero ese fue demasiado alto. Vi como una masa se aproximaba al centro del portal y comenzaba a desvanecerse el brillo rojo que provenía de este. De una vez y para siempre, el portal, por fin, se cerró. Los demoperros que estaban por el laboratorio comenzaron a desplomarse al suelo, estaban muertos. Once cayó de rodillas al suelo de la plataforma en la que se sostenía, Hopper la abrazó. Los dos bajaron de allí y fuimos hasta ellos para celebrar lo que habíamos conseguido, yo me aproxime a Billy y le rodeé con mis brazos, le debía la vida a Max. Nos abrazamos todos con todos. Steve me agarró la mano y me miró, los dos nos sonreímos, yo apoyé mi cabeza en su hombro, y nos mantuvimos así mientras caminábamos hasta la salida con el resto del grupo. Nos subimos a los coches, Billy se marchó a casa con Max y yo hice una pequeña ruta para dejar a cada niño en su casa, hasta que Steve y yo nos quedamos solos frente a su casa.

—Lo hemos conseguido —dije.

—Te aseguré que todo saldría bien —me sonrió—, espero que la próxima vez que nos veamos sea en otras circunstancias.

—Lo será, estoy segura.

Me despedí de él y se bajó del coche, yo me fui a casa y me encontré con un padre y una madrastra bastante molestos. Mis hermanos estaban sentados en el sofá de brazos cruzados, entendí que estaban esperando a que yo llegase a casa para que nos echaran la bronca a la vez. Después de tanto grito y de que nos amenazasen con castigos absurdos que ninguno cumpliría, subimos a nuestras habitaciones y nos tumbamos en la cama para poder dormir.

STRANGER THINGS 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora