La ciudad blanca

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Caí al suelo entre las bancas golpeándome las costillas con el borde donde estaba sentado Krist, el dolor me despertó por completo, me enderece y sujete a Li del cuello tirando de él para atraerlo a mí, al caer se golpeó la cabeza con la banca emitiendo un gruñido de dolor.

—Krist debajo de la banca. ¡Ahora! —Esperaba ya estuviera cubierto.

Dos "silencios" más cayeron por encima de nosotros comenzando a meter sus brazos por los barrotes, alcancé la espada dentada y solté un tajo al aire, logré rozarle un brazo a uno y este aulló. Los hilos que sujetaban mis muñecas ya me estaban apretando demasiado, debía tener cuidado o podría quedarme sin ambas manos.

Intenté meterme debajo de una banca, pero una garra venia directo a mi cara, un destello dorado atravesó mi visión; Krist estocaba a los "silencios" con la lanza una y otra vez.

—¡Les dije que necesitaba un arma! Nunca tengo una —Linar rezongaba desde el suelo.

—Linar en verdad ¿Crees qué es el momento de discutir eso? —Krist permanecía atento al siguiente ataque.

Los "silencios" buscaban la forma de entrar, habían decidido dejar de probar introducir sus brazos por los barrotes por el contrario parecían tener la intención de separar los barrotes con los brazos.

—Son estúpidos suponen que pueden —La risa de Li se contuvo al ver que los barrotes comenzaban a ceder.

—¡Estamos jodidos! —Grité a todos.

No podía dejar pasar tanto tiempo, éramos topos enjaulados, una presa fácil, servida en bandeja, estaba por delante así que no me tocaría ver como se comerían a Li y Krist, iría primero << ¿Ese es mi consuelo?>>

—¡Aun no moriremos Rey haz algo! —Krist intentaba lanzarles estocadas pero los "silencios" habían aprendido de los últimos tajos.

—¡Suzure! Necesito de tu ayuda —Aclamé por él.

Comencé a arrastrarme a la parte de atrás, serpenteando las bancas y a Zerov, este estaba hecho bola en suelo sujetando sus piernas. Al llegar a Zusure me lanzó una mordida a la cara, logre propinarle un golpe en la mejilla antes de que lograra alcanzarme.

—¿Qué estas intentando? Estás loco —Le dije sobándome los nudillos.

—Un último almuerzo —Sonrió con depravación.

—Cierra la boca y ve adelante que ayudarlos a distraerlos para poder salir vivos de esto.

—Lo hare si me prometes un dedo.

—¿Un qué? —No entendía realmente que quería.

—Si salimos vivos me dejaras cometerte un dedo.

—Está bien —Tomé la espada dentada que llevaba arrastrando conmigo y la apunté a su pecho —Oh, puedo usar tu carne de carnada.

—¡Ok! ¡ok! — Resopló por la nariz.

—¿Qué estas intentando Reinar? ¡Ayúdame a pelear! —La voz de Krist sonaba desesperada.

—Debes que distraerlos, no alcanzaremos a llegar a la ciudad terminaran por entrar.

—¡Estas loco! —Linar se veía preocupado —¡Pero estoy contigo!

—Cuando de la señal sujétense de lo que puedan, pero no se acerquen a las barras. —Esperaba entendieran a tiempo.

—¡Ahora! —Los topos comenzaron a gritar con desesperación al unisonó.

—¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! —Los "silencios" actuaron desesperados.

La purga de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora