El zafiro cadavérico

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Seguía observando al hombre con ojos expectantes, esperando a que realizara un movimiento en falso, pero este no llegaba, él seguía inmerso en su mundo, no hacía ni una expresión. No había notado que le seguíamos, o al menos eso es lo que aparentaba. Su cuerpo estaba relajado, calmado, sin ninguna preocupación.

Lo observábamos desde el otro lado del lugar. Y sólo nos separaba dos barandales de cristal que impedían a la gente caerse al primer piso.

Los colores que predominaban en el ambiente eran los colores menta, fucsia, morado y blanco estos adornaban el lugar, haciendo sentir al usuario: libertad. También había algunos adornos navideños por ahí.

Decidí acercarme más, al punto de llegar al librero que se hallaba a un lado del sospechoso. Llegué al librero derrochando alegría y con una sonrisa impresa en mi cara. La sección se trataba de los nuevos libros recién llegados a la librería. Tomé el primero que vi y lo estrujé contra mi cuerpo, pretendiendo emocionarme. Volteé a mirar a Maverick, el cual pretendía buscar un libro, y agité mi mano derecha con la intención de que me mirara, mientras que en susurros casi inaudibles vociferaba el nombre Alex.

—Alex, Alex, Alex.

Seguí insistiendo, hasta que finalmente me miró, y yo agité mi mano, indicando que viniera hacia mí.

Con pasos cargados de emoción y entusiasmo Maverick llegó casi corriendo hacia mí. Cuando llegó, le mostré el libro que tenía en la mano. Mientras fingíamos hablar sobre el libro, aproveché que le dábamos la espalda al sospechoso para decirle a Maverick en código Morse lo que planeaba, di pequeños golpes en una de las páginas del libro para decirle "- ..- . .-. . ... .- .-.. . -..-" (Tú eres Alex).

Me direccioné hasta un sillón para sentarme a leer el libro, pero mi plan original era chocar con el sospechoso, me volteé de espaldas mientras caminaba para informarle a Maverick que iría a leer. Y en ese momento sentí el golpe entre mi cuerpo y otro, me giré con mirada avergonzada para disculparme.

—Lo siento mucho, no miré por dónde iba— dije con pena, mientras subía mis manos con la palmas abiertas a la altura del pecho para demostrar sinceridad.

—No tiene de qué disculparse, se nota que está contenta y por lo tanto un poco distraída—dijo el sospechoso—. Es una buena elección de lectura, por cierto—mencionó mientras él recogía el libro que antes cargaba entre mis brazos.

—¿Lo ha leído con anterioridad?—pregunté.

—Así es. Lo considero un libro muy profundo.

—Pienso lo mismo, precisamente por eso lo quiero leer. Además refleja mucho la visión que tenía el autor con respecto a la sociedad, la vida, la muerte... Al menos eso es lo que pienso—dije mientras veía el libro que el sospechoso me entregaba mientras leía mentalmente el título "'Indigno de ser humano' (Dazai Osamu)".

—Estoy de acuerdo con su punto de vista—dijo regalándome una sonrisa.

Justo cuando iba a despedirme llegó Maverick viendo un libro que tenía en la mano.

—Caitlyn, mira, ¿te acuerdas de este libro?—cuando dejó de mirar el libro y dirigió su mirada hacia el frente se encontró al hombre—Lo siento mucho, interrumpí su conversación—dijo con pena.

—No se preocupe. ¿Entonces su nombre es "Caitlyn"?—me preguntó.

—Así es—dije con una sonrisa—, y él es Alex—señalé a Maverick.

Maverick llevó a cabo un gesto que jamás había esperado de su parte. Después de ofrecer su mano derecha al sospechoso, él tomó mi cintura con la misma mano. En ese momento lo único que esperaba es que yo no hubiese realizado algún gesto que nos delatara.

Las Notas del CrimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora