Bajé las escaleras con inseguridad, dado a que temía que el mareo y la longitud sin fin de la escalera regresaran. Afortunadamente no pasó nada fuera de lo ordinario. Me dirigí al salón familiar, el cual estaba acondicionado para que fuese un salón de música, había varios instrumentos: un arpa, la cual tocaba mi madre; un violoncello, el cual tocaba mi padre; y un piano, el cual todo integrante de la familia sabía tocar.
Eran las tres de la mañana, pero poco me importó despertar a alguien, conociendo a mi familia, la cual tenía un buen sueño pesado, nadie se despertaría. Empecé aplicando un poco de brea en el cabello del arco, y luego afiné el violín. Estaba dudosa sobre la pieza que me apetecía tocar, había muchas, y no sabía cuál podría ser mejor. Mi mente con su constante delirio habitual, soltó una opción, "Nel cor piu non mi sento" de Paganini, una pieza que no sólo requiere de una buena estabilidad emocional y motivación, también requiere de una espléndida técnica y mucha paciencia.
Es una pieza capaz de hacer sentir al oyente millones de sentimientos, egocentrismo sobre todo. Además de que me recordaba, en su mayoría, al aroma de la vainilla. Esta pieza es de las más complicadas que he interpretado, era una pieza con la capacidad de hacerte renunciar a tocar el violín por depresión, afortunadamente aquello no me sucedió a mí, pero estoy segura de que haber seguido un poco más, iba a acabar mal.
Me encontraba mal de mis facultades mentales al momento de decidir aprender esta pieza, ni siquiera es divertido tocarla, es la mejor forma de torturar a cualquier violinista, tiene desde dobles cuerdas con el cuarto dedo y pizzicatos con la mano izquierda. Es complicado explicar qué tan compleja es porque incluso la palabra compleja se queda bastante corta para describirla.
Esta pieza me ponía a dudar si Paganini en serio era un genio, o los mitos son ciertos e hizo un pacto con el diablo. Pero al final estaba contenta por tener la capacidad de tocar esta pieza con singular facilidad.
—"Nel cor piu non mi sento", ¿te gusta lo complejo?—dijo Maverick recargado en la puerta del salón, una vez concluida la pieza.
—No oí cuando entraste. Y en realidad sólo fue alocada la idea de aprender esta pieza.
—Es que no te encontrabas en la Tierra.
—¿Tocas algún instrumento?—le pregunté
—El violoncello.
—Queda con tu personalidad, pero pensé que dirías que tocas el piano. Deberías tocar conmigo—contesté más para mí que para él.
—Sé tocar el piano, pero disfruto más el violoncello, además de que es el instrumento que más he practicado. ¿Pero qué te hizo pensar que mencionaría únicamente al piano?—preguntó curioso.
—¿Qué te hace pensar que yo sé?—reí.
—¿Te parece bien si empezamos?—preguntó riendo.
—Claro—dije mientras guardaba el violín.
—¿Qué haces?—preguntó con una confusión bastante evidente.
—Guardando mi violín.
—¿No querías que tocáramos juntos?—preguntó.
—Oh, no me refería en este momento, pero ahora que lo mencionas, me parece perfecto. Por cierto, ¿te desperté?—pregunté.
—No. No podía dormir, así que bajé a tomar un poco de agua, lavé el vaso—aclaró Maverick.
Consideraba bastante curioso el hecho de que Maverick aclarara el haber tomado agua y lavado su vaso, no todos harían lo que él, era sospechosamente caballeroso.
—No te preocupes por el vaso. No sé si el cello esté afinado, puede que lo tengas que afinar—le mencioné.
—Está bien.
ESTÁS LEYENDO
Las Notas del Crimen
Misterio / SuspensoAcostumbrada a tener una vida monótona dedicada únicamente a la música, su gato y su violín, Fahra Villan se ve partícipe de un asesinato al ser testigo de éste, instigando su vida a tomar un camino divergente al uniforme. La intriga, la curiosidad...