Pillada

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-...Lo lamento...—Suspiró el rubio—...Pero solo Makio-Chan y Aine-Kun tienen acceso a ese implemento...—Explicó.

-...También eres parte de su equipo ¿No? Directamente eres quien los entrena...—Akashi entrecerró su mirada.

-...En realidad lo hace senpai...—Señaló y se cruzó de brazos—...Y aún si estuviera en las posibilidades, no se las daría.

-...¿Porqué no? —Kagami enarcó una de sus dobles cejas.

-...Quien sabe que es lo que quieren hacer con eso, además no creo que puedan soportar el peso de llevar algo como eso puesto...—Sonrió de lado.

-...¿Estás retándome? —El pelirrojo entrecerró su mirada, ofuscado.

-...Esto no nos está llevando a nada...—Akashi presionó el puente de su nariz—...Creo que será mejor pedírselo a la misma Makio.

-...Akashicchi, no creo que tengas el derecho de llamarla por su nombre...—Kise negó varias veces—...No dudará en darte un golpe, eh. Ya te lo advertí.

-...Ella es demasiado dulce para hacer algo como eso...—Negó el peli-fresa.

-...Lo dices porque no la conoces...—Kasamatsu hizo una ligera mueca—...Estamos cansados y queremos darnos una ducha caliente, por favor, discúlpennos...—Hizo una pequeña reverencia y apartó con cuidado al de Rakuzan.

Kise le siguió de cerca.

Los cinco restantes les miraban mientras cojeaban a lo que parecían ser las duchas. Bueno, en eso tenía razón.

Debían dejarlos descansar.

-...Hablemos con la chica entonces...—Dijo el pelirrojo a lo que los demás asintieron y fueron a por la de Kaijou.

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-...Y desde entonces cuido mucho mis movimientos...—Decía la de mechones rojos, comiendo una cucharada de pudín de vainilla—...Y mis hermanos se vuelven locos cada vez que me golpeo o me quejo de dolor.

-...Eres la bebé de la familia...—Sonrió Aine—...Hay que cuidarte porque estás chiquita...—Makio rodó los ojos.

-...Creo que nada de mi es chiquito ¿Verdad? —Se miró a sí misma, las demás rieron.

Esos mellizos eran realmente adorables, aunque tuviesen esa altura monstruosa.

-...Aguas que viene Akashi...—Murmuró Rusuka, tratando de no hacer obvio su temor.

Makio se tensó de inmediato cuando sus frías manos se posaron sobre sus hombros y fue peor cuando sintió su rostro en uno de estos.

-...¿No tienen el presentimiento de que algo muy malo va a pasar? —Murmuró el pelirrojo al ver como el mellizo de la chica se alejaba un poco de ella.

-...Mi emperatriz...—Acarició sus hombros con delicadeza—...¿Cómo est-?

Fué rápido y apenas pudo esquivar el puño que iba directamente a su rostro. La peli-morada volteó a verle con el ceño obscuramente fruncido.

-...No te he dado permiso de tocarme, Akashi...—Gruñó, viéndole fijo e intenso.

Daba miedo. Mucho miedo.

-...Ah, eso es lo que estamos buscando...—Señaló Kazunari la prenda que la chica tenía en su hombro.

-...¿Mi suéter de entrenamiento? —Su semblante se tornó totalmente apacible al mirar al halcón.

-...Sí...—Asintió y juntó sus manos frente a ella—...¿Me la prestas un momento?

-...Claro...—Sonrió radiante—...Pero te advierto, está sumamente olorosa...—Rió y le entregó aquello.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2023 ⏰

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Mi Tiempo Con Ella (GOM Femenina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora