Capitulo 01: El inicio de todo

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Hola a todos, aquí dejo mi novela original publicada hace poco tiempo en Amazon, por si alguien quiere apoyar claro xD

De todas maneras también estará aquí de forma gratuita, claro publicare poco a poco como es usual.

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–¿y? ¿Qué tienes para decir hoy? –la voz grave y algo molesta procedía desde un anciano vestido con una larga bata de un color celeste sobre una camilla –recuerdo haber dicho que no era necesario que vinieras todos los días.

–sí, recuerdo lo que dijiste abuelo, es solo que no puedo evitar venir a visitarte –el joven que estaba sentado en una silla justo a un lado de la camilla era Julio, un estudiante de preparatoria común y corriente, igual que el resto de los estudiantes en el país, solo que, en este caso, este joven estudiante solo tenía un único miembro en la familia, su abuelo quien ahora estaba en el hospital luego de que su salud empeorara.

–Tsk –el anciano chisto su lengua con molestia –no únicamente eres molesto, sino que además eres una cabeza hueca, te lo dije muchas veces antes, debes aprender a vivir tu vida, no me queda mucho tiempo y la escuela no es eterna, es la mejor oportunidad que tienes de hacer un círculo social, pero llevas dos años en la preparatoria y jamás escuché algo sobre tus amigos, no olvides además que no tienes las mejores calificaciones para usarlas como excusas.

A la escucha la última parte de las palabras de su abuelo, Julio no pudo evitar hacer una mueca de dolor, su abuelo tenía toda la razón, ambos están de acuerdo en ello, pero Julio no podía nada más abandonar a su abuelo en el hospital cuando estaba en el final de su vida, su abuelo era la única familia que le quedaba, luego del accidente de sus padres, fue el anciano quien lo crio como es debido.

Era tarde, el cielo ya se había teñido de color naranja y los rayos de luz estaban desapareciendo poco a poco, pronto Julio tendría que abandonar la sala y volver a casa.

–ya lo sabes, ¿verdad? –antes de que Julio abandonara la sala, la pregunta de su abuelo llego hasta sus oídos, los pasos del joven se detuvieron, pero no dijo nada, no quería decir nada.

–entonces puedo deducir que el doctor ya te lo dijo, nada más me quedan tres semanas de vida como mucho, puedo parecer muy sano por fuera, no obstante, mi interior realmente es un basurero –el anciano puso la mano en su estómago –cree en las palabras del doctor, todos los días puedo sentir como mi cuerpo pierde fuerzas, dudo que pueda hacer las cosas que hacía antes de venir al hospital.

Julio no miro a su abuelo en ningún momento, no quería ver la expresión de su abuelo, sus brazos temblaban de impotencia al no poder hacer nada para ayudar a la persona más importante de su vida.

–Julio –llamo el anciano haciendo que su nieto se girara para verlo directamente –no quiero volver a verte en el hospital, no quiero ver tu débil cara. Si quieres enorgullecerme entonces quiero que vivas tu vida adecuadamente desde ahora en adelante.

–pero

–¡¿Supones que soy idiota, Julio?! –exclamo el anciano haciendo que el joven cerrara la boca y retrocediera un paso hacia atrás –tu cuerpo está al límite, no solo vienes todos los días para acompañarme, sino que además tienes trabajos de medio tiempo, sabes que tu escuela prohíbe los trabajos de medio tiempo para sus estudiantes.

–únicamente era para reunir más dinero –se excusó el joven con un tono más bajo que el del anciano.

–mientes –la voz del anciano ya no tenía el tono alto, sino que ahora parecía fría como un témpano de hielo –el dinero que estabas reuniendo era para un tratamiento diferente...

–Abuelo

–Julio, no quiero volver a repetirlo, no necesito otro tipo de tratamiento médico. Desde ahora debes preocuparte de ti y de tu futuro, en el momento que mi vida llegue a su fin entonces todo lo que tengo será tuyo, tú debes ahora es estudiar e ingresar en una universidad, es la única forma en la que me hagas sentir orgulloso.

Dejando la imagen de su abuelo en la camilla, Julio salió de la sala y pronto del propio hospital, camino por las calles de la ciudad teniendo en su mente las palabras de su abuelo.

–Sigh –dejo salir un largo suspiro «abuelo tienes toda la razón, sé que estás en lo correcto, pero realmente no puedo detenerme, no importa lo que digas, no hay forma que permita verte en el hospital y yo disfrutar de la vida»

Julio siguió su camino hasta un callejón sucio justo a un lado de un club nocturno, allí estaba su trabajo de medio tiempo desde martes a viernes, la paga era bastante buena y la probabilidad de que lo atraparan era bastante baja, su labor específica, fregar platos. No era un trabajo denigrante, en la mente de Julio prefería estar aquí fregando platos que mirando la televisión mientras descansaba en una casa solitaria, además de su propia existencia no había nadie más en casa, el silencio era realmente aterrador.

Tenía trabajos de medio tiempo prácticamente todos los días, no incluso durante los fines de semana cuando ayudaba en una granja cerca de la ciudad.

Cuando llegaba el final de su turno de trabajo solo recogía sus cosas y salía por la puerta trasera, claro antes de retirarse recibía su dinero como era costumbre, luego el camino a casa estaba libre.

Todo lo que sucedía era justo como lo había dicho su abuelo antes, Julio no tenía, amigos, los contactos de su teléfono con suerte alcanzaban los dos dígitos, la mayoría de sus jefes.

Al llegar a casa todas las luces estaban apagadas, no había platos sucios en el lavado, apenas y tenía ropas en la lavadora, incluso el sofá había comenzado a acumular polvo.

Luego de un silencioso baño, el tiempo le permitió revisar los apuntes de la clase, nada especial además de los deberes que ya termino antes de salir de clases. No hubo mucho más en su vida, simplemente llego hasta su habitación y dejo caer su pesado cuerpo en la cama, cerro sus ojos y finalmente el día había finalizado.

El despertador hizo el sonido normal a las seis de la mañana, tenía que levantarse y preparar la comida antes de ir a la escuela, una lonchera como es usual, bastante nutritiva con algo de carne para disfrutar un poco de la vida.

–Todo está listo –Julio dio una mirada a la fotografía de su abuela fallecida –me voy otra vez, abuela –la puerta se cerró cuando Julio salió y la casa volvió a su silencio, un silencio que desde aquel momento sería casi eterno.

El camino a la escuela no tuvo nada diferente, no hubo ningún tipo de evento especial, cuando llego al salón de clase casi todos sus compañeros de clase ya estaban en sus lugares, hubo algunas miradas en su dirección, pero nada más, Julio era invisible en el salón y el mismo no podía culparlos, jamás dedico su tiempo en hacer amigos, la verdad no le importaban las opiniones de sus compañeros de clases.

Fue cuando llego a su asiento que todo sucedió, no tuvo la oportunidad de dejar su bolso en el suelo cuando en el suelo apareció una especie de círculo mágico color rojo que llamo la atención de todos.

No soy un héroe de fantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora