–e-esto no es el salón de clases –Julio miro a su alrededor no había nada similar a lo que recordaba antes del círculo mágico que los había teletransportado, en cambio a su alrededor solo había arena por todos lados sin excepción, el sol estaba en el cielo, la temperatura era abrumadora y no había ni una sola alma en lo que podía ver la vista humana.
–¡Esta no es la escuela, esto es un maldito desierto, diosa del demonio me engañaste! –Julio dejo caer su cuerpo cayendo sobre sus rodillas y golpeo el suelo con ambas manos usando toda su fuerza, su mente estaba abrumada y llena de impotencia –debería haberlo adivinado antes, esa falsa diosa no tenía intención de enviarme de regreso a casa, solo me dejo varado en un desierto sin ayuda alguna, aunque al menos estoy en la tierra.
Julio miro a su alrededor, solo había arena hasta donde llegaba la vista, levanto su cuerpo ladeo la cabeza –bueno, no queda de otra, solo tengo que caminar hasta encontrar civilización –sin dudar se quitó la chaqueta de la escuela y la puso sobre su cabeza para protegerse de los rayos solares evitando la insolación.
Los pasos de Julio no fueron rápidos y apenas podían entrar en el rango de la firmeza, solo se dedicó a avanzar desde ese momento. Sin teléfono, mapa o brújula solo estaba a riendas del destino, confiando en su sentido de la orientación.
Al cabo de tres horas de camino nada en los alrededores parecía haber cambiado, no había ni siquiera cactus con los que llevar la orientación, no había nada cerca, incluso aquellas aves carroñeras que se veían en los documentales ahora parecían haber desaparecido.
–demonio ¿Qué tan grande es este desierto? –pregunto con un tono molesto mientras sacaba de su mochila una pequeña botella con agua, bastante racionada para mantener la eficiencia al punto máximo.
Cuando finalmente el sol comenzó a ocultarse y la noche estaba tomando lugar en el cielo, la temperatura comenzó a descender, Juli había visto documentales sobre la supervivencia en el desierto, si se quedaba afuera durante la noche sin la ropa apropiada podría estar arriesgando su vida, podría sufrir de hipotermia.
No tenía ni una sola rama para hacer una pequeña fogata y con ella crear las brasas para su campamento, solo podía cavar con sus manos enterrar su cuerpo en la arena que aun mantenía el calor del día y rezar en silencio por su propia supervivencia.
Basto un poco de tiempo para que Julio tuviera un agujero con un tamaño decente para ocultarse, se cubrió lentamente hasta tener una gruesa capa de arena sobre todo su cuerpo a excepción de su cabeza –con esto tendré la oportunidad de sobrevivir esta noche, durante la mañana seré libre otra vez, entonces solo tendré que seguir caminando hasta cuando encuentre vida inteligente, que listo eres Julio, todos esos documentales que vi cuando era niño realmente fueron útiles para algo más que esperar en la peluquería –se rio Julio recordándose a sí mismo en la sala de espera.
Mientras Julio pasaba la noche bajo la arena, lejos de aquel lugar infértil en las tierras más prósperos que una persona podría imaginar se encontraba el reino Himmel con su capital correspondiente, la cual no hace falta mencionar su gran cantidad de habitantes.
En la parte más alta de la ciudad en una colina se ubicaba el castillo real donde residía la familia real del reino Himmel y donde se decidían todos los asuntos importantes.
Para los habitantes de aquel reino era un día cualquiera en sus vidas hasta el momento en el que un haz de luz descendió desde el cielo hasta llegar al propio castillo en cuestión.
–¿mamá que es eso? –pregunto un niño que caminaba tomado de la mano de su madre en medio del camino.
La madre del niño miraba el haz de luz igual de maravillada que su hijo, pero con mucha más esperanza que el niño –esa luz hijo, son los dioses que nos envían ayuda –la mujer como todos los habitantes a su alrededor tenían la misma sonrisa.
Dentro del castillo las cosas eran similares, había dos decenas de guardias en el salón, todos armados de pies a la cabeza, pero en el lugar en el que el haz de luz aterrizo no había nadie hasta ese momento, cuando la luz desapareció finalmente aparecieron aquellas personas invocadas por la diosa para salvar el planeta Celio, los héroes.
–¿ya estamos aquí? –pregunto un joven de cabello castaño mirando a todos lados –no parece el salón de clases
–Tampoco estamos con la diosa Aletia –respondió un joven de cabello oscuro a su lado, aquellos dos eran entre los estudiantes los más felices por los acontecimientos, el dúo otaku del salón y quienes presumiblemente deberían tener una gran cantidad de información sin confirmar.
El otaku de cabello castaño se llamaba Nash Hegner, un joven que apenas media un metro y setenta centímetros, pecas en su cara, contextura delgada con la profesión de lancero. No era una profesión que le agradara ya que en su mente estaba la idea de ser un protagonista, pero la cantidad de historias de fantasía que había leído fueron suficientes para saber que no debe despreciar ningún tipo de clase.
El segundo Otaku llevaba el nombre de Barton Dee y aunque esperaba tener alguna profesión orientada al daño a distancia, la realidad usualmente difiere de los sueños, su profesión termino como monje.
–Nuestra aventura será legendaria compañero
–Ya lo creo, Barton
Entre los estudiantes presentados eran los más contentos, entre el resto de los estudiantes había muchas más clases, entre ellas uno de los estudiantes obtuvo la clase de asesino, quien en la clase era conocido como Brad, un joven de estatura promedio, pero más silencioso que el resto.
Sara la chica que había hecho las preguntas a la diosa Aletia antes había recibido la clase paladín, una de las clases más fuertes de todas.
–Para mí sería un gran alivio saber que Julio llego sano y salvo a la tierra, no me gustaría que se viera involucrado en una batalla que no desea luchar –Sara siempre había sido sincera en todos sus pensamientos y aunque no había hablado mucho con Julio antes, aun deseaba el bien a su compañero de clases.
–No tienes que preocuparte de nada, presidenta, la diosa Aletia nos aseguró a todos que Julio no tendría problemas al regresar, todos fuimos testigos del momento en el que cruzo el portal en perfectas condiciones, lo cual es más que suficiente si preguntas por mi opinión.
Henry quien es el estudiante más popular de la clase recibió la clase maestro de las armas, obteniendo de este modo una de las clases que posee más garantías con respecto a las demás ya que le permite utilizar cualquier tipo de arma con eficiencia máxima. Para hacer de esta clase incluso más peligrosa, el físico de Henry es el mejor del salón al punto de ser el capitán del equipo de football americano.
–Lo mejor es no pensar en ese cobarde, rendirse en el comienzo de la oportunidad que podría cambiar tu vida solo lo hace un cobarde, es incluso mejor que no esté aquí para arruinar todo con sus lágrimas –Luke otro de los miembros del club de football se rio de Julio. Ahora que en su poder se encuentra la clase berserker está consciente que puede ser el más fuerte de todo el lugar siempre que practicara lo suficiente.
–Me habría encantado compartir esta aventura con Julio, solo esperaba tener un poco de tiempo a solas y esta era la oportunidad perfecta, es un poco lamentable que se haya retirado para volver a nuestro mundo –quien estaba hablando era una joven mujer con proporciones envidiables, con el cabello rubio hasta la cintura, antes de ser invocados era una de las estudiantes que más miradas robaba y hasta el momento sigue de esa manera. Vanesa Sparks había recibido una de las clases más importantes hechicera.
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No soy un héroe de fantasía
FantasyFui invocado en contra de mi voluntad junto a todos mis compañeros de clase, todos desean tener aventuras en el otro mundo pero mi deseo es solo volver a casa. ¿por que es tan difícil aceptar que soy diferente a todos ellos? ¿Por que no solo regresa...