CINCO

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La mañana siguiente me levanté un poco cansada y muy temprano, gracias a la estúpida alarma, aunque todavía no entendía por qué biológicamente mi cuerpo no está acostumbrado a este horario.

Ya que siempre me levantaba de lunes a viernes a la misma hora, pero creo que jamás me acostumbraré. Hoy tenía la invitación en la casa de la amiga de James.

Desayuné un cereal que no estuvo del todo magnífico, había amanecido con ganas de comer esos cereales, supongo que será algo a lo que también me tendré que acostumbrar, por el momento basta con sobrevivir.

Con particular cuidado me bañé, con agua caliente, amaba el agua supercaliente.

Después del baño me dispuse a arreglar mis cosas, con un poco de imaginación logré cambiar un poco lo que era mi habitación, mis peluches cambiaron de lugar y la ubicación de mi computador de escritorio... mi buen amigo. Sentí el sonido típico de cuando me mandaban un mensaje.

Ángel: Ya llegué Musa, te espero con ansias.

Yo: Okis, esperame. xoxo.

Cuando baje mi mirada del móvil, ya estaba comenzando a ponerme nerviosa.

Me dirigí a mi estante de productos higiénicos. Me unté el aceite de almendras por todo mi abdomen y el resto en mis piernas y brazos, mi ropa interior era de sostén negro y las bragas eran de color verde con puntos negros.

Casi me da algo cuando no encontraba ropa que ponerme, decidí ponerme una blusa negra de Gucci con un pantalón y botines negros.

—¿Me veo bien? —Del nerviosismo que sentía en ese momento, estaba hablando sola. —No... me falta un collar y las gafas de sol.

—¡Mamiiii! —Grite a todo pulmón, es espere unos segundos a que me respondiera.

—¿¡Que!? —Respondió mi madre.

—¿Me ayudarías a elegir un collar?

Pasaron unos segundos hasta que mi madre abrió la puerta y me miró fijamente.

—¿Mi bebita tiene una cita? —Me sonrojé a pesar de que sabía que no era una cita, lo sentía así inconscientemente.

—Mami.

—Espera, ya te traigo el collar.

Me coloqué mis gafas de sol en la cabeza cuando termine de rizar mi cabello.

—Mira es este. —Mi madre me dio un elegante collar de gargantilla y bajo este un collar con un dije de mariposa.

—Es hermoso.

Mi madre, me ayudo a ponérmelo y cuando termine de maquillarme baje las escaleras junto a mi pequeño bolso de color ¿galaxia? (morado, azul y rosado).

—Shun Pei, un chico guapo, te busca.

Corrí por las escaleras, y casi me mato en el intento.

—Hola James. —Lo saludé al verlo con su hermosa camisa de manga larga con estampado a un lado, de hilo verde con forma de planta.

—Hola Musa... ¿Nos vamos?

—Adiós mami. —Besé su mejilla y salí de casa.

Al salir de casa me encuentro a James, quien vestía una camisa con botones, aunque los dos primeros estaban desabotonados, unos pantalones negros y unas converse.

—Hola Musa.

—Hola Ángel.

—Sube, estamos llegando un poco tarde. —Indico dándome uno de los casos y el subiéndose a su moto, ¡gracias Dios por haberme puesto pantalones.

Besar a un angel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora