DOS

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Odiaba esto de mi madre, eso de querer meterse en mi vida y querer controlarla no era algo nuevo.

Aunque mi madre antes no era así, ella era una mamá tranquila que dejaba a sus dos hijas ser, sí, dos hijas: Qio Han di y yo, mi hermana mayor, quien nos había alejado completamente de su vida desde que se había casado.

Era como una desconocida para nosotros, la mujer con la que había crecido y era mi fuente de inspiración había desaparecido. Creo que en el fondo mi mamá trataba de que yo tomara la "mejor decisión y no me alejase de ella".

Mi vestido para esta noche era blanco, hasta la cintura más allá era de estampado, junto a unos tacones color rosado claro, no muy altos, junto con unos preciosos aretes que adornaban mi oreja.

—Shun Pei, ya vinieron por ti.

—¡Voy! —Grite para que me escuchara. Mire mi reflejo en el espejo, y bufe.

Cuando tomé mi celular, lo sentí vibrar en señal de que me había llegado un mensaje.

Al salir de mi habitación y cerrar mi puerta al salir de esta, mire al cielo en busca de un milagro. Odiaba eso de ir a fiestas... pero tenía que hacerlo para salir un poco de mi zona de confort. En el primer piso, me encuentro con Fen Mi, quien sin pensarlo dos veces acepto salir con nosotras, me miro de pies a cabeza, boquiabierta.

—¡Guau! Shun Pei. —Exclamó Fen Mi, tenía un vestido que dejaba muy poco a la imaginación de color rojo, tacones súper altos y un maquillaje que la hacía irreconocible —, Te ves hermosa.

—Gracias, igual tú, me encanta ese color.

—Vámonos. —Tomo mi muñeca. —Adiós, señora Qio, que esté bien.

—Adiós mamá.

Guie a Fen Mi hasta donde estaba parqueado un Mercedes último modelo, sabía que ese era el auto de Sarah.

Al hacerme en el asiento de copiloto, el fuerte aroma a loción hace que quiera vomitar. A continuación, Sarah enciende el auto y yo abro las ventanas casi ahogándome.

—Hola chicas —Nos saluda Sarah.

—Hola Sarah, ella es Fen Mi, mi mejor amiga.

—Un placer —Hicieron una reverencia.

—¿Qué tal la universidad en la universidad? —me pregunta Sarah.

—Muy bien... —Respondo, sin ganas de interiorizar.

—Ahí, vamos —murmura Fen Mi—. ¿Tú estudias?

—No, yo me quedo en casa, con mi marido —dice y sonríe con la mirada fija en frente.

Intento devolverle la sonrisa, el resto del camino miro a la ventana y sumidas en el silencio.

Cuando llegamos, y estamos situadas en la discoteca más famosa... Gracias a unos contactos de Sarah, no tuvimos que hacer fila. Creo que en ese momento me sentí famosa.

Nos sentamos en una mesa, y Sarah pidió un vaso de tequila y por mi parte, una cerveza.

—La música es buenísima, ¿no? —Me pregunto Sarah sacándome de mi trance.

—Sí, tienes razón. —Afirme.

—Salud. —decimos al unísono.

Nos pasamos el tequila de golpe e hice una muesca de asco por el sabor amago de esta.

—Erick... —Sarah llamo a unos chicos que acababan de llegar, yo ya intuía que no estaríamos solas.

—Mira Shun Pei, te presento a Erick. —Señalo a un chico con unos preciosos ojos azules y pelo rubio y facciones encantadoras. —, Y este es Yang. —Señalo a un chico de tez morena con muchos tatuajes.

Besar a un angel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora