Cuando había llegado del hospital, James estuvo conmigo todo el tiempo, hasta se había ofrecido llevarme en el auto rentado a mi casa.
—Estoy muy feliz con todo esto Shun Pei. —murmuro James mientras conducía con una mano y con la otra besaba el dorso de mi mano.
—Yo también ángel... —le sonreí manteniendo la vista fija en él, viendo como su rostro reflejaba la gran felicidad que tenía.
No podía tener un bebé, éramos demasiado jóvenes, arruinaría todo. Apenas James se iría a Londres en el bufete de abogados de su sueño pronto, no podíamos tener un bebé. No arruinaría los sueños de James, él siempre había querido trabajar en ese lugar y no le quitaría eso. No podía mirar la terminal tampoco, no podía ver al bebé allí porque necesitaba estar fuerte.
—James, no podemos tener este bebe...
—Musa, ¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó James deteniendo el auto a un lado de la carretera para después tomar mis manos, mi miró como si me hubiera vuelto loca o algo así.
—¡James, no podemos tener un bebé! Irás a Londres. No podemos, y sé que dijiste que nos casaríamos y que me mudaría contigo, pero siento que te estoy amarrando... —expliqué, sacudiendo la cabeza.
Negó con la cabeza.
—Ángel, piensa esto, ¿por favor? Te amo, me amas. Quiero tener niños contigo algún día. El destino quiere que estés a mi lado por siempre, porque dudo mucho que te hubieses mudado conmigo a Londres con lo orgullosa que eres... sé que esto es mucho más pronto de lo que creíamos... pero estoy listo para estar allí a tu lado, sé que debes estar asustadísima... —James soltó una bocanada de aire, pasándose una mano por el pelo bajando hasta mi mejilla, nerviosamente.
—James, no podemos. Voy a ser una carga, además de que, no puedo está aquí y tú a miles de kilómetros de mí, seré la vergüenza de mi familia, no puedo criar a un bebé por mi cuenta, ni no estar casada. —grité, sacudiendo la cabeza.
—Ángel, escúchame, ¿está bien? —rogó tomándome de los lados de la cabeza para que lo mirara fijamente y volviese de mi lugar de incógnitas, lo miré, incapaz de ver qué podría decir para hacer esto correcto. No había nada que él pudiera sugerir, no había otra manera—. Te amo más que a nada en este mundo. Antes de que esto sucediera, me iba a quedar aquí contigo, sé que él bebe lo cambia todo, pero estoy... quiero que criemos ese bebe juntos —James posa su mano en mi vientre haciendo que mis ojos se llenaran de lágrimas—, Se que tienes miedo de dejar a tu mamá y a tu hermana en este momento..., así que si no quieres ir conmigo a Londres me quedaré aquí contigo, en su lugar —dijo, encogiéndose de hombros.
Y sin más, empiezo a llorar, y James se acerca a mí, seca mis mejillas y me abraza. Nunca, jamás sería capaz de dejarlo renunciar a sus sueños y mucho menos a esta gran oportunidad.
—Podemos hacer que esto funcione. Mientras estés embarazada, no trabajes te lo pido, después si lo quieres hacer tendrás todo mi apoyo. Este de aquí es nuestro primer bebé, Musa. Es un bebé que hicimos juntos. ¿Puedes pensar en ello, por favor? Será difícil por cierto tiempo, pero una vez que firme el contrato con bufé, seré capaz de darte cualquier cosa que quieras. A ustedes dos —arrulló, frotando ligeramente su mano sobre mi estómago.
—James, no quiero arruinar tu futuro —susurré.
Él sonrió y me besó suavemente.
—Ángel, tú eres mi futuro —contrarrestó él, deslizando la mano bajo mi top, y ubicándola en mi estómago.
Miré su apuesto rostro; sus ojos azules estaban centelleando con amor mientras acariciaba mi estómago con la mano.
—No hice esto para atraparte —dije nerviosamente.
Él se echó a reír y puso los ojos en blanco.
—Me atrapaste cuando acababa de llegar a la universidad, tú siempre metida en la biblioteca y yo no era capaz de hablarte... esto es una bendición. Seguro, no estaba esperando esto por ahora, pero no significa que me moleste o que esté obligado a aceptarlo, pero aun así... es una bendición —dijo, sonriendo.
¿Podíamos realmente hacerlo? ¿Él se quedaría aquí conmigo?
—¿En realidad te quedarías aquí conmigo y renunciarías tu puesto en Londres? —pregunté un poco conmocionada. Trabajó tan malditamente duro por ese puesto, era una oportunidad tan increíble, ¿y renunciaría a eso por mí y un bebé?
Él sonrió.
—Musa, si quieres deshacerte del bebé porque no lo quieres, entonces podría entender, pero no hagas esto por mí. Quiero quedarme aquí contigo. Si no estuvieses embarazada todavía estaría rechazando esa oferta —prometió, acercándose a mí envolviendo sus brazos alrededor de mí.
Enterré mi rostro en su pecho y cerré los ojos; también quería tener hijos con él un día. Podía verme a mí misma sujetando a un pequeño bebé que tuviese los ojos azules y el cabello desordenado de James. Al bebé no le faltaría amor.
James se alejó un poco de mí.
—Te juro que seré el mejor papá del mundo —prometió. Sonreí; no dudé eso ni por un segundo. Besé sus labios, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, acercándolo. Lo amaba demasiado, más que nada. Sabía que podíamos hacerlo funcionar, una pequeña familia. Se alejó del beso y me miró con una expresión de esperanza en su rostro.
—Está bien —acepté.
Sonrió y me besó de nuevo, moviéndose de modo que tenía medio cuerpo sobre mí. Noté que no puso nada de su peso sobre mi estómago, estaba siendo súper tierno. Me besó hacia abajo por mi cuello, bajando más y más.
—Te amo —susurró.
Lo halé más cerca de mí.
—También te amo.
Voy a tener un bebé con el hombre que amo.
En medio del camino James paro el auto y yo lo miré confundida.
—¿Paso algo? —pregunto confundida.
—Bajémonos un rato.
Asiento confundida saliendo del auto y caminando, colocándome al lado de James.
—Mira el cielo —me pide James, y cuando lo hago me encuentro con un hermoso cielo estrellado—¿Recuerdas aquella vez que te lleve a ver meteoritos?
—Claro que lo recuerdo, fue el mejor día de mi vida —confieso sonrojándome.
—Shun Pei, lo mejor que me pudo pasar en el mundo fue haberte conocido, admito que no creí que me fuese a enamorar estando en este intercambio, ni mucho menos de la chica que desde el primer momento me volvió loco. Desde que te conocí por primera vez en mucho tiempo fui feliz y nunca he dejado de estarlo a tu lado. —llevo mis manos a mi pecho mientras de mis ojos se caían lágrimas—, Musa, te amo tanto, como no tienes ni idea, me hace tan feliz que vayamos a tener un bebe... —es en ese momento cuando James se arrodilla y saca de su bolsillo un hermoso anillo—, ¿Te casarías conmigo musa?
En ese momento las palabras no salían de mi boca, a lo cual yo asentí sin parar para ver como aquel anillo se deslizaba por mi dedo anular. James me besa, y como siempre, siento que es el manjar más dulce del mundo. Mis manos se posan en el pecho de James. En ese momento no me importaba si alguien pasaba y nos miraba, solo me importaba él y yo.
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Besar a un angel ©
RomanceQue pasa cuando conoces a alguien en el momento en el que menos te lo esperas y te cambia de muchas maneras. Que sucede cuando la persona con la que menos nos hace imaginamos algo... Hace que el mundo de un giro de 180° sin retorno alguno. Esto fue...