Hemos pasado la noche entera despiertos, ideando un plan para entrar sin ser vistos.
Con un poco de suerte, dentro de dos horas estamos dentro.
Después de revisar por última vez el plan, nos ponemos en marcha.Nos separamos. Tengo que esperar hasta que Kurt, nuestro compañero, me de la señal.
No lo conozco mucho pero tengo que confiar en él. Llevo más de media hora esperando, el tiempo pasa, empiezo a pensar que algo va mal.La señal, es mi turno, igual que yo he confiado en ellos, ahora ellos confían en mí. No puedo fallarles.
Escalo el árbol con mucho cuidado de no hacer ningún ruido sospechoso. Cuando estoy justo encima del vigilante, le miro, y pienso en su familia, en cómo habrá acabado aquí y en el miedo que tendrá, igual que todos los que participamos en esta guerra.
Me tiro encima de él y pierde la conciencia. Es el momento, tengo que matarle. Al segundo llegan Max y Kurt. Están muy orgullosos de que el plan haya funcionado. Le quito al soldado su ropa y me la pongo. Tras convencer a mis amigos de no matarle, le atamos en un árbol y le ponemos varios arbustos encima.
Lo mismo hacemos con otros dos soldados. Ya tenemos todas las entradas controladas. Es hora de avisar a la central. Pero nos pica la curiosidad y decidimos inspeccionar un poco.
Si no fuese porque están en la sede del enemigo, diría que son de mi mismo país. Tienen casi la misma rutina que nosotros. Desayuno, entrenamiento, comida, técnicas de estrategia y cena.
Cuando vamos por un pasillo vacío, oímos unas voces detrás de una puerta, imposible no pararse a escuchar.
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Nos vemos luego
Teen Fiction"Una guerra, un enemigo desconocido, un vuelco inesperado en la vida de Jane Beesley"