Capítulo 12-Will

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Por fin está aquí, conmigo. No pienso separarme de ella nunca más.
La miro y veo que ella me está mirando también, sin querer esbozó una sonrisa de oreja a oreja. No puedo creerlo, todo esto lo ha hecho por mí, por encontrarme.

Me ha puesto al día de todo, han destruido nuestras antiguas casas pero me ha contado que mi madre y mi hermana están bien.
Cada gesto, cada mirada, la hacen más perfecta así que no me resisto y la vuelvo a besar. Al principio se queda sorprendida pero no tarda en responderme. No se cómo he podido vivir todos estos años siendo sólo su amigo.

Nos ponemos en marcha para volver al campamento, vamos cogidos de la mano y Matt me lanza una mirada cómplice y me guiña el ojo. Justo en ese momento me doy cuenta de qué está pensando. Hace un año, en la fiesta de los dieciséis de Jane....

- Hey Will, ¿has visto a Jane? Quiero darle mi regalo.
- Sí, está allí, va con un vestido azul turquesa.
Matt me mira con una mirada pilla: -No necesitaba tantos detalles Will.
- ¿Por qué lo dices?
- Te he preguntado donde estaba, no necesitaba saber el color de su vestido... ¿Te gusta, verdad?
- ¿Jane? ¡Qué dices! Sólo somos mejores amigos.
- Will, no me mientas, se nota demasiado. En cómo la miras, en la sonrisita que te sale cuando hablas de ella... ¿Quieres qué hagamos una apuesta?
-¿Qué tipo de apuesta?- Le pregunto desconfiado.
- Si en un año no acabáis juntos, me rapo el pelo.
- Me parece bien, total no vamos a ser nada más que mejores amigos...

Y mira, aquí estoy, y creo que he perdido la apuesta.

Al volver, ya están todos despiertos y preparados. Dentro de pocas horas comenzará una batalla, que tengo el presentimiento de que va a ser la última. Cada uno se separa en grupos de combate yo voy a mi pelotón juntó con los chicos y Jane.

Me tiemblan las piernas, estoy muy cansado porque no he dormido en toda la noche. A mi alrededor veo a mucha gente conocida que sus rostros dibujan una mezcla entre miedo, tristeza y añoranza.

Se escucha un ruido lejano, debe ser el enemigo, miro a Jane, está igual que siempre, decidida y segura de sí misma, sonrió para dentro al recordar tantos momentos vividos.

Emprendemos la marcha y cada vez ese maldito ruido está más cerca...

Nos vemos luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora