Capítulo 2: Un nuevo comienzo

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Por fin era el día de partir hacia Corea.
Fui al aeropuerto de correprisas, a pesar de haber salido una hora antes de mi casa para no llegar tarde. En fin, se notaban ya los nervios y el ansia que me comían por dentro.

Me despedí allí de mi familia y amigos, fue bastante conmevedor, incluso mi hermano mayor se puso a llorar, me impactó demasiado, ya que él es duro de pelar, creo que nunca lo había visto llorar antes.

Me subí al avión, esperaba con ansias despegar, aunque también estaba un poco nerviosa, qué leches, estaba muy muy nerviosa. Era mi primer vuelo en avión, el transporte según decían más seguro del mundo, 50% de posibilidades de salir vivo de allí y el 50% de morir. Estaba acojonada.

- Buenos días pasajeros, el vuelo está a punto de comenzar, abróchense los cinturones.- Dijo una mujer muy bien vestida y arreglada, supongo que era la azafata.

Al oír esto me puse aún más nerviosa. Estaba segura de que iba a vomitar, el estómago lo tenía revuelto a pesar de la biodramina que había tomado para evitar mareos en el viaje.

Una vez que el avión se estabilizó en el aire, me puse mi música favorita y me relajé. Vaya que si me relajé, me quedé frita hasta que estábamos a punto de llegar.

- Señores pasajeros, abróchense los cinturones, estamos a punto de aterrizar.
A pesar de que las vistas en el avión eran preciosas, me sentía demasiado insegura en el aire. Necesitaba tocar tierra de inmediato.

- Bff ¡Por fin!, ¡Bendita tierra!- Exclamé al bajar del avión. A punto estuve de arrodillarme para besar el suelo.
Salí del aeropuerto poniendo rumbo al que sería mi nuevo apartamento.

La verdad es que estaba bastante perdida cuando llegué. No sabía muy bien hacia donde ir. Por suerte para mí, dos hombres bastante atractivos, que hablaban un poco de inglés, supieron darme unas indicaciones hasta llegar a un centro de guía turística, donde me ayudarían a encontrar más fácilmente mi piso.

Tras una hora aproximadamente callejeando Seul, conseguí encontrar mi casa. Vaya pateo me había metido.
Estaba reventada, solo quería tirarme a la cama a descansar, pero tenía que deshacer la maleta, así que me puse a ello.

- Bien hecho T/N, ya puedes tumbarrearte en paz y tranquila.- Me dije a mí misma en voz alta.

Ah, ¿que creíais que iba a estar tranquila? ¡JA! A los pocos minutos de estar en mi quinto sueño, llamaron a mi móvil. Se me había olvidado llamar a mi madre al llegar, así que no me quedaba otra que descolgar el teléfono para no preocuparla.

No voy a entrar en detalles, fue una conversación bastante normal, bueno, eso sin contar las veces que me había repetido que tuviera cuidado, especialmente con los tíos, que no me drogara, no tuviera sexo ni rock and roll. Aunque no fuera hoy por el cansancio que tenía encima, eso era justo lo que necesitaba, así que mamá, lo siento de antemano.

Tras dos semanas viviendo allí, encontré una academia en la que me podían preparar para ser bombera. Las pruebas físicas de la oposición eran demasiado duras como para prepararme las por mi cuenta, y las teóricas más de lo mismo.

Según me había informado, al año siguiente iban a sacar plazas de bombero en muchos sitios de Corea del Sur, incluyendo Seúl, donde yo residía, por lo que tenía que ponerme las pilas si quería ser bombera allí.

Me inscribí en la academia para bomberos. En dos semanas empezaban las clases presenciales.

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