Capítulo 3: Problemas

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Eran las 7:00 am. Me desperté muy emocionada, me di una ducha rápida, desayuné mis dos tostadas con aguacate y cómo iba a faltar mi café con canela de todas las mañanas. Suelo ser bastante previsora, por lo que preparé la ropa que iba a ponerme el día de antes: unos vaqueros corrientes de tiro ancho junto con un top negro de tirantes bastante mono. Por encima llevaría una chaqueta blanca de algodón, ya que no hacía demasiado frío. Siempre solía llevar unas Vans negras básicas, pero para mí, ese era un día especial, así que me puse unas deportivas fila de color blanco que me había comprado recientemente. Mi estilo era bastante casual, aunque mis detalles le daban el toque, mi toque. Anillos, una medalla de cadena fina con mi nombre, pendientes de aro y por último una banda en la cabeza de color negro, para que el pelo no me molestara.

- Ay madre, ya es el día.- Pensaba en voz alta.

Hoy empezaba con la academia de bomberos. Me intrigaba demasiado saber qué me deparaba esta nueva aventura.
Agarré mi mochila y salí por la puerta, casi olvidando mis llaves de casa. Soy bastante olvidadiza, como ya habréis podido ver.
Monté en mi coche, un Citroën C5 de color gris, y fui rumbo a la academia, la cual quedaba a 7 minutos en coche.

Aparqué casi en la puerta, y me bajé, estaba bastante nerviosa, no sabía que me iba a encontrar ahí dentro.
Eran casi las 8:00 am, hora de entrar.
Desde mi coche pude ver a un chico en la puerta fumando un cigarrillo, se me hacía bastante conocido. Me quedé mirándole por un rato, intentando adivinar de qué me sonaba, me había quedado embobada mientras andaba hacia la puerta, cuando de repente noté como algo chocó conmigo.

- XX: ¡Joder!
Salí rápidamente de mi trance para volver a mí.

- T/N: Perdona, ¿¡qué...!? - dije un poco confusa.

- XX: ¡Mira por dónde vas, maldita cría!

-T/N: Lo siento, no era mi intención chocarm... Espera, ¡¿me acabas de insultar?! Pero tú de qué vas.

- XX: Por inútiles como tú el mundo se va a la mierda.

- T/N: ¡Pero serás...! - estaba a punto de soltar un guantazo a su preciosa cara, la cual dejaría de serlo tras dejarle mi mano tatuada en ella.

- XX2: ¿¡Qué demomios está pasando aquí!? - dijo un chico sosteniéndome la mano ya levantada - Minho ¿qué le has hecho a esta belleza para provocarla de esta manera?

- Minho: ¿¡Que qué hecho yo!?, esta mocosa se ha metido en mi camino haciéndome tirar todas las cosas que llevaba encima. - dijo mientras las recogía -

- T/N: Tú también irías distraído si te has chocado conmigo, el que se ha metido en mi camino eres tú. - dije exaltada pensando que yo tenía razón.

- XX2: Ey, chicos, que ya no somos críos de primaria. T/N dejalo pasar por esta vez, Minho tiene un carácter un tanto explosivo. - dijo ignorando que Minho estaba ahí también.

- T/N: Está bien, pero que no se vuelva a repetir, o quizá su cara no vuelva a tener la misma suerte. - dije alejándome de Minho.

- Minho: ¡Maldita sea, vuelve aquí!. - dijo él. Mientras, yo lo ignoraba para entrar con el otro chico a la academia.
No había casi comenzado mi día y ya había tenido problemas por culpa de ese imbécil.

- T/N: A todo esto, ¿me conoces de algo?, ¿cómo sabes mi nombre?.

- XX2: Hace unas semanas me paraste por la calle para ver si te podía a ayudar a encontrar la oficina de turismo. Una cara como la tuya no se me olvidaría jamás. - me sonrojé cuando dijo esto. - Respondiéndote a lo segundo, debes de ser un poco despistada, - dijo riéndose levemente - tienes tu nombre en la medalla.

Tras escucharlo, me sonrojé aún más, me sentía demasiado torpe. Aún así me intrigaba, quería conocerlo más, ya que era la primera persona con la que tenía contacto en Seúl.

- T/N: ¿Y tú cómo te llamas?

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