El cumpleaños de Vera (I parte)[Un año más cerca de mi muerte]
Un dia antes de mi cumpleaños...
Recuerdo haber llegado a casa al rededor de las 6:00, el sol se comenzaba a poner y las calles estaban cada vez más heladas. Saqué las llaves rápidamente, pues las ganas de llegar a acurrucarme entre las sábanas con Lara y dormir abrazada a ella me carcomian junto con la culpabilidad de haber pasado una tarde entera más junto a Verónica.
Deje las supuestas compras sobre la mesa y subi las escaleras con rapidez, pero grande fue mi sorpresa al entrar a la habitación y percatarme de que Lara no estaba ahí, la cama se encontraba perfectamente tendida aunque recordaba haberla dejado durmiendo plácidamente sobre la misma.
Paso una hora exacta de desesperación, mirando una y otra vez el reloj en la pared, hasta que finalmente entre en pánico al ver que Lara no regresaba, me era imposible no pensar en que muy posiblemente se encontraba en aquel lugar.
Finalmente la inquietud me impulsó a pedir un taxi e ir hasta el pueblo, ese lugar al que juré no regresar nunca más ahora me llamaba a gritos para buscar a la persona que tal vez sentía lo mismo que yo al regresar ahí. Sin pensarlo me adentre en el bosque y ni siquiera me tome la libertad de revisar en la cabaña y directamente corri hasta el invernadero...
Mientras me acercaba podía ver la silueta de Lara a través de los enormes cristales del invernadero, estaba incada moviendo sus manos frenéticamente con lo que parecían ser unas tijeras. Entre y sentí un escalofrío cuando finalmente pude liducidar lo que realmente hacía.
— La sociedad sigue creciendo, cada día, todo evoluciona, ellos se siguen reproduciendo... habrá más como ellos, habrá más...como yo...
Podía escucharla balbucear una y otra vez las mismas palabras, tenía miedo, quería sacarla de aquel extraño he inquietante trance, estuve apunto de no hacerlo, pero ya estaba tan acostumbrada a aquella sensación de temor que ya no podía quedarme simplemente ahí, petrificada y dejar el miedo me consumiera una vez más hasta perder el conocimiento.
— Lara... ¿estás bien?...
A paso lento y desconfiado me fui cercando a ella, hasta que finalmente pude ver lo que hacía. Las estaba matando... una a una cortaba las rosas o a veces tomaba grandes pedazos y las las arrancaba de raíz con sus propias manos.
¡¿Que estaba habiendo?!
— ¿Que si estoy bien?... — susurro aún sosteniendo aquel tono psicótico en su voz.
Tal vez hubo algo que no logré controlar esa noche... Mis lágrimas, esa fuerte necesidad por liberar mis emociones, por sacar todo lo qué me dolía. Me lastimaba ver de aquella manera a quien fue mi mejor amiga, a quien fue mi primer amor.
—¡SE MUEREN VERA!, ¡UNA MALDITA PLAGA LAS MATA!— grito con desesperación — ¡Y ES MI CULPA!, ¡MALDITA SEA!, ¡NO DEBI DEJARLAS SOLAS!... Debí venir a diario como les prometí... Y ahora están muertas Vera.
Nunca creí verla en tal estado, pero claro, no fue la última vez que la vi derrumbarse de esa manera.
—Pero aún puedes rescatar algunas, mira a tu alrededor, tu les haces más daño con esto— y por supuesto que intente consolarla pero...
—¿Eso crees?— tal vez no use las palabras correctas... —¿Crees que yo les hago más daño?, ¿De verdad?— su vos era tan baja que apenas pude entender lo que había dicho, y cuando menos me di cuenta Lara ya se había levantado.
Se dió la vuelta y finalmente pude ver que su rostro tenía diferentes rasguños como si hubiese tenido una especie de pelea con algún animal salvaje, pero en ese entonces mi primera especulación fue que tal vez ella misma se los había echo.
—Déjame explicarte una cosa mi pequeño y frágil capullo— con cada palabra avanzaba un paso intentando acercarse pero mi instinto me hacia retroceder —Una plaga debe tratarse cuando no es una amenaza, se debe exterminar de inmediato antes de que se comience a recorrer a los demas rosales. Asi es como funciona prácticamente todo, siempre que se encuentra algo malo o defectuoso se aleja o en el mejor de los casos se extermina... para evitar que infecte a los demas, para evitar que se reproduzca y termine causando más caos, ¡Abre los ojos Vera!, es lo que hicieron con nosotras, ¡Se deshicieron de nosotras antes de que infectaramos a los demás!— por supuesto que sus palabras me decepcionaron, ella logro derrumbarme, y por un momento le crei, por un instante estuve por ponerme la venda en los ojos y seguirle ciegamente cómo siempre.
Pero ya no era estúpida, sabia perfectamente a que se referia, con toda esa estupidez de su "sentido de justicia".
Básicamente ella mataría y torturaria a todo ser humano que hobrara mal, así funcionaba en su mundo, y yo... No quería ser más parte de eso.
...
Ya era muy tarde, tal vez peligroso, pero no me importo en lo absoluto, ni siquiera levante la mirada para ver el sendero mientras pasaba por el pueblo, no queria ver mi antiguo hogar y mucho menos a alguien conocido, tan solo quería llegar a casa.
Camine alrededor de dos horas, hasta que finalmente llegué a la ciudad y cuando menos me di cuenta ya me encontraba sentada en el sofá con solo la lámpara de mi costado encendida, mirando al suelo, respirando lento y con la mente en blanco. No sentía nada, ni siquiera el pasar del tiempo, así que no supe cuanto tiempo tardo Lara en volver.
Pero supongo que paso un rato muy largo hasta que la escuché entrar, camino lento hasta pararse frente a mi, ni siquiera tuve el valor de levantar la vista, ella solo tomo mi muñeca sin decir nada y me ayudó a levantarme, ninguna de las dos se atrevió a pronunciar ni una sola palabra mientras me guíaba hasta nuestra habitación.
Por la poca luz del pasar de los autos que alumbraba las ventanas me di cuenta que Lara parecía acabar de darse un baño, llevaba el cabello húmedo y una de las camisas que guardaba en las cajas del cuarto debajo del invernadero.
Al llegar a la habitación cerró la puerta y me ayudó a recostarme en la cama, me arropó, con sumo cuidado se recostó a mi lado y como siempre... Se abrazo fuertemente a mi cintura como si le preocupara que algún día al despertar y ya me haya ido...
Pero esa noche fue diferente, Lara no dejo de tararear dulcemente hasta que finalmente el sueño termino por vencerla.En aquel entonces me hubiese gustado escuchar la letra de aquella hermosa melodia...