Epilogo

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La visita al norte no se dio tan pronto como a los Natouch les hubiese gustado, pues esta tardo un año más en suceder, habían pasado muchas cosas con la nueva familia Thitiwat, como el mudarse a una casa más amplia y notificar a la escuela que ahora estaban casados, cuando se lo dijeron a Narong está ni había parpadeado, se lo veía venir, desde el momento que los vio llevarse bien supo que ellos estaban destinados a estar juntos, tampoco puso un pero cuando se enteró de la relación de Kao y Up, estaba contenta de que todo el mundo hubiera encontrado la felicidad, además de que hubieran dos profesores Thitiwat había hecho que las insinuaciones de los alumnos bajaran considerablemente, siempre había algún despistado o despistada por allí pero eso no era nada de qué preocuparse.

Eran la vacaciones de navidad y estaban en el norte, en la casa en la que alguna vez el castaño había sido feliz con su difunto marido, tenían casa llena, el plan para ese día había sido ir al cementerio junto con todos los amigos y llevar flores, pero Aroon dijo algo que hizo que tanto Ohm como Fluke se detuvieran, "creo que papá extraña más comer pad thai con nosotros que unas flores" , así que la visita la habían hecho ellos cuatro en la mañana y ahora tenían la casa llena.

Por un momento el doncel había tenido algo de inquietud por quedarse en esa casa, él estaba en todas partes, aun habían notas con caritas felices pegadas en algunas superficies, pero todo estaba bien; en un principio Ohm había pensado que no podría manejarlo, pero la curiosidad era más fuerte que el dolor, además de la necesidad de no preocupar a Fluke también había ganado, sobre todo después de haber dado su último adiós a su amigo y que su esposo lo tomara del rostro y borrara sus lágrimas con besos, definitivamente Kao tenía razón él era bueno arreglando cosas.

Así que la casa estaba llena, la casa que alguna vez Teerapat había habitado, afuera como cosa típica en esa parte del país la llovizna caía en medio de la oscuridad mientras que Fluke se encargaba en la cocina de servir los platos, todos estaban dispersos disfrutando de su cocina, al principio había sido una sorpresa para todos verlo allí, sobre todo porque se había presentado como el nuevo esposo del doncel, pero la novedad había pasado rápidamente y lo habían recibido con los brazos abiertos, ninguno le había reprochado sus años de ausencia, comprendieron que era algo que necesitaba.

En esos momentos estaba recostado en un rincón, mirando a la multitud y sintiendo como un extraño deja vu llegaba a su mente, era como si esperara que Teerapat apareciera de repente y le reclamara por no contestar ninguna de sus cartas, estaba seguro que lo hubiera golpeado y luego lo hubiera abrazado fuerte, feliz de volverlo a ver, el dolor había golpeado fuerte en su pecho y respiro hondo para disiparlo.

Lo bueno era que no se iban a quedar allí, su estancia la iban a pasar en la casa Natouch, no podían quedarse en ese hogar, aun podía ver el dolor en el rostro de Fluke cada vez que sus ojos se detenían en alguna foto, o cuando en la mañana entraron a la casa para poner todo en orden para esa noche, sus manos temblaban al igual que su voz, pero fue bueno ir hasta allí para despedirse.

Miro hacia la cocina en donde estaba su esposo y pudo ver como Pineare colocaba un mano en su espalda, estudio su rostro con atención y se dio cuenta de que respiraba lentamente, su propia mano en la boca como impidiendo que el vómito saliera de él y estaba un poco verde, últimamente había estado vomitando mucho, le había dicho que tenían que ir al médico, pero entre los exámenes finales en la escuela y preparar el viaje, no habían tenido tiempo y le habían echado la culpa a que estaba un poco nervioso por regresar al norte.

— ¿Estas bien?—. Le pregunto a Fluke apoyándose en la nevera, ya se estaba recuperando de ese nuevo episodio, sus ojos se levantaron hacia él y se iluminaron, nunca dejaba de sorprenderse por la forma en que sonreía cada vez que lo veía, un regalo que no sabía que le daba todos los días.

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