Capitulo 3

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No había dormido bien, la noche anterior había ahogado sus recuerdos en ginebra, quería aliviar la tensión que sintió todo el día, pero esta no le había sentado nada bien no había logrado quitarse ese mal sabor de boca, solo lo ayudo a sobrellevar el tiempo mientras calificaba algunos trabajos, pero cuando termino con su tarea ya no tuvo que hacer, así que comenzó a dar vueltas por su departamento terminado en el balcón contemplando las luces de la ciudad en medio de la oscuridad.

Allí en medio de su soledad se dio cuenta que la ciudad le parecía inmensa con sus luces resplandecientes, con el verano muriendo y el otoño apresurándose a tomar su lugar, ya había comenzado hacer frió, todo era tan ruidoso a su alrededor, parecía que nadie paraba de moverse en Bangkok siempre había un establecimiento abierto.

Si estuviera en casa a esa misma hora, solo se escucharía el silencio se valoraba la familia, las tiendas cerraban a acierta hora y se reunían en casa para tener una cena todos juntos y solo la soledad había sido su amiga, él no había tenido a nadie que lo esperara en casa con una comida caliente, solo tenia una enorme casa vacía que sus padres habían comprado y que cuando las señoras que lo ayudaban con el aseo y la comida se iban quedaba en la completa soledad.

Pasar tiempo en la biblioteca era lo único que lo mantenía distraído después de la muerte de su hermano, hasta que conoció al alcohol... La primera vez que lo probo tenia 15 años, aquel primer ardor del líquido quemando su garganta había sido un gran alivio, tenía algo en lo que concentrarse, esa había sido su perdición.... Se despertó al día siguiente con dolor de cabeza pero con la satisfacción de que por lo menos algunas horas pudo olvidar su dolor.

Descubierto ese alivio comenzó a refugiarse en el vicio, evitando a los amigo; el alcohol se había convertido en su mejor amigo, así comenzaron a decaer sus calificaciones en la escuela, ya no era lo mismo, su hermano en su testamento le había dado la potestad de de decidir como quería vivir, pero eso fue un error.... No supo que hacer con su vida.

Allí sentado en su balcón no podía dejar de recordar los errores de su pasado, su hermano News se había equivocado en muchas cosas, sobre todo en aquello de que un adolescente de 15 años  era responsable, se terminó de beber lo que le quedaba en el vaso y decidió que era momento de irse a la cama, mientras caminaba a su habitación el hormigueo familiar que siempre tenía lo estaba empujando a ir por más ginebra, pero se detuvo, cuando llegaba a ese punto se preguntaba ¿Cuando será el día que morirá por un coma etílico?, Eso era lo que más deseaba, no quería sentir más.

La presencia de Fluke Natouch ese mismo día en la escuela lo había desestabilizado, no había pensado en su antiguo hogar desde hace mucho tiempo, sobre todo en su mejor amigo o para el  caso en su hermano, había revivido viejos recuerdos que había enterrado en el fondo de su mente, en una noche normal habría tomado solo unas cuantas copas hasta emborracharse y luego dormir, pero esa noche no, esa noche quería acabar con todo el licor que tenía en su departamento.

El problema es que la presencia de su nuevo compañero de trabajo le recordaba a él, a su mejor amigo, a aquel que llevaba el mismo nombre que Natouch a Fluke Teerapat, siempre sus compañeros hicieron bromas acerca de ello, pero viviendo en un pueblo pequeño era normal que algunos nombres se repitieran... El había sido la única persona que intento sacarlo de la oscuridad, pero al final también termino sacándolo de su vida, ¿Que pasaba si el profesor asistente tenía comunicación con él? ¿Si se hablaban por teléfono y Fluke Natouch terminaba revelando su paradero?.

Eso era lo que lo había llevado a tratar de esa manera a su nuevo compañero, sentía vergüenza por lo que hizo, pero es que estaba asustado tantos años escondiéndose para que lo encontraran a esas alturas de su vida de la manera menos pensada, no pudo con la tentación, tomo un nuevo vaso de ginebra para calmar los nervios, antes de por fin irse a dormir, el alcohol había hecho lo suyo, había logrado acallar los recuerdos.

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