Capitulo 38

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Fluke se levantó de su cama con una presión en su pecho, confundido sus ojos parpadearon a través de la lágrimas secas y solo escucho el silencio de su hogar, ¿Que había hecho que se despertara así de repente?, por la ventana podía ver cómo se comenzaba a despejar el cielo dándole paso a un nuevo día, quizás había dormido unas tres horas a lo mucho.

Respiro profundamente y dejo que su mano se deslizara por las finas sábanas, sintiendo la fibras, tratando de calmar la ansiedad que sentía en su pecho, se deslizó nuevamente en la cama y se acostó de lado agudizando su oído para ver si era la voz de sus hijos lo que lo habían despertado, pero no escucho nada.

Tomo su teléfono y se fijo en la hora, para su sorpresa solo había dormido hora y media, dejo que la luz del aparato se extinguirá y se pasó la mano por sus ojos borrando los restos de lágrimas, pero a medida que se quedaba allí acostado su ansiedad iba creciendo más y más.

Se levantó lentamente, sintiendo la frescura del suelo en sus pies mientras caminaba lentamente hacia la cocina, sus ojos acostumbrándose a la oscuridad de su apartamento, agarro una taza y la lleno con agua del fregadero, se quedó allí parado mirando todo a su alrededor.

Iba a poner hacer el café cuando se fijo en algo que no se había dado cuenta antes, la puerta del cuarto de los niños estaba abierta, desconcertado se acercó preguntándose si tal vez su pequeño había necesitando salir al baño y se le había olvidado  cerrarla después, esos dos últimos días habían sido duros para Aroon, pero todo se había quebrado nuevamente la última noche, ya habían pasado varios meses desde que le expresará su deseo de volver a casa, le dolía en su corazón de que ahora volviera con esa idea, su niño extrañaba un lugar al que simplemente no podían volver.

Con curiosidad asomó la cabeza y miro a Nirin, la cual como de costumbre estaba dormida como una estrella, incluso se había quitado el pijama y solo estaba con el pañal, su pequeño pecho subía y bajaba al compás de su respiración.

Al mirar la cama de Aroon, se detuvo frunciendo el ceño, había una pila de mantas en su cama, así que camino hasta allí, las movió y a medida que quitaba las telas su corazón comenzaba a acelerarse, sus manos estaban frías... Aroon no estaba.

Se dio la vuelta y salió en su búsqueda, recorrió el pasillo en dirección al baño, abrió la puerta y lo encontró vacío y oscuro, se quedó mirando sin ver, el miedo se estaba apoderando de él, corrió a su habitación con la esperanza de que no lo hubiera visto y se había colado allí para dormir en su cama, pero no estaba allí, su hijo no estaba.

Salió de allí rápidamente, la bilis ya estaba subiendo a su garganta, las ansias de vomitar lo estrangulaban, camino hacia el pasillo y vio hacia la puerta de entrada, está no estaba del todo cerrada, la misma estaba entreabierta, dejando oír el sonido del mundo exterior, los autos pasando por las calles.

—Aroon—. El nombre de su niño salió en un susurro de sus labios , él no estaba en casa y él ya lo sabía, lo había sabido desde el momento en que había despertado con esa opresión en su pecho, con ese algo que lo estaba asfixiando, instándolo a pasar del sueño a despertar por completo —Aroon—. Volvió a llamarlo y los sollozos acudieron a él, se dejó caer de rodillas al suelo mientras lloraba por la perdida de su bebé.

Grito el nombre de su pequeño con desespero, tanto que sus vecinos llegaron rápidamente a su puerta, sus rostros ansiosos y preocupados por querer ayudarlo, las manos amables de una mujer lo ayudaron a levantarse del suelo, lo sentó en el sofá y en medio de sollozos explico lo que estaba ocurriendo, esperaba que esas personas pudieran ayudarlo porque en ese momento él no sabía que hacer.

Grito el nombre de su pequeño con desespero, tanto que sus vecinos llegaron rápidamente a su puerta, sus rostros ansiosos y preocupados por querer ayudarlo, las manos amables de una mujer lo ayudaron a levantarse del suelo, lo sentó en el sofá y e...

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