Mar
Los gemidos de los dos resonaban por el baño de la discoteca. Podía oír entrar y salir a la gente mientras gritaba, y eso me excitaba aún más.Se llamaba Álvaro. Me lo había dicho mientras le chupaba la polla. Las presentaciones en caliente, literalmente, eran mis favoritas.
Y ahora, ni cinco minutos más tarde de saber su nombre, me estaba dando el orgasmo de mi vida.
Gemidos, reparaciones agitadas, el sonido de su pollón chocando en mis nalgas y los besos que nos dábamos, metiéndonos la lengua hasta la garganta. Pero la lengua no era lo único que se le daba bien meter.
Me dio la vuelta y apoyé una pierna en la pared para que pudiera follarme más fácilmente.
Estaba súper caliente, no iba a tardar en correrme.
Así sucedió. En unos segundos empecé a gritar aún más fuerte, y él también lo hizo.
Cuando se separó de mí vi el condón, estaba chorreando.
Se lo quité y le puse otro. Me encantaba ese pollón.
Rosa
Estaba tan caliente que mis dedos se metieron en ella solos, acompañados de un gran gemido.Me había llevado a su piso de estudiantes, donde tendríamos más intimidad que en la discoteca. Además, hacer la tijera en un baño tan pequeño no es nada cómodo, por experiencia.
Después de hacerla llegar al orgasmo un par de veces, se colocó encima de mí y mientras hacíamos la tijera me metía los dedos.
Estuvimos así un rato hasta que volvimos a corrernos.
En eso sonó la puerta de la entrada.
- ¿No decías que no había nadie?
- Es que no lo había. Ahora sí, pero qué importa -dijo besándome.
La puerta de la habitación de Karol se abrió, y entró el chico con el que Mar había estado ligando en la discoteca. Y ella también, claro.
- ¿Qué está pasando? -grité tapándome con una sábana.
- Es mi compañero de piso, Álvaro -explicó Karol.
Los cuatro nos miramos. En otro momento ni me lo habría pensado, pero hacer una orgía con Mar me daba un poco de reparo.
- No es buena idea -dije anticipándome a sus miradas.
- Rosa -dijo Mar-, dijimos que en nuestra etapa universitaria íbamos a disfrutarlo todo al máximo, ¿no?
- Sí, pero...
- Entonces deja de pensar. Gózalo.
Karol volvió a besarme y continuamos haciendo la tijera. Escuchaba a Álvaro follarse a Mar a mi lado, y en unos minutos habíamos cambiado los papeles. Yo estaba encima de él y Karol y Mar haciendo el 69 en la cama.
Nunca había tenido tantos orgasmos en mi vida.
Me puse a cuatro patas y Álvaro empezó a darme por atrás. Miré para ver a Karol, quién me besaba mientras Álvaro me follaba, y a Mar, que se estaba masturbando mirándonos.
Gemía como una loca, habían sacado mi animal.

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ANIMAL
RomanceMar y Rosa van a pasar a la universidad y tienen claro que en su nueva etapa lo que más van a hacer es disfrutar. A cualquier precio. Pero, ¿hasta qué punto se puede llegar? ¿incluso cuando la diversión cruza niveles tan peligrosos como la muerte?