CAPÍTULO 31: "CONTRA EL MUNDO ENTERO"

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~JOSHUA~

— ¡¡¡ROBEEEERRRRTTTT!!! —gritamos todos al unísono.

Me sentí súper impotente al no estar ahí, todo esto había sido culpa mía, debí haber ido con ellos. La chica que había asesinado a mi amigo guardó sus pistolas y recogió del suelo sus espadas con una actitud súper fría y despreocupada.

— ¡¿Dónde está el helicóptero?! —vociferé por el transmisor dirigiéndome al piloto.

—Ya estamos por llegar, señor.

— ¡Alicia! Sácalos a todos de ahí.

Perla ya había recuperado la conciencia y estaba volviendo al campo de batalla, Alicia estaba junto a Lucas quien ya podía moverse luego de que el veneno fuera neutralizado, Nicolás estaba junto a Susana apoyando a Eduardo y Christian estaba recién levantándose. La chica se alejó del cuerpo de Robert mientras se acercaba a Christian.

—Perla, ve con Christian y protéjanse mientras llega el helicóptero.

Perla apuró el paso para llegar antes que la enemiga, dándole la espalda al Leopardo herido, formó un muro de hielo impresionante que los separaba de los militares; el resto de mis compañeros se fueron acercando a ellos para resguardarse tras los muros, mientras los enemigos que seguían en pie buscaban la manera de acercarse. El sonido de las hélices se hizo presente cuando el transporte se aproximaba y mis compañeros seguían resistiendo.

— ¡Nadie se queda atrás! —Exclamé— Piloto, bajen la escalera y mantengan su posición; Lucas impúlsalos a todos con tu poder para que alcancen las escaleras, Perla tendrás que evitar que ataquen el helicóptero arrojando esquirlas a partir del muro que los protege.

—Pero Joshua, podría matarlos...

— ¡Hazlo! ¡¿Acaso no viste lo que hicieron ellos?!

Al parecer Alicia entendió lo primero que dije porque salió protegiéndose con su escudo para recoger el cuerpo humano de Robert. El plan estaba funcionando, ya la mitad estaba en el helicóptero, los desalmados ya habían conseguido una forma de defenderse y los francotiradores se disponían a disparar pero, sorprendentemente, Susana y Lucas atacaron desde el avión logrando herir a los atacantes y evitando que dispararan.

—Salgan de ahí rápido, tienen que volver a casa.

Dicho eso, me levante de la silla quitándome los auriculares y no pude evitar golpear la mesa con todas mi fuerzas, causando unos rasguños; di la vuelta para salir y me encontré con Diana.

—Desde... ¿Desde hace cuánto estas ahí? —dije sin poder evitar que unas lagrimaras brotaran de mis ojos.

Me quede esperando una respuesta, pero ella lo que hizo fue acercarse y darme un abrazo para tranquilizarme.

—Esto no fue su culpa, está librando una batalla muy grande para usted solo.

Dicho eso hubo silencio por un par de segundos hasta que se rompió mi serenidad y un llanto apagado se hizo presente.

—Muchas gracias, pero ahora necesito estar solo —dije luego de varios minutos.

Al salir de la casa me alejé lo más que pude del pueblo, camine durante un buen rato hasta que decidí acostarme en el suelo, con la única compañía de la flora local que incluían bellos jazmines y flores similares a rosas, a los lejos se veían trompetas amarillas provenientes de un Araguaney; sin embargo, antes de poder quedarme dormido escuché un par de pasos tras de mí.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté.

—Un día te prometí que estaría a tu lado en tus peores y mejores momentos —respondió el que ha sido mi amigo durante toda mi vida.

Tenshis: de humanos a ángelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora