IV

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Asia Edevane.

Me levanto de la cama y siento un dolor en la pelvis que solo me hace sonreír.

Miro el reloj digital en mi mesa de noche y me levanto. Son las 4:30am, es hora de salir a trotar.

Me coloco ropa y zapatos deportivos y salgo de mi habitación. Conecto mi celular a los airpods y son mensajes motivacionales lo que me pongo a escuchar.

Estos días mi ánimo ha aumentado e intento dejar de lado la culpabilidad que surge cuando recuerdo la razón.

-Buenos días.- digo a las personas que pasó por un lado mientras troto en el parque.

-Buenos días niña linda.- me saluda una señora, está cada mañana y es una cara conocida para mí, tiene alrededor de 70 años y se mantiene activa viniendo cada mañana a ejercitarse- Que tengas un feliz fin de semana.- se despide.

Ya hoy es viernes y me encuentro entusiasmada con el evento de hoy. No es más que una reunión donde se reúnen empresarios importantes con su familia donde donan dinero en beneficio a las fundaciones creadas para los niños huérfanos y personas poco privilegiadas. Soy parte de algunas y mi momento favorito es cuando vamos a entregar esas donaciones.

Por otra parte también es muy importante estar rodeada de personas de clase alta, pues son generadores de ideas para nuevas inversiones.

Despejo la mente y me dedico a escuchar el módulo "Eliminando emociones negativas" de Brian Tracy. Sigo mi camino trotando y hago mis ejercicios correspondientes.

Llego a casa cuando son las 6 de la mañana. Me doy un baño y bajo a desayunar.

Lia me sirve huevo revuelto con hot cakes y tocino. La verdad es que, a pesar de ejercitarme, no siempre se me da el comer extremadamente sano. Aunque aún así, evitó comer comida chatarra... Al menos los días de semana.

—¿A qué hora tienes clase?— pregunta mi Nana.

—A las ocho en punto.

—Entonces come con calma, que la universidad no se va a mover. — me reprende.

—Tengo que repasar el tema que veré hoy, Lia.

—Aja, en mis tiempos uno llegaba a la clase sin saber nada, para eso íbamos, ¡A aprender allá!

—No me funciona ese método.

—¡Ay pequeña Sia! Adoro lo juiciosa que eres mi niña, pero quisiera que no te rigieras por las órdenes establecidas y que te permitiras vivir adrenalina por un momento.

—¡Yo vivo adrenalina! —me defiendo — Hoy iré a una fiesta universitaria.

—¿Y te embriagaras?

—¡Por supuesto que no!

La escucho suspirar.

—De acuerdo, está atenta a tu vaso para que no le echen nada raro. Hay gente muy mala en el mundo.

—Lo haré Lia.

Me levanto de la mesa al terminar de desayunar y le doy un beso en la mejilla.

Subo a mi habitación y tal como he dicho que haré, repaso los temas que veré en la materia de análisis matemático I.

Me distraigo unos minutos respondiendo algunos mensajes y la curiosidad me gana cuando veo la notificación de Enjoy.

Entro a la app y veo los textos de algunos hombres donde me invitan a masturbarme con ellos.

Los ignoro, pues no es algo que haré justo ahora. Aún así mi mirada se dirige a un chat muy abajo: Daddy, 30 años.

He de admitir que es el hombre más guapo, al menos desde mi criterio y mi gusto, que he visto en esta app.

Enjoy. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora