VI

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Asia Edavane.

Conduce hacia una pista de aterrizaje dónde espera un jet privado en el que toma mi mano, de manera caballerosa, para ayudarme a subir.

Tomamos asiento uno frente a otro y pronto una aeromoza nos ofrece champagne.

-¿Cómo te llamas? -pregunta el hombre.

Mantiene una postura relajada, con los brazos sobre el portabrazos de las sillas. Intento mostrar una postura relajada igualmente.

-Ángel, ya lo sabes. -digo mi seudónimo, mientras tomo un trago de mi copa.

-El verdadero.

-¿Cómo te llamas tú?

-Sebastian.

-Sebastian. -repito saboreando su nombre- Que lindo.

-¿El tuyo?- vuelve a pedir, aún con la misma postura.

Le sonrío coqueta y vuelvo a negar con la cabeza.

Lo menos que necesito ahora es que me identifique, y por lo que veo no es cualquier persona, fácilmente puede estar en el mismo mundo empresarial que yo.

-Dime Ángel, me gusta ese ¿A ti no?

Me sonríe y pasa los dedos por su barbilla mostrándose pensativo.

-Eres mayor de edad, por lo que tengo entendido.

-Si, así que no te preocupes por eso. ¿Puedo saber a dónde me llevas?

-Lo sabrás cuando lleguemos.

Asiento lentamente y vuelvo a dar un trago a mi copa.

Su porte es maduro. No es un chico, que es comunmente con quiénes me rodeo, se nota bien que es un hombre con anda ni con juegos ni con rodeos.

Veo bien sus brazos y me reprendo mentalmente cuando empiezo a imaginar a ambos desnudos mientras me levanta en sus brazos y me folla.

Subo a su cara, veo su rostro, y vuelvo a bajar la mirada dándole un repaso por todo el cuerpo.

Sigo sin entender como alguien así está en esa app.

La cámara no le hace justicia para lo hermoso y atrayente que es su físico.

Mi subconsciente me recuerda entonces como tuve un orgasmo tocandome para él.

Trago saliva y cruzo las piernas.

Salgo de mis pensamientos cuando me tiene un papel.

-Es lo justo. -dice.

Leo lo que dice e identifico que es una prueba ETS de su persona.

Está limpio.

Bien, entonces no se que estamos esperando.

La aeromoza desaparece del área en la que nos encontramos y no lo pienso muy bien cuando dejo la copa vacía sobre una de las mesas y me levanto de mi asiento yéndome a sentar a horcajadas sobre él.

Sus manos se deslizan por mis piernas y las acaricia.

-¿Cómo te gusta que te follen, bebé?

-Duro. -me limito a responder.

Y es que mi experiencia en el área sexual no es tan extensa, pues solo se basa en una sola persona, y fueron contadas las veces. Pero con Bryan mi cuerpo siempre pedía más y más.

Y sé que este hombre me lo dará.

Me mira con morbo y siento como mi entrepiernas palpita.

Sé bien que lo que estoy haciendo no es algo normal en mi persona, pero intento mentalizarme de que desviarme del carril por un momento no le hará daño a nadie, y lo hago para no sentirme mal o culpable.

Enjoy. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora