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Sebastián Pusset.

Dos horas y cinco llamadas perdidas me toma llegar al evento de los Edevane.

Tuve otros problemas que resolver.

Bajo del auto y es Andrew Edevane que con una sonrisa me recibe.

Choco su mano y nos abrazamos tal cual dos buenos amigos que tienen mucho tiempo sin verse.

—¿Cómo has estado? Te veo recuperado.

Empiezo a explicarle todo el proceso que he vivido desde el accidente mientras entramos al lugar.

—¡Andrew! —una niña rubia aparece interrumpiendo— Blair está ebria, si nuestros padres la ven, la mataran y le aumentarán el castigo. —Suelta preocupada.

Mi acompañante suspira.

—Sebastian, te presento a Candace, es la menor de mis hermanos. —La niña tiende su mano con educación y se la estrecho— Blair es mi otra hermana, está pasando por su etapa de adolescente rebelde. —me explica y señala hacia el frente donde dos gemelos traen a otra rubia.

Sus facciones me resultan familiar, y me remuevo incómodo al recordar de donde, pero mientras se acerca puedo detallarla más y noto que se trata de otra persona.

No puedo sacarme de la cabeza a esa maldita.

He soñado con ella y he llegado al punto de pensar que me estoy volviendo loco.

—Oye, tu debes de ser Sebastián. —dice uno de los gemelos— Soy Cody, y acabo de escuchar por media hora a tu madre quejarse de tu impuntualidad.

Me echo a reír.

No me considero una persona impuntual, hoy es la excepción. Pero mi madre sin duda ama exagerar la situación cuando su paciencia se agota.

—Soy Benjamín. — se presenta el otro, algo más serio— Subiré a Blair a su habitación ¿Dónde está Asia?

—Se ha ido a una fiesta. —responde el hermano mayor.

—Quiero ir a una fiesta como mi hermana. —dice la ebria. A penas y se le entiende lo que dice por tener la lengua dormida.

—Te recuerdo que estás castigada. —Dice el gemelo serio.

—Es injusto. —se queja.

—Cierto, es injusto porque era necesario ir a la otra punta del país escondida porque una amiga le dijo a otra amiga que le dijo a un amigo que tu ex estaría ahí. —dice el otro gemelo sonriente. Detecto el tono sarcástico en su voz.

—Exacto.

Cody se ríe, y los otros tres hermanos niegan con la cabeza. Sé que falta una hermana y supongo que es la que han dicho que se ha ido de fiesta.

Sus hermanos desaparecen subiendo a su hermana y la más niña se va por ahí también dejándome a solas nuevamente con mi amigo de infancia.

Entramos al salón y recibimos algunas miradas.

Saludo cordialmente a los conocidos que se acercan y ambos entablamos conversacion con un grupo de inversionistas.

Cuando la mirada molesta de mi madre me atrapa, pido permiso y me retiro para ir hasta ella.

Doy un beso en su frente.

—¿Dónde carajos estabas, Sebastián?

«Follando» respondo en mi cabeza.

—Ya estoy aquí.

Vuelve a darme una mirada molesta que me causa gracia y se aleja.

Me acerco al lugar donde reciben las donaciones para los orfanatos, y realizó un depósito de una suma considerable.

Enjoy. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora