Caroline
La madre de Melisa nos había traído chocolate caliente y unas galletas de avena mientras veíamos "Duff" la película, la cual me resultó bastante interesante ―no sólo porque uno de los personajes principales era bastante guapo― sino también por lo realista que podía llegar a ser en bastantes aspectos. La protagonista era la "Duff" "Amiga por siempre gorda y fea" o algo así. Ella nunca había tenido un novio, yo tampoco. Ella tenía las mejores calificaciones, yo también. Ella era menos linda que sus amigas, yo igual. De todas formas no estoy diciendo que soy fea, sino que mirando a Melisa cualquiera podía verse horrible a su lado. Hasta despertaba con cara de ángel.
―¿Qué ha dicho tu padre estos últimos días por lo de tu embarazo?― solté.
―Nada, ha tratado de cambiar de opinión ¿sabes? Se le nota. Siempre ha querido un nieto, sólo que no lo espero tan luego.
―Entiendo, mi papá se muere si le llego con tal regalo. ―Ella rió y me acomodé en la cama para mirarla de frente― ¿Has hablado con Trenton? Digo, sobre el embarazo.
Ella entornó los ojos como si estuviera preguntando algo estúpido.
―¡No, estás loca! O sea sospecho que ya lo sabe, pero no se hará cargo.
―Vamos Mel, quizás son sólo cosas tuyas y él te quiere de verdad...
―¿Y formar una familia? ―interrumpió― Caro, a él nunca le ha interesado nadie.
Fruncí mis labios que estaban calientes por el chocolate y le tomé las manos. ―Bueno, pero aunque él no se haga cargo, aquí estaré yo para hacer el rol de padre.
―Gracias, Caroline. ―Sonrió y sus ojos se abrieron como si se hubiese acordado de algo.
―¿Qué pasa?― Pregunté.
―Conocí a alguien la noche del Pub ―soltó nerviosa.
Sonreí picara y la afronté ―¿A quién?
―No lo sé, jamás lo había visto en mi vida. Quizás es de las afueras de la ciudad.
―¿Quedaron en algo?
―¿Te estaría contando sino?
Miré la hora y tomé mi celular.
―Mel, son casi las siete, ya me tengo que ir.
―Vamos, quédate ―dijo como niña pequeña.
―Sabes que no puedo, papá está solo y es hora de la cena. Nos vemos en la semana ¿vale?
―Vale. ―Se paró de rodillas en la cama y me abrazó ―conduce con cuidado. Te quiero.
―Te quiero― respondí y me separé para irme.
Cuando bajé me despedí de los padres de Mel y me dirigí al auto. Hacía mucho frío, estábamos a fines de noviembre pero como el clima del sur es así, no podía hacer mucho más que prender el calefactor del auto.
Pensé en la cena, no tenía ganas de preparar algo esta noche así que preferí pasar a Taco's Well y comprar algunos burritos. A papá le encantaban.
Estacioné el auto al frente del local y no bajé sin antes ponerme el sweter que traía siempre por si acaso en la parte trasera. Caminé hasta la entrada y como todos los sábados estaba repleto. Me puse en la fila y saludé a una que otra persona que conocía. Cuando por fin pude pagar, compré seis burritos especiales para llevar. Jaime quien fue mi compañero en el Instituto fue muy amable y trató de ser lo más rápido para entregarme el pedido.
―No sabía que te gustaba la comida mexicana.
Escuché hablar por detrás y volteé.
No puede ser.
―Tu cara dice que no te agrada verme ―soltó y se acercó a mí.
―Mi cara y ahora mi boca ―escupí.
―¿Caroline, verdad?
Yo asentí.
―Me enteré que eras hija del conocido detective Johnson. ―Se cruzó de brazos y apoyó en el recibidor. Se veía como siempre, fresco, fuerte y arrogante. ―¿Cómo está él? supe que está algo enfermo.
―¡¿Estás tratando de reírte de mí?! ―Qué se creía este hijo de puta.
―No, al contrarío. ―sonó ¿dolido?
―No te creo, no tendría por qué. Lo odiabas supongo.
Me miró con cara de: "está bien niñita malcriada, haz lo que quieras"
―¡Caroline! ―gritó Jaime. Yo fui a recoger mi pedido y ni siquiera miré a Jack antes de salir. Pero mi linda conciencia hizo que me detuviera y volteara para acercarme de nuevo a él. ―Escucha, perdón por sonar tan antipática pero no me gusta que hablen de la enfermedad de mi padre...
―Te entiendo― interrumpió.
―Bueno...―jugué con mis manos antes de decir lo que seguía porque no podía creer lo que iba a hacer. ―Gracias.
Él me miró extrañado― ¿por?
―Por lo del sábado pasado en casa de Ramirez, de verdad que no sé que habría hecho sin...
―¿Mí? ―interrumpió de nuevo pero ahora con una sonrisa arrogante y rebalsando en ego del puro.
Entorné los ojos y tomé mi bolsa de nuevo para salir. No se podía hablar con él.
Cuando caminé hacia el auto escuché la puerta del local abrirse y lo sentí de nuevo detrás de mí.
―Vale, lo siento, estabas tratando de ser amable. Y para aprovechar tu linda amabilidad y yo obviamente beneficiarme de ello, me podrías echar una mano con la moto.
―¿Y qué sé yo de motos?
―Nada, supongo. Pero sí tienes un lindo auto que podría llevarme a casa ―Me guiñó y se metió al auto dejándome ahí parada.
Lo miré por la ventana y lo señalé― ¡Baja de ahí ahora, Blaz!
Él apuntó su oído como si no escuchara y yo subí al auto.
―¿Sabes qué pasa si me ven contigo aquí? ¡Claro que no por algo estás haciendo esto!
―¿Siempre eres así de antipática?
―¿Siempre eres así de estúpido?
―Mira muñeca, si hacemos esto rápido y me llevas a casa, nadie correrá peligro. Pero si te quedas gritándome aquí parada, claro que llamarás la atención. Así que mueve ese lindo culo que tienes y comienza a conducir. ―Acomodó su espalda en el asiento y me miró ― recuerda que me lo debes.
El viaje lo sentí eterno aún siendo sólo siete cuadras. Era obvio que él podría caminarlas, no se iba a morir ni nada, pero sólo lo hacía para joderme.
Después de dos minutos él apuntó una casa de color marfil de dos pisos, muy bonita.
―Déjame ahí.
Me estacioné y el pescó su bolsa de tacos mientras me miró.
―Gracias, detective. Pero aún me debes un favor.
―Espero que no tenga nada que ver con drogas ni bancos.
―Te aseguro que no.
Él bajó y cerró la puerta. Caminó hacia la casa y antes de entrar me miró nuevamente. Yo arranqué el auto sintiéndome extraña, culpable más que nada, me carcomía la sensación de que alguien podría haberme visto con Jack. Mi trabajo llegaba hasta ahí. Díos, llevaba sólo un mes.
Hola, aquí les dejo un nuevo capítulo algo corto pero espero que les guste. Estaré tratando de subir más seguido y todo para ir avanzando más rápidito. Recuerden que pueden comentar y votar para yo saber qué tal les parece la novela. e_e
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Criminal
RomanceCaroline tiene 18 años recién cumplidos, acaba de salir del instituto y tiene toda una vida por delante. Pero todo esto se ve interrumpido por quizás la última petición importante que le puede pedir su padre, entrar a la PDI (policia de investigacio...