Capitulo 5: Distracción.

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                                                               Caroline

Cuando llegué a casa quité mi polerón  y lo tiré en el sillón ―¿Papá―Grité. 

―En la habitación―Gritó él.

Me acerqué a su habitación y me acosté con él en la cama. ―Hola. ¿Cómo estuvo esa hora sin mí?

―Mejor que nunca― Me miró sobre los lentes y sonrió.  

―No pensé que odiabas tanto que estuviera aquí cuidándote. ―Me crucé de brazos fingiendo estar molesta.  

―Sabes que no lo hago por mí, sino por ti. Quiero que... 

― Quiero que hagas tu vida como una adolescente común y corriente. Creo que tuvimos esa conversación hace menos de noventa minutos. ―Lo interrumpí antes de que el completara la oración. 

Él quitó sus lentes y miró mi mano por un segundo ― ¿Qué hace Jack Blaz en tu celular? 

―¿A qué te refieres? ―El apuntó mi celular y yo noté que la foto que le había sacado estaba ahí. ― Ah...la foto― yo sonreí y se la mostré. ― Mientras hablaba con Melisa en la plaza lo vi ahí con un hombre, quizás de su misma edad o menor. Anoté la matrícula de su auto por si acaso, pero el punto es que le entregó un sobre― puse mi dedo en la pantalla y agrandé la imagen para mostrársela― ¿Ves?  Quizás es droga, dinero o lo que sea. Pero no es algo bueno.  

―¿Cómo sabes? Es sólo una hipótesis.  

―Pero papá, el miró hacia todos lados antes de entregarle el sobre. Es obvio que es algo turbio. ―me reacomodé en la cama y le mostré las demás fotos― Le mostraré las fotos a Christina. Si cae preso por esto quizás pueda confesar si él ha robado esos bancos o si es alguno de los miembros de la red de prostitución. 

―Caroline, llevaba meses en esa investigación y cada prueba que tenía contra él era invalida. ―Me tomó la mano que tenía vacía y la acarició. ― En lo personal no quería que tomaras ese caso. Es peligroso y me gustaría que te mantuvieras al margen.  

―No puedo. Le prometí a Christina que lo haría. Además Gabriel se comprometió a acompañarme cada vez que quisiera tomar alguna prueba. ―Le sonreí y le besé la mejilla― Voy a estar bien.  

En ese momento mi celular sonó con el nombre de Melisa en la pantalla. ―Hola, Melisa―Sonreí al contestarle la llamada y miré a mi papá quien sin hablar preguntó si nos habíamos arreglados. Yo asentí divertida.  

― ¿Cómo estás para una noche de chicas solteras en un club? ―Preguntó animada.  

Yo miré a mi papá quien parecía escuchar la conversación ―No...no puedo, Mel. 

―Pero no salimos de noche hace dos meses ―protestó. ― ¡Tenemos dieciocho!  

―Sabes que me encantaría ir ―en verdad no tanto― pero no puedo.  

―Está bien. Le preguntaré a otra mejor amiga que encuentre por ahí.  

Yo me reí y mi papá quitó el celular de mi oreja.  

―No papá ¿qué haces? ―Protesté y estiré mi mano para que me lo diera pero el sólo hizo una seña para que me callara.  

―Hola, Melisa habla Christian.  

― ¡Hola señor! ¿Cómo está? 

―Mucho mejor, gracias por preguntar. Me enteré que estás embarazada, muchas felicitaciones para ti y espero que estés bien.   

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