Captulo 1

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Fin de la Primera guerra mágica
31 de octubre de 1981

-¡Bella! ¿Dónde estás?- Así entré al callejón. Susurrando, apurado y bastante asustado por haber perdido a mi esposa de vista -Bella, no es momento para juegos, ¡sal!

-Cielo...

Voltee muy alarmado hacia mi derecha, lugar de donde provenía la llamada de mi esposa. Sabía que algo iba mal. Cuando decidimos tomar la marca y posicionarnos en las filas del lord tenebroso ambos habíamos acordado utilizar Cielo como palabra clave cuando había problemas, pues nadie sospecharía que era una palabra poco usual entre nosotros dado que estamos  casados. Conocidos, desconocidos, amigos o enemigos, nadie más que nosotros notaría la pequeña señal de alerta. Eso nos ayudó mucho durante los últimos enfrentamientos, donde más de algún miembro de la Orden del Fénix trataba de tomar a Bellatrix suponiendo que era débil y sentimental al ser una mujer, así pude actuar más rápido, evitar muchas redadas y llevarnos la victoria en varios enfrentamientos. Esta no será la excepción.

-¡Crucio!

Y en ese momento Frank Longbottom se comenzó a retorcer de dolor en el suelo. Era tanto que ni gritaba, pero aún así trataba de resistir y actuar, no lo iba a poder controlar mucho tiempo yo solo...

-¡Crucio!

Dos rayos más de luz cruzaron por el callejón, golpeando tanto a Frank (que ya se encontraba en el piso), como a su esposa y compañera Alice, quién aún sujetaba a Bella.

Ella, sin pensarlo, se soltó del agarre de la aurora y se dispuso a lanzar otro Crucio para ayudar a nuestros compañeros, Rabastan Lestrange y Barty Crouch Jr.

Mantener este maleficio por mucho tiempo es cansado, así que con un pequeño asentimiento de cabeza le digo a mi esposa, mi hermano y a mi compañero que nos detengamos un momento, para que no se vuelva menos efectivo.

-¿Por qué nos atacaron?- les preguntó mi esposa con una calma y seriedad inigualable- ¿Qué hicimos? ¿Cuál fue el pecado?

Bellatrix siempre ha sido la mejor para hacer interrogatorios. Hace las preguntas correctas, sin emociones en su rostro o en su voz, los sentimientos no la traicionan jamás. Todo gracias a su maravillosa crianza de sangre pura, de lo contrario no podría ser tan templada.

-Son Mortifagos, no necesitamos razón para seguirlos -Respondió Alice de manera entrecortada, se notaba que le costaba trabajo respirar -Todo lo que hacen y a dónde van debe estar monitoreado.

-Te equivocas querida, tener una ideología política y de vida distinta a la tuya no nos vuelve delincuentes, ni una amenaza para nadie. No nos priva de ningún derecho o nos hace menos magos, ni menos iguales, suponiendo que fuéramos iguales...

Bella miró con desprecio a esa asquerosa bruja. Ella era la verdadera amenaza para el mundo mágico: Era la que podía revelarle al mundo lo que éramos y que nos dieran caza de nuevo por no querer educar a los sangre sucia. Es ella quien subestima las tradiciones y conductas de la magia y sus practicantes, y aún así tenía el descaro de sentirse "protectora" del mundo mágico, con su ridículo uniforme de auror. Y no solo eso, se creía capaz de tratarnos como pecadores y como la escoria del mundo mágico, como si nosotros fuéramos el verdadero peligro, cuando solo queremos hacer lo mejor para todos los magos y todas las brujas, no solo de Inglaterra, ¡Del mundo!

-¿Sabes lo hipócrita que suena querida Alice?- continuó Bella - predicando la inclusión "pareja" entre los magos, sin importar su estatus sanguíneo, pero tratando como escoria a los sagrepura que piensan diferente que tú...Muy hipócrita...¡Mereces un castigo!

Y con esas palabras, todos comprendimos que el descanso había terminado y era momento de atacar con Crucio, de nuevo.

Los vimos voltear los ojos de dolor, sudar, doblar los dedos, retorcerse...Vimos toda la desesperación en su cuerpo y no me pude sentir mejor. Se lo merecían. Eran magos, sangre pura, debíamos cuidarnos, es una regla básica entre nosotros, pero ellos no la siguieron. Prefirieron proteger y velar por los sangre sucia, fomentando que siguieran desaprovechando todo el potencial que la magia bien direccionada les podría dar desde muy corta edad, prefirieron quedar como los buenos, aunque ningún bien hicieran a su pueblo y tratar a los suyos como escoria y por eso, verlos sufrir de ese modo me dio paz y felicidad.

-¡Bellatrix, por favor! ¡Para! Te lo ruego...- La pobre Alice apenas y susurraba- Tenemos un bebé, no lo dejes sin padres, él nos necesita y nos necesitará toda la vida ¡Por favor!

-De no ser por sus constantes espionajes, redadas y ataques, yo también tendría un bebé en casa esperando por mí...- Sonaba muy seria, pero en sus ojos podía ver como la rompían los recuerdos -Pero gracias a ustedes, "los defensores de la luz", no lo tengo, así que no veo cómo eso sería un buen argumento en este momento.

Bella y yo llevábamos ya 5 años casados y no habíamos procreado un hijo aún. Dormíamos en la misma habitación y tratábamos de tener un heredero a toda costa, pero nada había sido suficiente. El constante estrés, redadas y duelo contribuyen a que ese objetivo no se logre y aún no teníamos a nuestro heredero.

Pese a que no me ama, eso no quiere decir que no esté dispuesta a cumplir con su deber de esposa; además Bella sí quiere convertirse en madre. Es más un anhelo que una responsabilidad para ella y yo por ella haría lo que fuera, si quería un hijo, yo haría lo que sea por darle uno, pero estos asquerosos traidores y adoradores de muggles no me están ayudando a complacer el deseo de mi mujer.

Los hechizamos incluso después de que cayeran inconscientes, hasta que todo el coraje y dolor que habíamos recordado salió de nuestro sistema, hasta que nuestro dolor fue ligeramente aparejado. Entonces y solo entonces mi esposa decidió que era momento de ponernos en acción y limpiar todo rastro de nosotros.

-Póngalos juntos, tomados de las manos y por nada del mundo los toquen muy fuerte, no quiero tener que quitar moretones también.

-¿Necesitas ayuda Bella? -Le preguntó muy bajo, para que solo ella pueda escucharme, mientras Barty y Rab hacen el trabajo sucio- ¿Traes contigo tu varita sin registro? Dime que fue la que usaste...

Desde siempre las familias de sangrepuras hemos sido muy buenas con la fabricación de varitas, pero se volvió una verdadera necesidad cuando el Ministerio de magia decidió que los menores no podían hacer magia fuera del colegio hasta su mayoría de edad. Sin el libre uso de las varitas,las tutorías en casa, en su mayoría en magia negra y otras artes que no proporcionaba el colegio, se hubieran visto truncas o retrasadas y los jóvenes no podrían sacar a flote todo su potencial. Definitivamente las vacaciones son  mucho más provechosas para nosotros.

-Sí, la traigo. Últimamente no salgo sin ella, por si ocurre algo como esto y sí, fue la que utilicé- Bella se inclina sobre los aurores y comienza a utilizar un hechizo muy antiguo de sanación parcial- Vulnus sanandum est et dampnum abire, Vulnus sanandum est er dampnum abire, Vulnus sanandum est et dampnum abire -Entonces voltea a mirarme- Podrías ayudarme Rod, el daño fue muy profundo y quiero dejarlo como si hubiera sucedido hace dos días...

-Faltaba más, hazme espacio y ustedes dos, cuiden que no venga nadie más.

-¡Claro!

Y así, mientras Rab y Barty cuidaban, Bella y yo limpiabamos la fecha exacta del crimen con las varitas sin registro que tenemos desde los 6 años.

Dejando todas las secuelas de la molida a crucios que les dimos, pero dando la impresión a cualquier sanador que los revisara, que el daño fue hecho mínimo dos días antes de lo que fue.

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