| 9 |

763 36 32
                                    

─ ¿Te duele? -Tomioka le pregunta a su alumna mientras pasaba un cepillo por su larga cabellera-

─ Oh no, lo haces bien -Le responde con una sonrisa-

Para Tomioka fue una gran sorpresa que Hana le pidiera que manipulara su hermoso cabello, pero no podía negarse sabiendo que hoy podría ser el último día en el que interactuaban. Era inevitable no sonrojarse al sentir el gran cuidado con el que Giyuu tocaba cada fibra de su hermosa cabellera, y sus dedos eran suaves como el pétalo de una rosa, y aunque había dormido toda la mañana, sentía que sus ojos batallaban para no dormirse.

─ Parece que eres muy bueno en esto, Tomioka-Nii -Hana responde mientras contemplaba a sus gatos jugando con las mariposas- ¿Acaso tenías una novia con la que hacías eso?

─ No necesariamente, Hana. Tenía una hermana mayor, y solía peinarla cuando ella me lo pedía.

─ Vaya, no sabía eso -Responde con sorpresa; Tomioka nunca hablaba sobre su pasado y el que haya dado ese paso era impresionante- apuesto que era hermosa.

─ Se llamaba Tsutako y al igual que tú estaba a punto de casarse -El Pilar hablaba con un tono de voz normal, aunque por dentro se esforzaba por no mostrarse vulnerable- su cabello era tan largo y hermoso como el tuyo. Nunca dudaba en hacer lo correcto y la admiraba por eso -Deja el cepillo de lado y usa sus dedos para manipular su cabello- apuesto que si Nee-San estuviera viva, serían las mejores amigas.

Los dedos de Tomioka trenzaron el largo cabello de Hana con suma delicadeza, ya que el hacerlo le traían los dulces recuerdos de su tierna infancia con su hermana mayor. Odiaba admitirlo, pero la estrecha amistad que desarrolló con Hana ha hecho que su deseo de perderla no lo deje en paz en su día a día, y no es bueno crear vínculos cuando eres un Pilar, pero por más que intente vacilar al respecto sabe que es inevitable que sus emociones se apoderen de su juicio.

─ Hoy andas más distraída de lo normal. ¿Hay algo que te perturba?

─ Oh, no -Voltea a verlo con una sonrisa- solo me siento emocionada por la prueba, es todo.

Giyuu levanta una ceja mientras leía las expresiones de Hana; su transparencia no le da el lujo de poder mentir, y basta solo con verla encoger sus hombros para saber que algo no va bien en ella. Comenzó a atar cabos cuando Obanai se negó a despedirse de Hana antes de la prueba, pero no le gusta entrometerse donde no lo llaman.

─ Listo -Giyuu le entrega un espejo para que pueda ver la trenza con mejor detalle- lamento no poder hacer un mejor trabajo.

─ ¡Vaya que es una linda trenza! -Admira el trabajo de su maestro con emoción- ¡Haré mi mejor esfuerzo para que no se deshaga!

Por un breve momento, la sonrisa de Tsutako se manifestó en el rostro de Hana, y el recuerdo de su última promesa se hizo presente en el Pilar; cuando en aquella noche trágica su hermana le prometió que algún día, cuando menos se lo esperaba se reencontrará con ella. Con el pasar de los años, esa promesa parecía más una cruel mentira para que Giyuu tratara de seguir adelante con su vida, hasta que la calidez de Hana llegó a su vida.

─ Hana -los dedos de Giyuu de entrelazan con los de su alumna- conozco la poca ética de lo que diré, pero no quiero sentirme cobarde por no decirlo: Por favor, regresa sana y salva.

Normalmente se le desea buena suerte a las personas cuyas pruebas son de vida o muerte, incluso algunas personas lo dicen con sequedad o por no ser sinceros con respeto a sus pobres habilidades. Pero las palabras salidas de la boca de Giyuu reflejaban el profundo miedo que sentía por perderla, y eso conmovió al corazón de Hana.

。・゚♡゚・。 。・♡゚• 。♡゚・。 。・゚♡゚・。

─ ¡Recuerda todo lo que hemos practicado Pequeña Hana! -Rengoku le sonríe a su alumna con emoción- ¡Y nunca dudes en hacer arder tu corazón!

Pequeñɑ Mocosɑ - Iguɾo Obɑnɑi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora