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Un destello rosado de entre tantas glicinas le advirtió a Kamado que Hana al fin había llegado. Un ligero aroma a tristeza invadió a su sensible nariz, aunque un nuevo olor provocó que sus ojos se abrieran como platos; lo describiría como el aroma que emiten las personas después de culminar el famoso «acto de amor», el cual su madre le explicaba con nerviosismo.

Levantó su mano en forma de saludo mientras se acercaba a ella, con su típica sonrisa que deja en claro que es como un pequeño Golden Retriever. Los labios de Hana dibujaron una leve sonrisa, incluso Hanabira se mostró feliz ante su presencia; es como si Kamado irradiarase un aura capaz de curar todos los males habidos y por haber.

─ ¡Qué alegría verte aquí! -Dijo con euforia-

─ Jamás rompo una promesa -Respondió recordando su primer encuentro- estoy emocionada de ver tu progreso.

Su reencuentro ameno se vió interrumpido por cierto rubio que se abalanzó hacía Hana con fervor, llenando sus atuendos de lágrimas y mucosidad. Hanabira, en intención de protejer a su ama clavó sus filosos dientes en su nuca.

─ ¡QUITEMENLO! -Arremete contra el reptil tomándola de su larga columna- ¡Es un demonio!

Aquellos gritos llamaron la atención de los demás, algunos dedicándole una mirada de odio hacia el ruidoso jóven que trataba de quitarse al reptil de su cuello. Sin embargo, Hana se alegró de ver a su viejo amigo y compañero de entrenamientos; Zenitsu Agatsuma.

─ Ya basta, Hanabira -La ojirosa habló haciendo que su amiga se calmara- Zenitsu, que alegría verte.

─ ¿¡ESA COSA ES TU MASCOTA?! -Arremete señalando a Hanabira- ¡Oh no! Siento como el veneno se apodera de mi ser, ¡Abuelo, te he fallado! -Cae al piso de manera dramática esperando su trágica muerte-

─ Ya deja de hacer tanto drama -La chica de cabello castaño tomó a Zenitsu del brazo, estirándolo para que se pusiera de pie-

No eran muchas las personas que estaban presentes; mínimo unas 20 sin contar a las gemelas.
Algunos presentan una actitud serena y confiada, mientras que otras eran presas del miedo y desesperación.

─ Hola a todos. Les agradecemos por venir a la Prueba de Selección Final -Las voces de las niñas captaron la atención de los presentes-

─ En esta montaña se encuentran varios demonios que han sido capturados por el Cuerpo de Cazadores de Demonios. Las flores de Glicinia permiten que no huyan debido a su repulsión hacia ellas, desafortunadamente, las Glicinias terminan aquí, así que los demonios abundan por esta zona, y están muy hambrientos.

─ Para poder superar la Selección Final deberán sobrevivir 7 días sin la protección de las Glicinias -Concluye la pequeña Kiriya-

Al fin había llegado el momento por el cual Hana se había preparado estos últimos 2 años. Sin la protección de las Glicinias y los Pilares debía sobrevivir 7 días y mostrar su valía en el Cuerpo de Cazadores de Demonios.

Los primeros 5 días le sirvieron de maravilla para disipar sus tormentosos pensamientos.
Al iniciar en el mundo del sexo es normal que tengas un conflicto interno, sueles sentirte vulgar o que tu valor como mujer se fue al entregarte a alguien antes del matrimonio, sin embargo, lo de Hana es muchísimo más serio.

Planeaba decirle a Uzui lo sucedido con Iguro. Sabía que no tendría problema alguno ya que tenía el beneficio de tener un amante, pero en estos últimos 2 años se ha dado cuenta que ese estilo de vida no es lo suyo.
Ni siquiera entiende qué es lo que le vió a Tengen Uzui; sí, es atractivo y un excelente tutor, pero no siente que él sea el hombre con el que quiera pasar el resto de sus días.

Pequeñɑ Mocosɑ - Iguɾo Obɑnɑi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora