Aunque Tengen haya aceptado las disculpas de Hana, nada borraría el momento tan vergonzoso que pasaron en aquella fatídica cita. Incluso la paz de Hinatsuru fue perturbada gracias al Pilar Serpiente, ya que cuando regresaron a casa comenzó a limpiar todo lo que había a su alrededor, ni siquiera las palabras de aliento de su esposo sirvieron para calmar su ira.
Cinco días después, Hana se encontraba en su jardín entrenando con el joven Muichiro cuando el ruido de la puerta abriéndose atrajo la atención de ambos. Inmediatamente, Hana soltó su espada de bambú al observar al Pilar del Sonido gravemente herido; su uniforme estaba repleto de sangre y su pecho presentaba varios rasguños, y los dedos de sus manos estaban fracturados al punto de estar repletos de hematomas, también se tambaleaba de un lado para otro como lo hace Shinjuro-San cuando el sake surte efecto.
─ ¡TENGEN-SAMA! -Hana trata de ayudarlo a levantarse, pero fue inútil ya que se desmayó por la cantidad de sangre que perdió-
─ Está muerto -Tokito responde sin tacto alguno- espero que cuando reencarne sea una persona normal.
─ No digas eso, Muichiro-Kun -Coloca un brazo sobre su hombro y le hace señas al Pilar para que lo ayude-
En momentos como estos era que estaba agradecida de que Shinobu le enseñara lo necesario con respecto a primeros auxilios, ya que gracias a eso pudo salvar a Tengen, obviamente llegaron los chicos del servicio médico para llevarlo a la Finca Mariposa, necesitaba una transfusión de sangre antes de que fuera demasiado tarde y desgraciadamente Hana no tenía el equipo necesario. A pesar de que Tokito le suplicó a su alumna que regresaran a entrenar, Hana no pensaba mover un dedo hasta que Tengen despertara, aún si eso implicaba esperar algunas horas, así que colocó un asiento al lado de la camilla y esperó pacientemente. Por su lado, Tokito se dedicó a meditar esperando a que la ojirosa se resignara.
─ ¿Eh? -Hana se despertó de golpe al sentir como acariciaban su cabeza, cuando alzó su mirada se dió cuenta de que era Tengen, así que sin pensarlo se abalanzó sobre él para abrazarlo- me alegra saber que estás bien, Tengen-Sama.
─ Lamento haber hecho que te preocupas por mí, mi bella florecita -Responde con una sonrisa-
El Pilar del Sonido, como tal amante de los festivales no iba a perderse la oportunidad de ir al Hinamatsuri¹, además de que sus esposas le habían insistido que les llevara muñecas de recuerdo. En su estadía halló una tienda algo peculiar donde encontró el regalo perfecto para su pretendiente, y vaya que eso lo hizo muy feliz ya que en su camino de regreso iba ensayando la forma ideal en la que se lo daría, pero desgraciadamente un fuerte demonio le arrebató sus ilusiones, y de no haber sido que el pueblo estaba cerca, quizás su muerte hubiera sido inevitable.
Una pequeña cajita fue lo que el Pilar le ordenó a Hana que sacara del bolsillo de su uniforme, en ella había un pequeño anillo de oro con una piedra en forma de flor en el centro, era algo sencillo, pero con un gran significado para Tengen y su pretendiente.
─ Te entrego este anillo como símbolo de mi amor y afecto hacia tí, pero también lo hago como signo de una promesa que pienso cumplir; quiero que nos casemos cuando derrotemos a Muzan. Y créeme cuando te digo que he visualizado lo hermosa que te verás con un Shiromuko². Obviamente todo depende de su aceptas o no, sabes que jamás te obligaría a hacer algo que no quieres.
¿Acaso Tengen es un hombre tonto o se hace? Quizás las lágrimas de emoción de Hana sean la respuesta más evidente de que acepta su propuesta, pero lastimosamente como todo hombre, él no capta las indirectas de las mujeres, así que Hana se vió obligada a decirle el tan deseado "Sí" que deseaba escuchar. A pesar de que sus dedos estaban rotos y le dolían como el infierno hizo su mejor esfuerzo para colocarle el anillo.