Capítulo 14

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Lola

No me esperaba ver a Lucas aquí, con mi padre, pintando un fondo azul oscuro sobre el lienzo. Joder, me había acostumbrado a no verlo y ahora tenerlo enfrente me resultaba casi incómodo.

Me acababa de prometer que no se encerraría tanto en su cuarto, que no pasaría tanto de nosotros. Debía alegrarme pero no lo hice. Al menos no me alegré lo suficiente. Joder, estaba molesta con él porque hace una semana, antes de que se encerrase, me trató fatal, y yo no perdono así a la ligera.

Enserio, puedo entender el hecho de que esté triste por la muerte de su madre, de verdad. Lo que no entenderé nunca es por qué me trató tan mal, por qué se enfadó tanto conmigo por algo de lo que realmente no tenía culpa.

Y estaba tan cabreada en estos momentos que decidí irme de allí para no perder los papeles delante de mi padre, él no tenía la culpa.

Una semana antes

Lola

Me desperté casi sin poder respirar.

Tranquilos, no me estaba muriendo. Todo era por culpa de Alma, quien me estaba abrazando como si le fuera la vida en ello mientras dormía plácidamente.

Al intentar retirar su brazo, ella se despertó.

- Tus muertos- dijo mientras bostezaba.

- Que buen momento para hablar de muertos.

- Vale, vale. Lo siento.- y levantó las manos haciendo el gesto universal de rendición.

Pasamos una hora más en mi cuarto, viendo los minutos pasar, casi sin hablar.

En una situación normal no hubiésemos  hablado mucho ya que por la mañana ninguna de las dos estamos muy animadas como para tener conversaciones profundas, pero ahora, me apetecía menos aún por lo acontecido ayer. Necesitaba silencio para ordenar mis ideas y le agradecí enormemente a Alma que me diese eso, silencio.

El silencio no duró mucho más ya que escuchamos unos ruidos procedentes de la habitación de Lucas.

- Lola... creo que debería salir y darle el pésame- dijo de forma pausada, como si estuviese midiendo sus palabras. ¿Tan mal estaba? ¿Tan frágil parecía como para medir las palabras así?

- Vale Alma, hazlo.- sí, lo dije algo fuera de mis casillas. Sé que quizás solo eran paranoias mías pero no me gustaba que me hiciesen sentir débil porque no lo era. Joder, claro que no.

Salimos de mi cuarto dispuestas a ir a la habitación de Lucas. Sin embargo, no fue necesario ya que justo en ese momento él mismo salía de su cuarto. Estaba horrible, ojeroso y con mala cara. No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que no había dormido.

Sin pensarlo, puse mi mano sobre su hombro. Quería darle apoyo, no estaba solo mientras yo estuviese a su lado.

Al hacerlo, su mirada me dijo "gracias" de todas las maneras posibles, pero su agradecimiento duró poco ya que unos segundos después dirigió su mirada hacia Alma.

Mi amiga estaba nerviosa, no paraba de mirarlo de arriba a abajo, pensando qué decirle. Me parece que todo le habría sido más fácil si no se hubiese puesto roja como un tomate y si mi ex-hermanastro no se hubiese dado cuenta.

Lo que faltaba, que Alma se pillase de Lucas...

- Eee... hola- ¿por qué se ponía cada vez más y más roja? No sé por qué pero la situación me hacía mucha gracia- Yo quería decirte que lo siento, que no te mereces esto que te está pasando.

Lucas le lanzó una pequeña sonrisa en agradecimiento, suficiente para derretir a Alma.

- Gracias, Alma.

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